SEVILLA // EL AYUNTAMIENTO NO INTERCEDE A FAVOR DE LOS HUELGUISTAS
El paro de grúas rebasa los 100 días sin acuerdo

A finales de agosto se cumplieron 100 días de la huelga indefinida que afecta a
más de 30 empleados del servicio municipal de grúas de Sevilla. El conflicto les
enfrenta a Aussa, la empresa titular del servicio, y al propio Ayuntamiento de la
capital, gobernado en coalición por PSOE e Izquierda Unida.

14/06/06 · 15:56
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NO ESTÁN SOLOS. Los más de veinte trabajadores de grúas de Sevilla que mantienen
la huelga reciben apoyo económico y moral desde diversos puntos del Estado. // CNT Sevilla

La huelga ha bloqueado una de las
tareas fundamentales de cualquier
policía local, como es la recogida
de coches averiados o en mal estacionamiento.
A pesar de ello, el
Ayuntamiento, propietario a través
de la empresa Transportes Urbanos
de Sevilla Sociedad Anónima
Municipal (Tussam) de un
51% de Aussa, no ha ejercido su capacidad
decisoria en la empresa para
llegar a un acuerdo con los trabajadores.

“Nos hemos visto abocados a hacer
esta huelga”, afirma Juan Antonio
Rodríguez, portavoz de la sección
sindical de la Confederación
Nacional del Trabajo (CNT) en
Aussa. El Ayuntamiento, por su
parte, ha manifestado en diversos
comunicados su “voluntad de diálogo”
con los huelguistas desde que
se iniciara el paro en reclamo de la
readmisión de cuatro trabajadores
despedidos poco después de otras
jornadas reivindicativas.

Un cuento viejo

La historia del conflicto se parece
como dos gotas de agua a otras luchas
impulsadas por los trabajadores
de los servicios municipales,
como es el caso de las huelgas
de limpieza en Valencia, en el pueblo
sevillano de Tomares (ver recuadro)
o, la más reciente, Almería.
En Sevilla, contratar servicios
municipales a empresas privadas
también lleva años siendo
una práctica habitual.

Los trabajadores de Aussa denuncian
el deterioro en sus condiciones
laborales desde que esta empresa
se hiciera titular del servicio
de grúas en febrero de 2004. Los
entonces 39 empleados de la compañía
vieron cómo eran de nuevo
contratados por un año de duración,
lo cual suponía toda una invitación
al despido para una plantilla
cuyos miembros más antiguos disponen
de 18 años de experiencia
en el puesto. Aussa comenzó también
a reajustar los horarios de los
empleados y a incumplir los anexos
del nuevo contrato, que incluían
los pluses por productividad y
por antigüedad.

Para Rodríguez, la intención de
la empresa podría ser “cambiar a
gente muy experimentada que está
acostumbrada a solucionar problemas
de tráfico, por jovencitos
que les pagan bastante menos, sin
antigüedad” y por lo tanto con menor
salario. Tal y como ha relatado
a DIAGONAL, el servicio lleva
años siendo deficitario, “porque
es un servicio público y no está
pensado para ganar dinero”, lo
cual choca con la lógica de una
empresa privada.

Por estos motivos, ninguna empresa
quiso hacerse con esta actividad
la última vez que el Ayuntamiento
la sacó a concurso. Tuvo
que ser la empresa municipal Tussam
la que se encargara de esta
tarea, que más tarde sería asumida
por Aussa, de la que el Ayuntamiento
es propietario mayoritario.
Según el sindicato CNT, impulsor
de la huelga, Aussa presionó
para que se subieran las tasas de
recogida. El objetivo: conseguir por
fin la rentabilidad del servicio.

El despido de uno de los 39 empleados
fue la gota que colmó el vaso.
La primera convocatoria de
huelga coincidió con la Feria de
Abril, y terminó con cuatro despidos
más. La empresa esgrimió una
denuncia por agresiones contra
uno de los trabajadores que no secundó
la huelga como motivo para
tres de los despidos, y un supuesto
incumplimiento de servicio para el
empleado restante.

Tras dos sentencias judiciales favorables
producidas durante la segunda
huelga indefinida, son dos
los trabajadores que están pendientes
de readmisión. El comité de
huelga sigue contando con el apoyo
de la mayoría de la plantilla y ha
anunciado que el paro continuará
mientras el Ayuntamiento no cambie
su postura.

Otras
campañas

CNT se está mostrando muy
activa en diversos conflictos
abiertos en Andalucía. Su
participación en la huelga
de limpieza de Tomares, de
cuatro meses de duración,
fue decisiva para el triunfo
de los huelguistas. Asimismo,
desarrolla una campaña
de denuncia por las condiciones
laborales de los
supermercados Mercadona
que se ha extendido fuera
de Andalucía. Su presencia
en algunos astilleros andaluces,
si bien minoritaria, ha
ejercido de contrapeso
frente a la fuerza de
CC OO y UGT.

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