ELECCIONES // EL 9 DE ABRIL LOS PERUANOS ELIGEN NUEVO PRESIDENTE CON EL NACIONALISTA OLLANTA HUMALA COMO FAVOR
Perú: ¿un nuevo giro a la izquierda?

Tras los buenos resultados
para la izquierda en
Bolivia y El Salvador,
Perú se enfrenta a unos
comicios que pueden
cambiar el rumbo
económico del país.

26/04/06 · 15:54
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OLLANTA EN CAMPAÑA. Seguidores del candidato del Partido Nacionalista del Perú en la Villa el Salvador / Enrique Castro

En un contexto de giro general hacia
la izquierda política de los gobiernos
de Latinoamérica, el 9 de
abril se celebran en Perú las elecciones
presidenciales que más expectación
han levantado en el país
andino en las últimas décadas. El
centro de atención es el candidato
Ollanta Humala, cuyo discurso próximo
a Hugo Chávez y a Evo Morales
ha generado ilusión entre los
sectores más desfavorecidos de la
población peruana.

¿Quién es Ollanta Humala?

El peruano de a pie oyó hablar por
primera vez de este ex militar del
ejército peruano en el año 2000
cuando, junto con su hermano Antauro
y otros reservistas militares,
tomó por las armas una instalación
minera al sur del país. Con esta acción
insurgente pedían la renuncia
del por entonces presidente Fujimori,
cuya gestión agonizaba en
medio de un escándalo de corrupción.
En plena defunción del gobierno
‘fujimorista’ y con un más
que discreto apoyo popular, recorrieron
durante un mes el sur peruano
para, tras la huida del país
de Fujimori y su asesor Vladimiro
Montesinos, deponer las armas. El
gobierno de transición tras el fin de
la ‘Era Fujimori’ concedió una amnistía
a los alzados. Ollanta Humala
fue entonces destinado como
agregado militar a las embajadas
peruanas de París y Seúl.

Poco más se supo de los hermanos
Humala ni apenas de su partido
hasta que el primero de enero
de 2005, Antauro, el hermano de
Ollanta, junto con unos 150 reservistas
del ejército, tomaron una comisaría
en Andahuaylas para pedir
la renuncia del actual presidente
Toledo, salpicado también por casos
de corrupción, y para propugnar
el Etnocacerismo. Tres días
después, Antauro fue detenido
mientras Ollanta aparecía también
en escena, casi cinco años después,
escribiendo una carta desde Seúl
donde apoyaba el levantamiento
realizado por su hermano.

Estas dos acciones son el grueso
del bagaje político de los nacionalistas
peruanos. Un partido que tiene
como esqueleto a la familia Humala
y más concretamente a su
fundador, el etnocacerista Isaac
Humala, padre de ambos militares.
El Etnocacerismo, base ideológica
del Movimiento Nacionalista Peruano
(MNP), propugna entre
otras cosas la fundación de una
nueva República que nacionalice
la industria, liberalice el cultivo de
la hoja de coca, instaure la pena de
muerte para quienes cometan delitos
graves contra el país y donde
se recupere el legado cultural inca
que permita “la supremacía de los
indígenas” y excluya a todos los
demás “blancos, judíos y criollos”.
La admiración por el ex presidente
peruano Andrés Cáceres da nombre
a este grupo político.

Contradicciones

Son muchas las contradicciones
ideológicas de Ollanta Humala. La
primera de ellas es el dudoso heroico
papel de Cáceres. Andrés Cáceres
fue un mariscal que en 1879
luchó contra Chile pues éste pretendía
instalar un protectorado en
suelo peruano. Lo curioso del que
después fuera proclamado presidente
es que firmó un convenio
que dio al imperialismo inglés el
control de prácticamente todos los
recursos naturales del país.

