ESPECULACIÓN // PLAN TURÍSTICO VISIÓN 2010 ENTRE ESPAÑA Y MARRUECOS
El negocio de ‘sol y playa’ se desplaza a Marruecos

Las macroestructuras turísticas que han devastado la costa española se desplazan al litoral marroquí con la complicidad del Gobierno y las empresas españolas.

28/07/09 · 0:00
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La zona del Magreb se ha convertido
en los últimos años en un destino
de creciente inversión de las empresas
españolas, especialmente
las del negocio turístico. En Marruecos,
este proceso se ha fortalecido
gracias al plan turístico Visión
2010 entre el Estado español y el
país vecino, cuyo objetivo es llegar
a tener para 2010 la cifra de 10 millones
de turistas.

El Plan Azur, incluido dentro de
esta alianza interestatal, tiene como
finalidad modernizar los hoteles
existentes, construir nuevas infraestructuras
turísticas y desarrollar
nuevas infraestructuras de
transporte y comunicación.

Se tiene
previsto construir en los próximos
siete años seis nuevos complejos
turísticos para fomentar el turismo
de ‘sol y playa’, principalmente
procedente de Europa. Todos
estos balnearios además de
hoteles, tendrán apartamentos turísticos
o villas, así como un gran
número de infraestructuras de ocio
como campos de golf, centros comerciales
y puertos deportivos en
primera línea de playa.

En julio de 2008 se inauguró el
primer complejo turístico, Mediterrania
Saïda, situado el Norte de
Marruecos frente a la costa de
Almería, con una inversión de 1.691
millones de euros. Ha sido posible
gracias a la inversión pública-privada
en la que participan empresas
españolas como Martin-Fadesa,
Iberostar y Barceló.
El próximo mes de octubre se
inaugurará el segundo complejo
Magazan, ubicado a 80 kilómetros
de Casablanca y con una inversión
de 600 millones de euros.

A lo largo de 2010 y hasta 2016,
entrarán en funcionamiento los
cuatro restantes complejos turísticos:
Lixus, Essaouira Mogador,
Cala Iris y Oued Chbika.
Diversos grupos ecologistas,
agrupados en la Plataforma Ecológica
del Magreb, denuncian la
clara amenaza a la que están sometidas
las costas del sur del Mediterráneo
y del Atlántico debido
al avance de la expansión turística
ligada a favorecer el turismo de
‘sol y playa’.

Consorcios españoles,
holandeses, belgas y estadounidenses
tienen el camino abierto
para invertir en parajes naturales
sin casi ninguna restricción en materia
ambiental.
Tal es el caso del complejo Mediterrania
Saïda, inaugurado recientemente,
que según el comunicado
publicado por la mencionada
plataforma ecologista ha transformado
un área de bosque bajo y de
dunas de alto valor ecológico, además
de poner bajo amenaza la desembocadura
en el Mediterráneo
del río Mouluya. El complejo tiene
prevista la construcción de tres
campos de golf que extraerán el
agua de la desembocadura del río
Mouluya para regar estos campos,
lo que causaría un grave impacto
sobre los aportes de agua del río
que es el más grande de la cuenca
mediterránea en la región del Magreb,
así como el de más longitud
de Marruecos. Además tiene uno
de los estuarios más importantes
del Magreb. Este ecosistema es vital
para la migración de diversas
especies de peces, cuya supervivencia
estaría amenazada, y también
es un lugar de descanso, nidificación
e hibernación para muchas
especies de aves de interés
mundial. Asimismo, dos tercios
de todas las aves conocidas en
Marruecos tienen en el estuario
su hogar, según fuentes de la plataforma.
Dentro del citado proyecto
turístico se prevé la construcción
de un colector para verter
aguas residuales y fecales del
complejo al río, lo que provocaría
un aumento irreversible de la contaminación
del agua.

Las previsiones sobre el aumento
de las inversiones de empresas
españolas en suelo marroquí no se
limitan a la construcción de macroinfraestructuras
turísticas. El pasado
diciembre se firmó un nuevo
acuerdo de financiación por valor
de 500 millones de euros entre
España y Marruecos que servirá
para financiar proyectos sobre infraestructuras,
energía y medio ambiente.
Este nuevo acuerdo permitirá
a las empresas españolas desarrollar
los proyectos de financiación
pública en suelo marroquí.

Uno de los proyectos que ya está en
marcha es la construcción de 1.200
micro-centrales fotovoltaicas por la
empresa española Isofotón. También
se concedió el pasado mes de
marzo por parte del Ministerio de
Industria de España, 100 millones
de euros que servirán para financiar
la construcción de una central
termoeléctrica por la empresa española
Abengoa. Resulta paradójico
que muchas de estas ayudas provienen
del crédito Fondo de Ayuda
al Desarrollo (FAD).


Firmas
de apoyo

La Plataforma Ecológica del norte
de Marruecos ha presentado una
petición internacional de recogida
de firmas
para salvar este río de la
amenaza de su posible destrucción
y para exigir al Gobierno de
Marruecos el cumplimiento de los
acuerdos firmados que protegían
este río. En el año 2005 fue incluido
en la Convención de Humedales
de Importancia Internacional
(RAMSAR) y la Comisión
Nacional encargada del Plan de
Áreas Protegidas de Marruecos
clasificó este hábitat en 1996 como
sitio de interés biológico y ecológico
en virtud de su riqueza y su
biodiversidad. Las firmas comprometen
a Marruecos a garantizar la
preservación de este ecosistema.

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