"ENTREVISTA // DANIEL RAVENTÓS, ANALISTA DE ""SIN PERMISO"""
“El objetivo debe ser la redistribución de la riqueza”

Entrevistamos a Daniel
Raventós, economista y
miembro del comité de
redacción de la revista
semanal
‘Sin permiso’.

15/09/09 · 9:18
Edición impresa

DIAGONAL: Salgado ha asegurado
que, sin la crisis, el Gobierno seguiría
bajando impuestos. Si la ministra
mantiene que una economía sana se
basa en la escasa tributación de las
rentas más altas, ¿qué debemos esperar
de esta reforma?

DANIEL RAVENTÓS: Que sin la
crisis el Gobierno seguiría disminuyendo
los impuestos es una declaración
de intenciones; que una economía
sana se basa en la escasa contribución
de las rentas altas es una afirmación
que debe sostenerse empírica
e históricamente. Creo que los
hechos muestran lo contrario. Un
ejemplo de la economía más poderosa
del mundo: siendo presidente
Roosevelt, el Gobierno de EE UU realizó
una política fiscal que condujo
a una gran redistribución de la renta.
Los ricos fueron castigados fiscalmente
y los pobres, beneficiados.

El tipo máximo impositivo sobre la
renta (hoy situado en el 35% y si se
trata de rentas del capital aún más
bajo) subió hasta el 63% durante su
primer mandato. En el segundo se
incrementó al 79%. Todo ello en la
década de los ‘30. En los años ‘50 el
tipo máximo sobre la renta llegó al
91%. El impuesto de sucesiones pasó
de una tasa máxima del 20 al
77%. En palabras de Paul Krugman:
“A finales de los ‘50, los ingresos reales
después de impuestos del 1%
más rico de los estadounidenses
probablemente eran un 20% o un
30% más bajos que una generación
anterior”. A diferencia de las majaderías
que se lanzan desde algunos
cargos públicos y algunas universidades
sobre los terribles peligros
que una política fiscal agresiva con
los ricos podría acarrear, esta redistribución
de la renta comportó un
periodo de expansión económica
que duró hasta la contraofensiva neoliberal
de los ‘70.

D.: ¿No es capaz el Gobierno de frenar
el fraude fiscal de los más ricos?

D.R.: El Gobierno no toma medidas
que contrarresten no ya la
irresponsabilidad sino el pillaje tributario
de los más ricos. Esto es
una evidencia empírica incontestable.
Recuérdese que existen 3.347
sociedades de inversión de capital
variable (SICAV), con una capacidad
de control de más de 27.000 millones
de euros, que sólo tributan al
1%. Ahí se refugian muchas fortunas.
Se resisten a subir ese 1% porque,
dicen, el capital se fugaría. Si
este argumento lleva a alguna parte
es a batallar para conseguir una
coordinación internacional que impida
el bandolerismo con chantaje
permanente del capital. Parece ser
que esto es pedir la luna…

D.: ¿Qué características debería tener
esta reforma para favorecer una
fiscalidad más progresiva y justa?

D.R.: El objetivo debería ser la reforma
fiscal redistributiva de los ricos a
los pobres. Los medios: igualación
de los tipos, provengan de las rentas
del trabajo o del capital; lucha contra
el fraude; seguimiento y disuasión a
las empresas que tienen negocios
con los paraísos fiscales; aumento
del impuesto de sociedades; abolición
de la posibilidad de que los deportistas
con salarios superiores a
60.000 euros mensuales puedan acogerse
al tipo marginal del 24%; aumento
del ridículo 1% de las SICAV;
y una renta básica de ciudadanía para
toda la población. Es decir, casi todo
lo contrario de lo que se ha hecho
a lo largo de los últimos años. Los gobiernos
del PSOE han realizado
recortes fiscales que han llegado al
triste resultado de rebajar la recaudación
fiscal en 4.000 millones por el
impuesto de sociedades y de 1.800
por el exterminado impuesto del patrimonio,
como destacados ejemplos.

D.: ¿Por qué CC OO y UGT no
reivindican la renta básica? ¿Cómo
queda la comisión creada para estudiarla
después de la decisión de dar
420 euros a algunos parados?

D.R.: En mayo realizamos una entrevista
en Sin Permiso
al responsable
de acción sindical de CC OO,
Ramón Górriz. Cuando se le preguntó
sobre la renta básica, contestó:
“Cuando exista una propuesta
concreta la estudiaremos”. Me permito
añadir: CC OO, como UGT,
tiene un conocimiento de la propuesta
de la renta básica muy limitado,
si es que tiene alguno. Me refiero
a las estructuras, no a algunas
individualidades. En lo que respecta
a la segunda pregunta, no creo que
el acuerdo entre Gobierno y sindicatos
deba afectar a la subcomisión
parlamentaria creada para estudiar
la viabilidad de una renta básica. Ésta
se creó, supongo, con la voluntad
de estudiar los pros y los contras de
esta propuesta. Más problemático es
que, hasta donde yo sé, no ha dado
aún un paso para iniciar su funcionamiento.
Y es una lástima porque
en una situación de crisis, una renta
básica sería una medida especialmente
indicada
.

D.: ¿Qué efectos tendría la renta básica
sobre los impuestos?

D.R.: En realidad sería una transferencia.
Las transferencias son distintas
de los impuestos aunque pueda
hablarse en algunos casos de ‘impuesto
negativo’. La renta básica debe
financiarse mediante la recaudación
fiscal. No hay una única forma
de hacerlo. De hecho, en los últimos
años se han propuesto distintas formas
de financiación. Sólo soy partidario
políticamente de aquellas formas
de financiación que favorezcan
a los sectores con menos ingresos.
Es decir, una renta básica que incluya
una financiación que signifique
una redistribución de la renta de los
ricos a los pobres y que garantice la
existencia material a los residentes y
a toda la ciudadanía.

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