ENTREVISTA // PERFECTO ANDRÉS IBÁÑEZ, PRESIDENTE DEL TPP, DENUNCIA COMPLICIDAD ENTRE GOBIERNOS Y EMPRESAS
“La UE apoya a multinacionales que violan derechos en países pobres”

El juez del Tribunal
Supremo español,
Perfecto Andrés Ibáñez,
presidió el TPP, donde se
denunció, por violación
de derechos sociales y
ambientales, a más de
40 multinacionales.

26/05/10 · 6:00
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Foto: David Fernández.

DIAGONAL: ¿Qué validez tiene la
sentencia del Tribunal Permanente
de los Pueblos?

PERFECTO ANDRÉS IBÁÑEZ: El
Tribunal Permanente de los Pueblos
(TPP) recoge una experiencia histórica
de los tribunales organizados
por Bertrand Russell, uno sobre
Vietnam y otro sobre Latinoamérica,
hace 40 años. Lo que pretende el tribunal
es hacerse eco de situaciones
de injusticia que se producen en
cualquier lugar del mundo que no
encuentran acogida en las instancias
oficiales. El TPP trata las denuncias
por un procedimiento que se parece
al judicial, pero no es oficial. Las denuncias
adquieren visibilidad porque
se pone voz a las víctimas y se
dan a conocer a la opinión pública.
Es un tribunal de conciencia.

D.: ¿Cuál es la responsabilidad de la
UE en el comportamiento de las empresas
con sede en su territorio?

P.A.I.: Hay una notable inhibición de
la Unión Europea, que apoya a grandes
empresas que violan los derechos
humanos en países pobres.
Además, permite que tengan comportamientos
en otras áreas del
mundo que no podrían llevar a cabo
en sus países de origen.
Una de las finalidades del Tribunal
es implicar a los Gobiernos y a
los tribunales de los Estados. La
nuestra no es sólo una respuesta
ética, de aquí salen líneas de actuación.
Existen instrumentos jurídicos,
el problema es que no existe
voluntad política para hacerlos vinculantes.
Por eso, lo que deben hacer
nuestros Gobiernos es poner
más instrumentos, que en Europa
sí funcionan y que en otros lugares
del mundo no se aplican.

D.: ¿Hay alguna posibilidad de ir
más allá y juzgar las prácticas de
las multinacionales?

P.A.I.: De todos los tribunales de
los pueblos que se han celebrado
desde 1979 hay ya un amplio corpus.
Los Gobiernos probablemente
no hagan mucho caso a este tipo de
iniciativas, que no son nuevas. Las
poblaciones llevan mucho tiempo
denunciándolo. El veredicto del
TPP se hace llegar a todas las instancias.

El problema es que las
grandes corporaciones se mueven
en una especie de vacío legal. Los
intereses económicos no tienen
fronteras, pero los derechos sí, y las
multinacionales buscan los lugares
que más les convienen.

Se instalan en países donde existe
una cierta fragilidad jurídica, fragilidad
de los pueblos afectados, y
así les resulta muy fácil la obtención
de un beneficio extraordinario.
Además, estas transnacionales juegan,
en muchos casos, con la complicidad
de los Gobiernos locales,
que cierran los ojos ante la violación
de derechos fundamentales. Al
mismo tiempo, los países donde se
instalan las multinacionales no
cuentan con normativas para juzgar
estos crímenes.

D.: Todas las intervenciones coinciden
en la denuncia a las multinacionales
por el expolio de los recursos y
el impacto social y medioambiental.

P.A.I.: Sí. Por las dimensiones tan
grandes de las denuncias que se han
dado a conocer ante el Tribunal Permanente
de los Pueblos, y cómo están
incidiendo en el medioambiente
y en la vida de los pueblos, como las
actuaciones de Repsol, son todos casos
bastante graves.

En la época de la primera colonia,
los galeones venían cargados de oro
y otras materias primas que tenían
un valor de mercado. En este momento,
el sistema capitalista a escala
mundial necesita ingentes cantidades
de recursos, y estos países tienen
esas materias primas. El problema
es que las agresiones se producen
en marcos jurídicos frágiles, con
poblaciones vulnerables con poca
capacidad de incidir en los medios
de comunicación... Esto tiene un
atractivo para las multinacionales,
que, para qué nos vamos a engañar,
son empresas sin alma que se rigen
por la lógica del beneficio.

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