Murua (Zarautz, 1966) es
periodista. Responsable
de Política de ‘Egunkaria’
y hoy de ‘Berria’ está
considerado uno de los
mejores analistas políticos
del conflicto vasco.
DIAGONAL: ¿Qué significa que el
último ciclo negociador arranque
en Txillarde en 2001?
IMANOL MURUA: Que es difícil
entender el último proceso sin los
encuentros personales que, desde
2001 y en un escenario político
tenso, mantienen ininterrumpidamente
Jesús Egiguren –actual presidente
del PSE– y Arnaldo Otegi.
Fue el embrión de lo que sería el
posterior proceso de paz.
D.: En la cronología del frustrado
proceso, ¿Loiola fue un intento político
de salvarlo y blindarlo?
I.M.: Efectivamente. De las dificultades
y la crisis profunda que vivía
la negociación entre ETA y el
Gobierno en verano de 2006, nacieron
las conversaciones políticas privadas
en la basílica de Loiola. Doce
reuniones secretas entre las direcciones
del PSE, PNV y Batasuna
que se producen en otoño de 2006
para tratar de fraguar un acuerdo
político que contribuyera a desbloquear
el proceso de diálogo entre
ETA y el Gobierno español, que había
arrancado en 2005.
- ‘EL TRIÁNGULO DE LOIOLA’. En este libro el periodista vasco Imanol Murua analiza el último proceso de paz, frustrado en 2007. Foto: Oriol Clavera.
D.: ¿Hasta dónde llegaron?
I.M.: En perspectiva, llegaron muy
lejos: las tres opciones políticas más
representativas del País Vasco consensuaron
un borrador de acuerdo
político que ponía las bases para un
futuro proceso que implicaría la ausencia
de violencias y, al cabo de los
años, la posibilidad de consecución
de un nuevo marco político, si ésa
fuese la voluntad popular.
D.: ¿Y qué falló?
I.M.: Técnicamente, en las últimas
reuniones, la izquierda abertzale no
ratificó finalmente aquel borrador.
Introdujo enmiendas al alza en las
cuestiones relativas a la territorialidad
–la cuestión de Nafarroa– y las
garantías del ejercicio del derecho a
decidir. La versión de PNV –que hizo
de mediador– del y PSE sostiene
que fue ETA quien introdujo aquellos
cambios, aunque la izquierda
abertzale afirma que fue una relectura
propia la que motivó solicitar
mayor concreción de los acuerdos.
Diría que Loiola fracasó, finalmente,
por causas externas: el incumplimiento
de los acuerdos adquiridos
por parte del Gobierno, la
ausencia de pedagogía política o la
fragilidad de algunas garantías, como
el compromiso de parar una persecución
judicial contra la izquierda
abertzale que nunca remitió.
D.: Tras el fracaso de aquellas conversaciones,
llegó Barajas.
I.M.: ETA todavía paga hoy las consecuencias
del atentado en la T4: un
atentado realizado en plena tregua,
sin previo aviso de ruptura y que
mermó la credibilidad de futuros
anuncios. Pero, a pesar de todo, las
negociaciones no se rompieron del
todo y en primavera hubo nuevas
reuniones, esta vez en Suiza.
D.: ¿Sostienes que Loiola es irrepetible?
I.M.: Sí. Las condiciones políticas
que lo hicieron posible no existen
hoy ni existirán. Ni Argel fue
igual que Lizarra ni Lizarra se parece
a Loiola. Ni el nuevo escenario
vasco que se intuye es similar
a los anteriores procesos.
D.: ¿Cómo ves la situación actual?
I.M.: A diferencia de procesos anteriores,
no nace de ninguna negociación
bilateral ETA-Estado ni de
una acumulación de fuerzas soberanistas.
Es, hasta hora, un proceso
unilateral. Nace de un debate
profundo y una autocrítica de la izquierda
abertzale respecto a su posición
en Loiola. Pienso que se avecina
un tiempo político sin violencia
de ETA. A pesar de la beligerancia
represiva del Gobierno.
LA TREGUA EN LA PRENSA INTERNACIONAL: CAUTELA GENERALIZADA
Por Ástor Díaz
La ausencia de posicionamientos editoriales y noticias de
factura propia tras el último alto el fuego anunciado por ETA
sorprende, en comparación con treguas pasadas, y parece
señalar hacia una estrategia de cautela generalizada dentro
de la prensa internacional. En el espacio reservado en los
principales diarios al contexto político vasco-español, predominan
las noticias de agencia que asumen casi unánimemente
el enfoque y la estrategia del Gobierno del PSOE, con
énfasis en las desconfianzas expresadas desde Interior y en
la tesis de una tregua trampa motivada por la debilidad de
la banda.
THE NEW YORK TIMES
The New York Times ha sido el único ‘grande’ en ofrecer
una pieza de análisis ad hoc, firmada por el
periodista especializado en Euskadi, Paddy Woodworth.
El artículo relaciona la actual estrategia de
dureza institucional desplegada por el Gobierno con
la erosión que experimentó en 2006 tras el atentado
de la T4. Por otro lado, señala al “nacionalismo español
latente, opuesto a un mayor autogobierno de vascos y catalanes”
como un obstáculo fundamental para el avance en el proceso
de paz. Como conclusión, aconseja la legalización de
Batasuna para las próximas elecciones, reconociendo el enorme
grado de complejidad de esta maniobra.
THE IRISH TIMES
El mismo Woodworth publicó en el The Irish Times
una pieza titulada “Zapatero tendrá que ser flexible
para sacar las armas de la política vasca”, en la
que se compara la estrategia dura del entorno de
Zapatero con la más conciliadora de los socialistas
vascos de Jesús Eguiguren. Según esto, los primeros
consideran derrotada a ETA y ven cualquier iniciativa política
como un factor que reforzaría a la banda y “su entorno”, estimando
pues la vía policial como única alternativa. La estrategia
de Eguiguren pasaría por la legalización de Batasuna y la descriminalización
de su militancia y permitiría, según Woodworth, un
contexto único para la paz en Euskadi.
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