ENTORNO: El Parlamento Europeo discute la Política Agraria Común
Un modelo rural que ahoga el campo

El endeudamiento de los pequeñas explotaciones por el fomento de la agricultura intensiva prevalece en un medio en el que las alternativas se vinculan a las redes de cercanía.

, Redacción
25/06/13 · 7:00
Edición impresa
Agroecología. El cultivo a pequeña escala es el gran olvidado de la nueva reforma de la PAC. / Luz Sosa

Uno de los indicadores de que un país está desarrollado es que un porcentaje muy bajo de la población se dedica al sector primario, el relacionado con la obtención de productos de la naturaleza. Éste es el discurso hegemónico de la modernidad y uno de los aprendizajes que nos deja el currículum escolar. Lo moderno es vivir en las ciudades, donde hay mucho más empleo y bienestar. En el caso del Estado español el desarrollo llegó en forma de hipoteca, alimentos muy baratos y un medio rural cada vez más abandonado y endeudado por las políticas impuestas por la Unión Europea. Sin embargo, tal y como recuerda para DIAGONAL Lola Álvarez, jornalera desde los 16 años, “de la tierra sale todo y la tierra hay que respetarla, es una necesidad para vivir, igual que el aire y el agua, y no se puede permitir que especulen con cosas tan importantes, indispensables para la vida”.

“La nueva reforma de la PAC apuesta una vez más por desregular mercados. Es la ruina de las explotaciones”

El futuro de la tierra, del campesinado y de nuestra alimentación se debate estos días en el Parlamento Europeo, donde se negocia la nueva reforma de la Política Agrícola Común (PAC) para el periodo 2014-2020. La reforma llega marcada por la crisis y por el oscurantismo en los presupuestos, ya que aún no hay cifras definitivas sobre el monto total que recibirán los Estados. En 2013 Europa asignó al Estado español 5.155 millones de euros en forma de ayudas directas, lo que le sitúa en el segundo puesto entre países receptores en la UE. Sin embargo, según cuenta el sindicato COAG a este periódico, es posible que “esa cantidad en términos efectivos disminuya, pero aún no se sabe nada”.

Aunque todavía no se conoce el calado de la reforma, las negociaciones de la PAC no entran en las cuestiones más polémicas para gran parte del campesinado. Según Isabel Villalba, labrega y secretaria general del Sindicato Labrego Galego (SLG), “la reforma de la PAC apuesta una vez más por desregular mercados, trata la cuestión de la alimentación como una mercancía con precios muy bajos, construidos artificialmente y desconectados de los costes reales. Es la ruina de las explotaciones”.

Otra reforma que se reivindica es la relativa a los pagos desacoplados, una medida que se introdujo en 2003 y se hizo efectiva en 2006 por la que se pueden obtener ayudas directas por el mero hecho de tener una explotación agraria, sin necesidad de producir. Para Maite Aristegi, baserritarra y diputada de Amaiur, el desvincular los pagos de la producción “ha promovido el abandono del campo. Los pagos deberían depender de la producción”. El desacoplamiento también ha favorecido a grandes corporaciones y propietarios. Según la secretaria general del SLG, “en el Estado español y en Europa, un 16% de los titulares reciben más del 80% del total de las ayudas. Así no se garantizan proyectos para mantener el medio rural y la economía de pequeños territorios”. Uno de los ejemplos más claros del impacto de la PAC es el modelo andaluz de latifundio y grandes terratenientes.

