Las marcas atacan / Agbar y Suez
Partidas de ajedrez con el agua

Fijémonos esta vez en la sorprendente e inminente retirada de dos colosos del negocio del agua de América Latina. Suez y Aguas de Barcelona son foco de irritación de los sectores pobres de múltiples ciudades afectadas por la privatización de los servicios públicos de abastecimiento y saneamiento de agua.

, Es miembro del área de transnacionales del Observatorio de la Deuda en la Globalización.
06/02/06 · 22:05
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Fijémonos esta vez en la sorprendente e inminente retirada de dos colosos del negocio del agua de América Latina. Suez y Aguas de Barcelona son foco de irritación de los sectores pobres de múltiples ciudades afectadas por la privatización de los servicios públicos de abastecimiento y saneamiento de agua. Las dos compañías anunciaron en septiembre una retirada ordenada de sus inversiones en América Latina. No es extraño que lo decidieran simultáneamente dado que, en realidad, Aguas de Barcelona es en esencia un negocio y, de paso, una asociación estratégica entre la misma Suez y el Grupo La Caixa, que controlan el 48,51% casi a partes iguales.

Recorrer el currículum negro de Agbar, por ejemplo, es evidenciar el incumplimiento del plan de inversiones de la empresa en Aguas de Santa Fe (700.000 afectados) y Aguas Argentinas (10 millones de afectados); conocer la consulta popular organizada en Uruguay contra la privatización del agua u observar los juegos de manos financieros realizados en las ciudades colombianas de Barranquilla, Santa Marta y Cartagena de Indias. Conflictos que encarnan la campaña del Banco Mundial por imponer en el Sur la asociación público-privada o PPP (Public Private Partnership), una fórmula de gestión que desfragmenta el control público sobre el agua y que termina por decantar las deudas y el costo de las inversiones hacia el lado de las municipalidades, y el lucro y la gestión hacia las transnacionales del agua.

¿Acaso los servicios de agua ya no son un negocio? Desde que se privatizaran las primeras concesiones de agua empresas como Suez --primera del ranking de América Latina-- han amortizado con creces sus pocas inversiones, han desencadenado algunas ‘guerras del agua’ y pueden tener elementos que les aconsejen huir de zonas donde diversos movimientos de base, incluso gobiernos como el argentino, el cubano o el boliviano, estén tomando posturas demasiado empoderadas al respecto. Agbar declara “falta de masa crítica” local para asumir sus inversiones. Mercados más sumisos como el chino, con gran necesidad de generar nuevas redes de abastecimiento y con una ’masa crítica’ aplastada por su gobierno, podrían ofrecer a estas alturas mayor negocio que el latinoamericano. Recomendamos la lectura de Reclaiming Public Water, editado por CEO-TNI y próximamente en versión castellana, en el que se recogen las razones que posibilitaron la reacción popular en las dos guerras del agua de Bolivia a propósito de Bechtel-Abengoa-Edison en Cochabamba, o de Suez en El Alto, entre otros. Por lo tanto, no es que los servicios de agua en América Latina no sean buen negocio, sino que existen otros ‘mercados’ con mayores ventajas, y ello crea movimientos de ajedrez. Luego es probable que la retirada sea una amenaza mediática al empoderamiento local.

 

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