200.000 PERSONAS SE MANIFESTARON ANTE LA EUROCUMBRE
Lisboa vive las primeras protestas

El 18 de octubre, la cumbre de jefes de Estado de la UE fue
recibida con una de las mayores protestas de la última década
en Lisboa. El autor, historiador y activista, analiza los motivos.

15/11/07 · 0:00
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Cuando el 18 de octubre de
2007 los gobernantes de
los países de la UE se reunieron
en una cumbre en
Lisboa, se esperaba que al final del
día se pudiera anunciar la resurrección,
simplificada, del malogrado tratado
europeo. El Gobierno portugués
suspiraba por lograr algo que tuviera
el nombre de Tratado de Lisboa, aun
cuando el tratado fuera la carta blanca
para la violación y el desmantelamiento
de los derechos sociales en la
Europa comunitaria. Los medios se
lazaron a una cobertura apasionada
de la cumbre, discutiendo con menudencia
los procesos formales y la
gimnástica jurídica para alcanzar el
tan deseado acuerdo. Nadie ha intentado
discutir el contenido del futuro
tratado constitucional europeo ,
lo que explica la asombrosa sorpresa
de los medios ante la mayor manifestación
de trabajadores portugueses
en los últimos 20 años.

La CGTP (Confederação Geral dos
Trabalhadores Portugueses), en una
demostración de fuerza y vitalidad
del movimiento obrero portugués,
logró congregar en su protesta contra
la cumbre europea a 200.000 trabajadores
(170.000, según los datos
policiales). Mientras los gobernantes
se ocupaban en la cumbre, los manifestantes
los interpelaban sobre la
dignidad del empleo en la UE. Su lema:
“Por una Europa Social. Empleo
con derechos”.

El malestar por la situación interna
de Portugal y la crítica a un capitalismo
financiero que incrementa
su poder en Europa se unían en la
protesta contra un Tratado que relega
la carta de los derechos sociales.
Señales de la concepción liberalizante
de las relaciones laborales, como
el emergente concepto de flexiseguridad,
alcanzan estatuto de dogma
en la política económica y social europea.
La flexibilización de los vínculos
labores y la consecuente inseguridad
social llegan a Europa después
de los resultados desastrosos en los
laboratorios neoliberales de América
Latina, supuestamente aplacados
por un vago concepto de seguridad.
En respuesta, la CGTP-IN convocará
una nueva huelga general (tras la del
30 de mayo), a la que también se sumará
esta vez la socialdemócrata
UGT. La duda es: ¿Qué harán los trabajadores
europeos?


COMPLICADO
PANORAMA LUSO

En Portugal, las protestas contra
la política laboral europea no
pueden entenderse sin tener en
cuenta el complicado momento
que atraviesa el país. Siete años
consecutivos de pérdida de
poder adquisitivo por las familias,
la caducidad de los contratos
laborales, la violación de la
ley de la jornada de ocho horas,
el poder de la patronal para promover
despidos y la creciente
precariedad en los empleos son
los motivos de fondo del hartazgo
de los trabajadores lusos.

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