ENCUENTRO :
El modelo de ciudad que queremos

Alrededor de cien personas se reunieron
entre el 22 y el 23 de febrero
en Zaragoza para reflexionar colectivamente
en las jornadas Dinámicas
del capitalismo global sobre las
formas urbanas depredadoras que
el sistema crea en el territorio y para
plantear la necesidad de otro modelo
de ciudad.

06/03/08 · 0:00
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Alrededor de cien personas se reunieron
entre el 22 y el 23 de febrero
en Zaragoza para reflexionar colectivamente
en las jornadas Dinámicas
del capitalismo global sobre las
formas urbanas depredadoras que
el sistema crea en el territorio y para
plantear la necesidad de otro modelo
de ciudad.

El viernes, la mirada ‘geopolítica’
de Jaime Pastor explicó qué tiene
que ver la guerra de Iraq con la segregación
social en las ciudades.
Partiendo de la crisis inmobiliaria,
Miren Etxezarreta esclareció el oscuro
problema del capital privado,
que busca desesperadamente negocios
dónde reproducirse, para lo
que pervierte el poder público y los
derechos ciudadanos, que quedan
expuestos al endeudamiento con
el sector financiero para obtener
bienes básicos como la vivienda.
La exposición gráfica de Isidro
López ilustró los cambios que supone
la ‘tatcherización’ de las políticas
económicas. Hablando de la ciudad
simbólica y espectacular, Ramón
Ribera planteó ‘¿Quién tiene derecho
a la ciudad y cómo?’. Eduardo
Serrano, Joana, Manuel Rodríguez
y Jordi Bonet contaron, respectivamente,
las experiencias urbanizadoras
que se viven en Málaga, Valencia,
Madrid y Barcelona.
Viajando de lo global a lo local,
se habló de ‘gentrificación’ –proceso
urbanístico que coloca a las clases
medias altas en espacios que
ocupaban las clases populares, expulsando
a éstas hacia la periferia–,
y se abordaron los problemas urbanísticos
que existen en Aragón. Gerardo
Molpeceres criticó la desvertebración
del crecimiento en la Zaragoza
de la Expo, que ha duplicado
la malla urbana sin modificar
apenas los transportes ni los equipamientos.
José Luis Martínez alertó
de los pelotazos urbanísticos con
dinero público de Aramón en el
Pirineo aragonés y rechazó frontalmente
el complejo de ocio y juego
Gran Scala porque sería inmoral,
insostenible y favorecería sólo a los
grandes capitales.

Tras este collage de conocimientos
que sirvió a los asistentes para
armarse con argumentos, las jornadas
finalizaron con un debate abierto
en el que los participantes imaginaron
alternativas y retomaron algunas
líneas de lucha.

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