ENTREVISTA // MÁXIMO SANDÍN, PROFESOR DE BIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID Y DEL CONSEJO CIENTÍFIC
“La visión darwinista de la condición humana es una justificación del statu quo"

El autor de ‘Pensando la
evolución, pensando la
vida’ (Cauac, 2010) ha
denunciado la
vinculación del
darwinismo con una
visión de la vida impuesta
por el poder económico.

- Versión completa de la entrevista a Máximo Sandin

20/06/11 · 14:00
Edición impresa
JPG - 143.6 KB
Máximo Sandín

DIAGONAL: ¿Cuál es la base científica
del darwinismo?

MÁXIMO SANDÍN: La base científica
de Sobre el origen de las especies
por medio de la “selección natural”
o el mantenimiento de las razas
favorecidas en la lucha por la existencia
es absolutamente inexistente.
Darwin –que no era biólogo– obtuvo
la idea de la “selección natural” de la
observación y lecturas de las actividades
de criadores de animales y
plantas. Su concepción de las relaciones
entre seres vivos –la “lucha
por la vida” y la “supervivencia del
más apto”– provienen de Malthus y
Spencer, dos individuos muy desagradables
que veían la proliferación
de los pobres como una amenaza
para su bienestar.

Las ideas de Darwin sobre la evolución–que llevaba más de 100 años
siendo estudiada– eran enormemente
confusas y superficiales.
En el resumen
final del libro mezcla el uso y
el desuso, las condiciones de vida, la
“selección natural”… Incluso acabó
proponiendo la “pangénesis” como
mecanismo de la evolución.

El principal artífice del darwinismo
fue sir T. H. Huxley,
que sí era biólogo
–además de eugenista– y fue
quien “depuró” las ideas de Darwin
más convenientes para su ideología.
Para ello fundó, junto con Spencer y
otros científicos, el X-Club, que controló
las principales instituciones
científicas de Gran Bretaña. También
fundaron la revista Nature, con
el objeto de promover el darwinismo
y controlar las publicaciones.

D.: Pero el darwinismo actual no es
el de Darwin...

M.S.: A principios del siglo XX el darwinismo
estaba prácticamente marginado
por los biólogos porque los
datos experimentales contradecían
la variación gradual como responsable
de la generación de nuevas especies.
Entonces, un grupo de matemáticos
y genetistas reunidos por su
condición de fervientes eugenistas
–el propio Darwin era eugenista– se
inventaron la llamada “genética de
poblaciones”, basada en una concepción
de la transmisión de las características
genéticas que ya se sabía
errónea por entonces. Sobre esa base
“científica” se montó la llamada
“síntesis moderna”. Curiosamente,
el artífice de este engendro fue sir J.
Huxley, nieto de sir T. H. Huxley,
miembro vitalicio de la Sociedad Eugenésica,
primer director general de
la UNESCO y fundador de la World
Wildlife Foundation, cuyo actual presidente
honorario es el duque de
Edimburgo, también eugenista.

D.: Entones, ¿a qué se debe el éxito
del darwinismo?

M.S.: Al adoctrinamiento que los biólogos
reciben en las universidades, a
los libros de texto y al control de las
publicaciones científicas, también
fundamentalmente anglosajonas. La
concepción individualista y competitiva
(el egoísmo individual lleva al
bien general, base, por otro lado, de
la teoría del libre mercado de Adam
Smith) son conceptos centrales de
las culturas de raíces calvinistas.
Por otro lado, a partir del final de
la II Guerra Mundial, los grandes
magnates mundiales, especialmente
los Rockefeller, asumieron gran parte
del control de la investigación biológica.
Si tenemos en cuenta la creciente
tendencia a la privatización de
las universidades y qué empresas
son las que lo financian, no creo que
sean necesarias más explicaciones.

D.: ¿Qué implicaciones sociales, políticas
y económicas tiene el darwinismo?

