DOS HUELGAS CONSECUTIVAS ESCENIFICARON LA LUCHA POR UN CONVENIO JUSTO
El metal gallego se planta contra el chantaje

La poderosa patronal del metal pontevedrés ha bloqueado las negociaciones por
un convenio del sector. La flexibilidad de los contratos indefinidos otorga al
clúster del metal una posición que los sindicatos han contrarrestado en la calle.

, Redacción
27/05/09 · 0:00
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La capacidad organizativa de los
trabajadores del metal gallego se
plasmó el 21 de mayo en el bloqueo
de ocho puntos de acceso por carretera
a la ciudad de Vigo. Siete piquetes
fueron disueltos pacíficamente
por los propios convocantes,
sin embargo, en el acceso de entrada
y salida a la autovía y el puerto
de Vigo, los antidisturbios cargaron
sobre aproximadamente 200 trabajadores,
lo que dio origen a una batalla
campal. “La actuación policial
fue indiscriminada, fueron contra
todo lo que se movía, manifestantes,
viandantes, niños o personas
mayores”, señala Miguel Malvido,
secretario nacional de la Federación
del Metal de la Confederación
Intersindical Galega (CIG). También
hubo cargas en torno al Astillero
Barreras, donde el enfrentamiento
se tradujo en otra batalla de
“hogueras, tuercas y piedras contra
botes de humo y pelotas de goma”.

Una semana antes de las huelgas,
2.000 trabajadores del sector
se concentraron alrededor del recinto
ferial vigués, durante la celebración
del salón del automóvil.

Rodeados de ferraris, los piquetes
reivindicaron durante nueve horas
la mejora del convenio: una subida
salarial del 6%, y la reducción
de jornadas. Frente a esto, la propuesta
de la patronal es que el aumento
de este año se haga conforme
al IPC de 2008 (+1,8%) y que
el año que viene se aplique el IPC
de 2009, algo que supondría la
congelación de salarios en 2010.
A unos metros se reunían los
representantes de la patronal gallega,
del ramo del automóvil, del
naval del granito. “De ahí es donde
salió la consigna de que cargaran
contra los trabajadores”,
expone Malvido. “Dijeron que no
había derecho a que se manifestaran
por las calles de Vigo, dijeron
que las negociaciones debían ser
a partir de ahora ‘de otra manera’,
e incluso cuestionaron el derecho
de huelga de los trabajadores”.

El poder del metal

El metal es el sector más importante
de Pontevedra. Engloba a 2.500
empresas y a más de 27.000 trabajadores.
A pesar de la situación
económica, que apenas ha afectado
a un sector como el naval, la patronal
“se siente fuerte”, como denuncian
desde CNT Galiza, y no
acepta “ningún convenio de mínimos”.
De esta forma, antes de la
huelga, la patronal dio plantón a la
mesa de los sindicatos en dos ocasiones
y en las últimas reuniones
sus posiciones no se movieron, señala
Malvido. Ése fue el detonante
para la convocatoria de la huelga,
que paró los astilleros, el sector del
automóvil y del aluminio.

Fuentes de CIG, sindicato que representa
a más del 48% de los trabajadores
del metal en Pontevedra,
denuncian que el origen de la posición
de la patronal es el mecanismo
de contratación de empresas y subcontratas
que, en la práctica, funcionan
como las ETT. Esto ha acarreado
un mayor porcentaje de
puestos de trabajo indefinidos, sin
embargo, “la trampa”, indica Malvido,
“es que las empresas contratan
a 30 personas, dicen que vienen
con contrato indefinido, y esa gente,
que trabaja por 6 y 8 euros la hora,
hace su trabajo y se va”. Malvido
denuncia que llegan contratados
con condiciones leoninas: “Les cobran
por adelantado cursos, billetes
de avión, el alquiler de la vivienda,
y un anticipo por el seguro de hogar”.
El resultado es que, antes de
empezar a trabajar ya deben entre
1.200 y 2.000 euros, e incluso han
firmado el finiquito del supuesto
contrato indefinido. “Lo que demandamos
es que vengan a trabajar
en las mismas condiciones” recuerdan
desde CIG.

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