En plenas fiestas de Zaragoza, la alegría por recuperar la calle para la
política se ha sentido durante toda la marcha del 15-O por la ciudad.
Al menos 30.000 personas han participado en la convocatoria por un cambio
global en Zaragoza. Columnas venidas de los barrios de Torrero y la
Madalena, de Delicias y Casablanca, la Margen Izquierda y el Arrabal, de
San José, el Gancho y La ALmozara, así como la masa crítica en bicicleta
que partía desde la Universidad, han confluido en la céntrica glorieta de
Sasera para llegar al Palacio de la Aljafería, sede de las Cortes de
Aragón.
Los participantes han señalado a diversos culpables, como IberCaja, el
Gobierno de Aragón o la Comisaría de Policía, al paso por sus respectivas
sedes. Un ambiente familiar, intergeneracional y plural sin partidismos,
con representación de precarios, migrantes y trabajadores de la enseñanza
y la sanidad públicas que han protestado contra los recortes y la
privatización de estos servicios.
Cachirulos amarillos, pancartas cartoneras y consignas como "La banca
siempre gana y no nos da la gana" o "No tenéis razón ni tampoco corazón"
han compartido el espacio con músicas como la de Ritmos de Resistencia o
las coreografías de "los blackies".
Actualmente, la fiesta continúa en la barra indignada de los pilares
disidentes, en la que participa Diagonal Aragón.
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