A pesar del torrente mediático, cada vez hay más oportunidades para avanzar en el consumo consciente y transformador.
En los últimos tiempos hemos podido observar cómo algunos gurús globales aconsejaban ajustes draconianos mientras otros promovían el aumento del consumo para solucionar la crisis. Día a día somos bombardeados por toneladas de publicidad que busca convertir determinados productos en los más deseados por nosotros, bien en el papel de consumidores, espectadores o votantes. En medio de todo este popurrí es común encontrarse con bastantes dudas, pocas certezas y probablemente alguna sugerencia respecto a cómo vivir de una manera más coherente con nosotros mismos y nuestro entorno.
La idea que subyace tras el concepto de consumo consciente y transformador es sencilla: no es posible transformar el mundo sólo mediante cambios en nuestro consumo, pero tampoco se puede transformar sin modificar nuestros hábitos personales.
Un mar de alternativas
Existen opciones menos agresivas con nosotros y con nuestro entorno: desde la eliminación de ciertos productos o hábitos a modificaciones de nuestras pautas de consumo, como dejar el coche y coger la bici, poner nuestro dinero en un banco ético, intercambiar objetos y tareas sin que medie el dinero, escuchar música en Jamendo, demandar un parto no medicalizado o dejar el hipermercado y sumarse a un grupo de consumo, en el que, además de conocer a gente con inquietudes afines, encontraremos un sinfín de nuevas alternativas y personas que ya las están poniendo en práctica.
Todo es cosa de comenzar a moverse, ya que, como afirma Álvaro Porro, investigador del Centre de Recerca i Informació en Consum que edita la revista Opcions, “nuestro mensaje es de experimentación en positivo, supone replantearte los elementos de tu vida que no te interesan o que quieres cuestionarte, pero para vivir mejor”. Para Ecologistas en Acción, “conseguir un consumo crítico y responsable es más fácil de lo que parece, ya que las formas de actuar responsablemente en el consumo son múltiples y variadas”. Y hay alternativas para todos los gustos, para que nadie piense que esto no va con ellos. Por ejemplo, en la revista Opcions proporcionan alternativas de cosas tan dispares como colchones, sartenes, libros, protectores solares o turismo, demostrando que si quieres algo distinto, casi siempre puedes encontrarlo.
Pero para lograr ese “otro mundo posible” no podemos hablar sólo de consumo, ya que, como argumentan desde Ecologistas en Acción, hay que “plantear reformas y transformaciones estructurales y favorecer las vías que mejoren nuestra capacidad de voz, de debate y acción colectiva, de modo que el consumo crítico posibilite el establecimiento claro de relaciones entre estructuras y comportamientos, el recordarnos la necesidad de cohesionar nuestra actuación cotidiana y nuestros valores”. Cada vez hay más personas que transitan los alegres caminos del consumo consciente, en la páginas relacionadas encontrarás un recorrido por algunas de sus alternativas. ¿Nos damos un paseo?
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