ECOLOGÍA SOCIAL // CONFERENCIA MUNDIAL DE LOS PUEBLOS
“No voy a bailar a tu ritmo”

Entre los días 20 y 22 de abril, se celebró en Cochabamba, Bolivia, la Conferencia Mundial de los pueblos sobre el cambio climático y los derechos de la Madre Tierra.

- Salvémonos con el planeta

28/04/10 · 17:10
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En el encuentro participaron representantes de movimientos sociales, organizaciones ecologistas, científicos e investigadores, movimientos indígenas y campesinos, comunidades en lucha y resistencia y representantes políticos de la llamada “nueva izquierda latinoamericana” que se juntaron para confirmar el peligro de la relación armónica entre el ser humano y la Madre Tierra, denunciar las políticas de explotación de los recursos naturales por los países desarrollados e insistir en las falsas soluciones basadas en la mercantilización y la vulneración de los derechos.

Más de 30.000 personas participaron durante tres días en la I Conferencia Mundial de los pueblos sobre el cambio climático y los derechos de la Madre Tierra. Convocados por el presidente boliviano Evo Morales, ante el fracaso de la Conferencia de Naciones Unidas en Copenhague el pasado diciembre, atribuida a la negativa de los países desarrollados de reconocer su deuda climática con los países en desarrollo, en la cumbre se constataron algunas verdades incontrovertibles: que el cambio climático es producto del sistema capitalista, que el 75% de los gases que provocan el efecto invernadero se originan en los países irracionalmente industrializados del Norte, y que estos no quieren reconocer su deuda climática con los países en desarrollo y con las futuras generaciones.

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Dos personas acreditadas para la conferencia. Foto X.F.

La cumbre comenzó con una multitudinaria inauguración en el estadio de Tiquipaya, en la que participaron 15.000 personas, ante las cuales hablaron representantes de todos los continentes del planeta. La primera fue una representante de los pueblos indígenas del norte, que declaró “que esta lucha es de todos” y que “en la lucha por los Derechos de la Madre Tierra, no podemos fallar”. Nimmay Bassey, parlamentario africano recitó un poema titulado “No voy a bailar a tu ritmo” en el cual manifestó que no bailarán nunca el baile de los transgénicos, ni del capitalismo indiscriminado, ni el baile de la depredación. “En África vivimos en contacto constante con la naturaleza. Ahora que estoy aquí entiendo porqué ustedes también aman tanto a la naturaleza”. Finalmente, en representación de Sudamérica, Masioni, de Vía Campesina de Brasil, declaró que “la lucha debe ser global, que tenemos todos que defender juntos a la Madre Tierra. La Pachamama es el origen de todos”. Y más tarde, Evo Morales, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, condenó el sistema capitalista, y dirigiéndose a la ONU precisó “es necesario que los países miembros escuchen, pero también respeten la voluntad de los pueblos”, y expuso la intención de realizar el próximo 12 de octubre, un referendo mundial sobre medio ambiente y constituir un Tribunal Internacional de Justicia Climática, en el que se juzguen a gobiernos y empresas que atenten contra la vida en el planeta.

Pasado el acto de inauguración, la discusión se organizó alrededor de 17 mesas de trabajo, en las cuales durante dos días se impulsó el análisis y debate sobre las causas y efectos de la crisis climática, los derechos de la Madre Tierra, los pueblos indígenas, el desarrollo y transferencia de tecnología, la deuda climática, la agricultura y soberanía alimentaria, y de los cuales salió un documento, el Acuerdo de los Pueblos, que cuatro representantes de distintos continentes se encargaron de leer. En él se destacan la exigencia de que el calentamiento global no podrá exceder el 1%, el rechazo general al acuerdo de Copenhague propiciado por los países más desarrollados, la creación de un Consejo para la Defensa de los Pueblos, coordinar el lenguaje para que todos hablen con una sola voz, proteger y dar derechos a los migrantes climáticos, valorar a los seres humanos por lo que son y no por lo que tienen. La emisión de los gases debe ser de menos de 50% en relación a 1990, se deben reconocer los derechos de la Madre Tierra que es un ser vivo y de los indígenas; transferir tecnología para proteger los bosques, tomar acciones legales contra los que incumplan los acuerdos, exigir el pago de una deuda ecológica mucho más grande, crear un organismo multilateral para administrar el medio ambiente, no privatizar el conocimiento, organizar el referéndum mundial y hacer que los gobiernos lo reconozcan.

En cuanto a las herramientas para llevar estas resoluciones a la práctica, se habló de la importancia de impulsar un referéndum mundial que será el instrumento de apoyo para la aplicación del Acuerdo de los Pueblos. El otro paso, ya iniciado, es llevar las resoluciones a la Cumbre de Cancún, este diciembre, para mostrar al capitalismo que “ya no somos los que pagaremos su factura, sino que son ellos los que nos deben y que están obligados a ser parte de una nueva sociedad en que la todos y todas vivamos bien”.

A este respecto, el ex secretario general de las Naciones Unidas, Miguel D’Escotto y el participante en la mesa sobre Derechos de la Madre Tierra y las estrategias para plantear el marco jurídico ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, reconoció que “la ONU se ha convertido en un organismo “inerte” y que su capacidad de decisión está supeditada a los intereses económicos de las corporaciones”, y junto con el filósofo brasileño Leonardo Boff, instaron a las naciones del mundo a proponer elementos que permitan construir el marco jurídico de los Derechos de la Madre Tierra para que a partir de ellos se cree el Tribunal de Justicia que haga cumplir los compromisos de las naciones para mantener el equilibrio con la naturaleza.

Otro de los participantes, el vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Álvaro García Linera, afirmó “la lógica básica del capitalismo industrial depreda a la naturaleza y arrasa con los pueblos, culturas y saberes; no respeta al ser humano" y señaló que “el único objetivo que tiene el mundo capitalista es su ganancia sin tener en cuenta la vida del planeta ni de la humanidad y por ello desarrolla acciones que aniquilan al mundo en forma gradual”.

Por eso, como afirmó Evo Morales tras la lectura de las conclusiones, “pase lo que pase, igual vamos a encabezar la lucha de los pueblos, porque todo esto lo hacemos por la vida, como se dice siempre Jallalla, que quiere decir “por la vida”.

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