SÁHARA OCUPADO: NEGOCIACIONES DIRECTAS ENTRE EL POLISARIO Y MARRUECOS BAJO LOS AUSPICIOS DE LA ONU
Pesimismo en las filas del Frente Polisario

Saharauis y marroquíes
se reúnen en Manhasset,
Nueva York, en un clima
de desconfianza,
atravesado por la ola de
represión contra los
estudiantes saharauis.

21/06/07 · 0:00
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MADRID. El 5 de junio, una concentración recibió al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el Ministerio de AA EE./ CEAS-Sáhara

“No tenemos hasta ahora constancia,
indicios o pruebas que puedan
llevarnos a concluir que el Reino de
Marruecos tiene la voluntad política
de negociar con nosotros de buena
fe con objeto de encontrar esa solución
política que tanto espera la comunidad
internacional”, declaraba a
DIAGONAL el Ministro de Asuntos
Exteriores de la RASD, Mohamed
Salem Uld Salek, unos días antes del
18 de junio, fecha en la que debía comenzar
la ronda negociadora acordada
por la ONU en su última resolución
sobre el Sáhara. Al igual que
el resto del Frente Polisario, tenía razones
de peso para no sentirse demasiado
optimista. “El Gobierno de
Mohamed VI ha rechazado todos los
acuerdos firmados hasta la fecha, a
diferencia de lo que hizo su padre,
Hassan II”, recordó Uld Salek, antes
de sentenciar: “De todas formas, la
clave se halla en los señores garantes,
en las potencias del Consejo de
Seguridad. Dado que no han podido
aplicar el Plan de Arreglo, los
Acuerdos de Houston y el Plan Baker,
¿quién nos dice que si llegamos
a una solución política y Marruecos
no cumple sus compromisos, le obligarán
a aplicarla?”.

La ola de represión en el Sáhara
ocupado y en las universidades marroquíes
de las últimas semanas tampoco
ayudaban a crear una atmósfera
de confianza entre los dos enemigos
históricos, imprescindible para
el éxito de las conversaciones. El 12
de junio, nueve estudiantes saharauis
fueron condenados en Rabat a
ocho meses de cárcel y una multa por
“aglomeración en la vía pública, golpes
y lesiones a un funcionario en el
ejercicio de sus funciones, destrucción
de bienes públicos y posesión
de sustancias inflamables”.

Los días previos, siete saharauis
de la Universidad de Marrakech y
cinco de la de Agadir fueron condenados
por participar en diversas
manifestaciones a penas que van
desde los dos meses de cárcel a 12
meses de prisión mayor. Al igual
que sus colegas detenidos en Casablanca
y otros cinco jóvenes que
fueron detenidos el 1 de junio en El
Aaiún, los acusados denunciaron
haber sido sometidos a diferentes
formas de tortura en dependencias
policiales. Amnistía Internacional
ha solicitado la liberación inmediata
de todos los estudiantes, y el secretario
general del Polisario,
Mohamed Abdelaziz, en una carta
enviada a Ban Ki-moon, dejó claro
que esta represión “no contribuye
en absoluto a crear el clima necesario
para las negociaciones directas,
basadas en la buena fe, que deben
permitir que el pueblo saharaui se
autodetermine de acuerdo con la
resolución 1754 del Consejo de
Seguridad”.

A pesar de todos estos hechos, que
no hacen sino incrementar la tensión
y el descontento en la comunidad saharaui
tanto de las zonas ocupadas
por Marruecos como de los campamentos
de refugiados de Tinduf, el
Frente Polisario envió a Manhasset
una delegación de altísimo nivel, la
misma que consiguió en 1997 los
Acuerdos de Houston. Mahfud Al
Beiba, presidente del Parlamento saharaui,
Brahim Gali, representante
del Polisario en España, Mohamed
Jadad, coordinador saharaui con la
MINURSO, y Bujari Ahmed, representante
ante Naciones Unidas, defenderán
en la localidad estadounidense
la celebración del referéndum
de autodeterminación como solución
de mínimos al conflicto territorial.

El Gobierno saharaui en el exilio
ha pedido a la comunidad internacional
que presione a Mohamed VI
para que negocie de buena fe y cumpla
sus compromisos. Según el ministro
de Exteriores de la RASD, “el
Polisario todavía es capaz de convencer
a los saharauis para continuar
con la vía pacífica, pero ¿hasta cuándo?
La actitud de Marruecos no es
sorprendente, lo es la actitud de
aquellos que hacen que Marruecos
sea intransigente, a saber, Francia,
España y hoy en día EE UU”.

La sintonía de estos tres países respecto
a la cuestión saharaui quedó
patente durante la primera quincena
de junio, en la que el Gobierno español
recibió la visita de Ban Ki-moon,
Condoleezza Rice y Nicolas Sarkozy,
lo que provocó varias concentraciones
de protesta organizadas por la
comunidad saharaui en España y el
movimiento de solidaridad.

“Son ellos, después de Marruecos,
los que deben asumir la responsabilidad
de que esta última oportunidad
fracase, y si eso sucede, con toda seguridad
los saharauis volverán a la
guerra, y todos aquellos que especulan
sobre la debilidad y dificultades
que tiene el Frente Polisario y que le
impiden tomar esa opción verán que
se equivocan”, sentenció Uld Salek.

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