M.S.: A principios del siglo XX hubo
un duro debate entre científicos conservadores,
fervientes darwinistas,
que justificaban las desigualdades
sociales en base a las diferencias biológicas
entre los individuos, y científicos
progresistas que afirmaban que
el ambiente y las condiciones sociales
eran responsables de gran parte
de esas diferencias. Naturalmente,
éstos últimos fueron los perdedores
en el debate. Y es que la visión darwinista
de la condición humana es,
desde su origen, una justificación del
statu quo.
Es muy célebre la sentencia
de Rockefeller: “El crecimiento
de un gran negocio es simplemente
la supervivencia del más apto […] es
simplemente la combinación de una
ley de la Naturaleza con una ley
de Dios”. Porque la ideología darwinista
ha transformado en “leyes”
científicas los peores defectos
de la condición humana
(egoísmo,
competencia, avidez por la riqueza,
explotación, forman parte de las
“leyes naturales”). Para que estas
“leyes” se cumplan, la usura, el expolio
y la violencia son instrumentos
necesarios.

D.: Defiendes una propuesta basada
en la Teoría de Sistemas (autoorganización,
importancia del ambiente)
en la que los virus y las bacterias habrían
sido las responsables del surgimiento
de la vida en la Tierra. ¿Qué
implicaciones sociopolíticas tiene
esta propuesta?

M.S.: Las características fundamentales
de la Naturaleza derivadas de
esta propuesta –surgida a partir de
ideas de grandes científicos y pensadores
ocultados o ninguneados por
“el poder” científico– son que los fenómenos
que componen la vida, desde
las células, los órganos y tejidos,
los organismos, las especies y los
ecosistemas, hasta la totalidad del
ecosistema global están organizados
en sistemas interconectados. Así, lo
que mantiene la dinámica de la
Naturaleza no es la competencia, sino
algo que podríamos llamar
cooperación si no fuera un término
antropocéntrico tan del gusto de los
darwinistas
y que prefiero denominar
relaciones de interdependencia.
Es decir, que la forma más adecuada
de vivir en armonía con la Naturaleza
ha sido la que ha mantenido el ser
humano durante la mayor parte de
su existencia: el “colectivismo primitivo”.
Pero como no parece razonable
intentar volver a ese modo
de vida, creo que se puede definir
sucintamente el modelo social que
más se ajusta a la forma en que está
organizada la Naturaleza, con dos
palabras: autogestión y federalismo.


“HAY MUCHOS INTERESES IMPLICADOS PARA NO RELEGAR EL DARWINISMO AL OLVIDO”

D.: ¿Cuál es la situación de la
biología actualmente?

M.S.: Actualmente hay datos
científicos suficientes para relegar
el darwinismo al olvido, pero
sinceramente no tengo mucha
esperanza en que esto ocurra.
Hay muchos intereses implicados.
Por una parte, en el mantenimiento
del adoctrinamiento
social
(la “justificación científica”
del sistema), y por otra, en preservar
la concepción determinista
y reduccionista necesaria para
las manipulaciones genéticas de
la gran industria
de la “biotecnología”
y de los transgénicos.

Por eso, las autoridades darwinistas,
ante la avalancha de
datos que son totalmente contradictorios
con sus bases teóricas
(los fenómenos epigenéticos, los
elementos móviles, los virus
endógenos, todos ellos manifestaciones
de respuesta del genoma
al ambiente), lo que sugieren
es crear una “síntesis ampliada”,
es decir, intentar embutir a la
fuerza todos esos datos reales
en su teoría inventada para que
no cambie lo fundamental, su
concepción patológica de la
naturaleza y de la sociedad.
Sí están surgiendo voces de
científicos prestigiosos que
plantean la necesidad de un
cambio radical en la concepción
de la biología,
pero son
ignorados por la ciencia “oficial”
y, por supuesto, por los
medios de comunicación. Incluso
los “disidentes” tolerados,
como Lynn Margulis, procuran
nadar y guardar la ropa afirmando
que están en contra del
neodarwinismo pero que son
darwinistas.

Más información:

- [Página de Máximo Sandin->http://www.somosbacteriasyvirus.com/]

Tags relacionados: Número 152 Sanidad Ciencia Ecología
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

Máximo Sandín
separador

Tienda El Salto