LA RECESIÓN NO AFECTARÁ A LOS PRESUPUESTOS
Madrid 2016, una mala idea en el peor momento

En octubre, el Ayuntamiento aprobó unos presupuestos
“al límite de sus posibilidades”, pero esto no
influirá en la promoción de la candidatura para
organizar los juegos olímpicos de verano de 2016.

13/11/08 · 0:00
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Desde que Juan Antonio Samaranch
saltó desde la modesta Federación
Española de Hockey a la presidencia
del Comité Olímpico Internacional
(COI), aquella alocución griega Citius,
altius, fortius (más rápido, más
alto, más fuerte) se ha convertido en
un lema publicitario que parece justificar
una concepción del deporte basada
en el patrocinio, los focos y la
farmacopea.

Los juegos olímpicos no natos de
Madrid 2016, “los juegos de las personas”,
como los ha bautizado Alberto
Ruiz Gallardón, afrontarán a
principios de año la recta final de la
segunda fase en el camino hacia la
designación. De momento, las casas
de apuestas sitúan a Madrid empatada
con Tokyo y Río, sólo un
punto porcentual por detrás de Chicago:
la ciudad de Obama es hoy
por hoy la gran favorita para organizar
el éxtasis olímpico de 2016.

Andrés Naya, del movimiento vecinal
de Barcelona, recuerda para
DIAGONAL lo que supuso la organización
de los juegos de 1992: “El optar
a ellos se convirtió en un asunto
de Estado. Nosotros nos metimos sólo
con la Barcelona olímpica, es decir,
con las intervenciones que se preparaban
para ser sede: estadio, comunicaciones,
comunicaciones,
villa olímpica, etc.”

Naya señala que para las asociaciones
fue casi imposible generar un clima
de crítica dado el sentimiento de
“orgasmo colectivo” que rodea a estos
macroeventos. Como ha comentado
para este periódico María Ángeles
Nieto, de Ecologistas en Acción,
el deporte es una excusa para el flujo
de capitales. Los Juegos Olímpicos
traen pocos beneficios a la ciudad,
“porque exigen unas inversiones
muy elevadas en una serie de infraestructuras
que realmente no son necesarias,
que en la mayoría de los casos
son muy elitistas y que luego tienen
un escaso uso social por parte de
la mayoría de la población”.

‘M2016’ pasa desapercibido

Nieto reconoce que, en esta ocasión,
el movimiento antiolímpico madrileño
está desorganizado: “Creo que se
tiene la sensación de que no existen
posibilidades. Aunque nunca se sabe,
porque el COI es muy corrupto”.
Para Naya no es una cuestión de posibilidades,
la clave es que los ayuntamientos
necesitan amortizar un
proyecto que ha supuesto recalificar
terrenos y solares: “Si no se llevan a
cabo deprisa los Juegos Olímpicos,
al menos parte de ese proyecto, que
se ha hecho sin discutir, se perderá”.

En cualquier caso, no parece el
momento para embarcarse en gastos
faraónicos, ya que el Ayuntamiento
ha presentado los presupuestos
para 2008, que la oposición califica
de “antisociales, despilfarradores y
poco equilibrados”. Dichas previsiones
contemplan caídas de un 26% en
las inversiones, un 9% en urbanismo
y vivienda y un 5% en Medio
Ambiente. En septiembre, Gerardo
Corral, director financiero de Madrid
‘16, anunciaba que, a pesar de la recesión,
no se iban a escatimar gastos:
“No tenemos mucho margen de
recorte. Los viajes, las visitas, el dossier,
la promoción... todo eso hay que
hacerlo. Sólo podemos recortar, y ya
lo hemos hecho, en las campañas de
comunicación nacionales. Si se comparan
con las que hicimos con la candidatura
de 2012, el nivel es menor”.

La Federación Regional de Asociaciones
de Vecinos de Madrid
(FRAVM), asegura que desde la
Federación se va a vigilar que los recortes
presupuestarios anunciados
por el consistorio no se produzcan
en equipamientos sociales, “en todo
caso que se recorte de los fastos de
Madrid ‘16 o de obras polémicas como
el eje Prado-Recoletos o la carretera
de los pantanos (M-501)”.

Asimismo, la FRAVM critica la opacidad
con la que se está produciendo
la negociación en el asunto Mahou-
Vicente Calderón y el traslado del
campo del Atlético de Madrid al estadio
olímpico de ‘La Peineta’. Otro aspecto
que preocupa a la Federación
es el de las deudas. Se calcula que
cada madrileño debe 2.032 euros de
una deuda total que asciende a 6.000
millones.

El mito de los beneficios

Si no sale elegida, Madrid habrá gastado
más de 10,7 millones de euros
en la fase de elección de candidaturas
y aproximadamente 29,7 millones
en la fase II. En el caso de que
sea designada como sede, obviamente,
la cifra se disparará. La crisis económica
afecta sobremanera a los
presupuestos olímpicos, tanto de
Londres como de las ciudades aspirantes,
ya que las expectativas de recaudación
se rebajan ostensiblemente.

A esto se une el hecho de que el
principal ingreso de los juegos, la
venta de derechos televisivos, va a
parar directamente a las arcas del
COI. Según Holger Preuss, profesor
de la German Sport University de
Colonia, los Juegos Olímpicos y
Paralímpicos se encuentran en la
frontera de la viabilidad económica.
El fracaso de Montreal ‘76 es el más
célebre: la ciudad tuvo pérdidas por
valor de 2.729 millones de dólares.

Los montrealeses tuvieron años para
acostumbrarse a un ‘impuesto olímpico’
que han pagado hasta el año
2006. A raíz de eso, el plan de patrocinios
del COI cambió la concepción
del negocio del deporte; desde entonces,
la organización de los juegos
es el objetivo de ciudades que quieren
“modernizar” sus instalaciones.

Las fuentes consultadas recuerdan
que las ciudades rara vez reutilizan
infraestructuras, al contrario, casi
siempre se construyen nuevas para
favorecer el movimiento del ‘ladrillo’.

Según apunta Carolina del Olmo
en su texto Poco pan y mucho circo:
“Cuando se trata de organizar un
macroevento, el dinero que realmente
afluye a una ciudad es, en primerísimo
lugar, dinero público que pasa
a manos de empresas privadas”. En
este sentido, hay que recordar que
los ‘patrocinadores preferentes’ de
Madrid ‘16 son las adjudicatarias habituales
de obras públicas: FCC, Dragados,
Sacyr, Ortíz o Ferrovial, entre
otras. Nieto redunda en el hecho de
que “ese mito de que trae beneficios
no es cierto, en todo caso son beneficios
para cuatro. Por ejemplo, el COI
exige una serie de plazas hoteleras
que la ciudad no necesita. No hay un
plan posterior que lo haga creíble”.

Otro proceso que se acelera con
motivo de los juegos es el ‘aburguesamiento’
o ‘gentrificación’ de la ciudad.

El incremento de precios en el
alquiler y la compra de vivienda en
los barrios olímpicos y en las partes
más “atractivas” para el turismo, expulsa
de estas zonas a los antiguos
vecinos. Algo parecido pasa con las
zonas verdes. Ana Méndez, urbanista
especializada en paisajes, explica
que los gobiernos locales tienden a
arrasar la vegetación, de forma que
se pierde la diversidad. En su opinión,
los Juegos Olímpicos “no dan
tiempo ni permiten ninguna capacidad
de reacción ni de autorregulación.
No permiten que la ciudad se
pare a pensar dos veces si la remodelación
es una buena idea”.

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