Para Lola Álvarez, jornalera y miembro del Sindicato Andaluz de Trabajadores, “la PAC nunca mira al pequeño jornalero o jornalera en Andalucía. Las subvenciones siempre van a los cuatro terratenientes que no les interesa nada el bienestar de la clase trabajadora, ni respetan la tierra, ni el medioambiente”. Los duques del Infantado, las hermanas Koplowitz o la duquesa de Alba son algunos de los grandes beneficiarios de las ayudas. Esta última, por ejemplo, posee, según Álvarez, “más del 85% del terreno cultivable de El Carpio un municipio de Córdoba. Recibe todas las ayudas de la PAC, sin embargo, no cultiva. ¿Cuánta gente podría comer de esas tierras?”, concluye Álvarez. Según los registros del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) la empresa Euroexplotaciones Agrarias S.A., propiedad de la familia Alba, recibió en el ejercicio de 2012 más de 1,1 millones de euros en pagos directos de la PAC sólo por sus territorios en este municipio.

Impacto diferenciado de PAC

La PAC ha promovido un modelo de agricultura endeudada a merced de un mercado sin ningún tipo de regulación. Según Villalba, “esta política no valora la calidad del producto, si no la cantidad. Muchos de los programas de ayuda se han dirigido a la compra de maquinaria con costes muy altos. Así muchas granjas se han endeudado porque los precios que te pagaban, al no estar regulados, eran más bajos que los costes de producción”. Según un estudio de la Organización de Productores Lác­teos, la deuda media de las granjas gallegas en 2011 rondaba los 60.000 euros y ha llegado a alcanzar un total de 600 millones de euros en la región.

El endeudamiento ha llevado al mundo rural a una situación límite. “En Galicia –cuenta la secretaria del SLG– en los últimos años han desaparecido un 70% de las explotaciones agrícolas y ganaderas y más de un 5% de las tierras de cultivo. Si además tenemos en cuenta las tierras de bosque y otros usos, hemos perdido más de un millón de hectáreas. Muchas están abandonadas y son pasto de las llamas cada año”. Frente a la intensificación, las pequeñas explotaciones familiares crea un importante tejido social y “tienen mucho potencial para generar economía alternativa sostenible”, sentencia Villalba.

En Euskal Herría se repite un modelo similar al de Galicia con “muchas familias endeudadas”, según Maite Aristegi. Frente a la intensificación, algunos caseríos han apostado por la diversificación, así “si con un producto te iba mal podías compensar con otro”, puntualiza Aristegi. El concepto de autonomía en la supervivencia de las pequeñas explotaciones agrícolas es central, esto es: gestionar tus propios recursos, trabajar con circuitos cortos, “por ejemplo, si tengo vacas le compro el cereal a mi vecina que no especula en la Bolsa de Chicago. Esto te permite no depender tanto del exterior”, señala Aristegi. Para esta baserritarra, las alianzas son una apuesta clave para subvertir las lógicas de la especulación alimentaria. “Hay que romper con la máxima de que más vale una explotación grande que tres pequeñas, es mentira. Se pensaba que si desaparecía tu vecina tú ibas a estar mejor, pero cuantas menos seamos peor viviremos, y al final trabajaremos para el capital”. Las alianzas también tienen que construirse con las consumidoras. Según Aristegi, “todo lo que hacemos tiene consecuencias. De hecho nuestro primer acto político del día es el desayuno”.

Precios altos que no repercuten en el origen

Si tomamos los precios como uno de los barómetro del mundo rural en el Estado Español se puede afirmar que algo no va bien: según el Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos de COAG del pasado marzo una lechuga incrementa su precio en más de un 658% desde que se produce hasta que se vende. Por ello tal y como indica Maite Aristegi , baserritarra y diputada de Amaiur, la nueva reforma de la PAC “Debería marcar el precio social de la producción, una remuneración digna para quien produce y un precio digno para quien consume. Tiene que haber una regulación que marque esos precios, si eso falla lo demás son pequeños parches”.

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

1

  • |
    Rosendo
    |
    25/06/2013 - 11:26am
    Hola redactores de Diagonal ¿porque no le dais mas bola al plebiscito que se está haciendo estos dias en toda España? Está convocado por Marea ciudadana. Es algo muy importante y no lo veo en ningún  periódico en cambio si le están dado bola al que se quiere hacer en Brasil.
  • Tienda El Salto