Los apenas mil militantes que hace
pocos meses tenía el partido han
visto cómo, conforme Ollanta Humala
tenía más opciones de luchar
por la presidencia y seguramente
viendo el triunfo de gobiernos de tendencia
izquierdista en el continente
y el apoyo que le han ofrecido, ha ido
cambiando su estrategia con varias
acciones. La primera acción ha sido
desligarse del discurso mezcla de nacionalismo
anti extranjero e indigenismo
racista que los etnocaceristas
han empleado habitualmente.
Después, tras haber declarado que
“en Perú los términos izquierda y derecha
ya pasaron” se fue aproximando
en los últimos meses al discurso
bolivariano, antiimperialista y de integración
latinoamericana de
Chávez y al indigenismo de Evo Morales.
En tercer lugar, para tomar distancia
con los etnocaceristas creó el
Partido Nacionalista Peruano. Pero
para poder presentarse a las elecciones
tuvo que aliarse con Unión por el
Perú (UPP), partido creado de la nada
por el que fuera secretario general
de la ONU, Pérez de Cuéllar y
donde figuran candidatos que fueron
procesados por corrupción.
Aunque lo más sonado han sido las
acusaciones vertidas por Amnistía
Internacional sobre Ollanta de haber
violado derechos humanos en su etapa
de militar luchando contra la guerrilla
de Sendero Luminoso. La coordinadora
de Derechos Humanos de
Perú también pidió que “se investiguen
los testimonios y pruebas que
apuntan a que Ollanta Humala perpetró
o bien tuvo conocimiento de
desapariciones, torturas y detenciones
arbitrarias” cuando el ex militar
estuvo destinado en la zona selvática
declarada en estado de emergencia
durante el enfrentamiento con
Sendero Luminoso.

¿Se parece Ollanta a Evo?

El parecido es más en el discurso que
en otras cosas. Un discurso que tiene
un origen más ‘mimético’ que por
propia elaboración. Evo Morales lleva
20 años participando en los movimientos
sociales de Bolivia. Ollanta
Humala es un ex militar cuyo currículum
político pasa por un alzamiento
en 2000 contra el Gobierno de
Fujimori. No ha estado presente en
las movilizaciones sociales de Perú
de los últimos años. Mientras la candidatura
de Evo surgió de un movimiento
social, la de Ollanta ha surgido
tras negociar con otros partidos,
pues a través de éstos pudo conseguir
la inscripción electoral.

En todo caso, esa desvinculación
de Humala de su familia etnocacerista
le ha consolidado definitivamente
como un firme candidato,
consiguiendo elaborar en pocos
meses un discurso que plantea una
auténtica alternativa económica,
política y social al modelo reinante,
que como decía, es muy próxima a
los planteamientos de Evo y Chávez.
Quizá sea este discurso lo que
más esperanzas genera en un pueblo
históricamente castigado por
su clase política.

Lourdes Flores

Es la otra gran favorita y candidata
de la derecha y la oligarquía.
Doctorada en Derecho, fue alcaldesa
de Lima con el mismo partido
con el que se presentó Mario
Vargas Llosa a las elecciones de
1990. Con un pasado ligado a
las mafias fujimoristas es quizá
quien mejor va a defender el
modelo mercantilista apostando
por firmar el TLC con EEUU.

Alan García

Al frente del partido centroizquierdista
APRA, ya hace 20
años como presidente, Alan García
dejó el país en una situación
crítica y caótica. En esta ocasión,
su baza es estar situado en
el centro con respecto a los
extremos ideológicos que representan
Lourdes Flores y Ollanta.
Las encuestas lo sitúan en tercer
lugar con un 21% de los votos.

TLC, TEMA CENTRAL DE LA CAMPAÑA

El acuerdo de libre comercio
entre EE UU y Perú es ya un
hecho. Pero, debido a las
implicaciones que este tratado
tendrá en los sectores populares,
está siendo un tema central
en la campaña presidencial.
Algunos sectores
productivos conservadores
que antes apoyaban el acuerdo
ahora están en contra porque
en muchos aspectos producirá
una liberalización ciega.
Para Antolín Huascar, presidente
de la Confederación
Nacional Agraria, «el pacto
comercial sólo beneficiará a
un 3% de agroexportadores y
resultará lesivo para miles de
productores, en especial para
los que se dedican a cultivar
cebada, trigo y algodón». La
producción de estos cultivos
desaparecerá en pocos años
en cuanto desde EE UU lleguen
más de 70.000 toneladas
de grano libres de aranceles.
Y no es que los
productores peruanos sean
menos productivos que los norteamericanos
y que le teman a
la competencia. El problema
es que el gobierno de EE UU
subsidia con millones de dólares
al agro mientras que el
campo peruano carece de
apoyo. Imposible competir.
En Perú, sólo el 2,6% de los
cultivos se exporta, mientras
que el 80% se destina al consumo
interno. La ONG Grade
de Lima calcula que las familias
del campo perderán 370
millones de soles (92 millones
de euros) por año. Para beneficiar
a ese 3% de exportadores
agrícolas, se condenará a
la mayoría a la pobreza en un
plazo de 15 años.
Hace unos meses el 60% de
la población peruana estaba
a favor del TLC y el 40% en
contra. Ahora, la mayoría
rechaza el acuerdo. Puede
que esto explique el ascenso
del candidato Ollanta Humala,
cuyo mensaje rupturista cala
hondo en una población que
ve cómo una vez más es traicionada
por sus gobernantes.

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