LEÓN: LA PLATAFORMA POR LA RECUPERACIÓN DEL VALLE DE RIAÑO PIDE PONER EN PIE LOS PUEBLOS ANEGADOS POR LA PRESA
La lucha por vaciar el pantano de Riaño

Vecinos de los pueblos inundados por el pantano de
Riaño, hace 24 años, piden a través de una plataforma
que se vacíe el pantano para luchar contra la crisis.

06/06/11 · 17:00
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Riaño vive. (Foto: Arsenio Díaz)

La Plataforma por la Recuperación
del Valle de Riaño
, creada en 2007,
20 años después de la inundación de
Riaño y otros siete pueblos más, y
que integra a vecinos de los municipios
afectados y a varias organizaciones
ambientales y sociales, piden
que se vacíe el pantano de Riaño.
Afirman que están convencidos de la
viabilidad de vaciar el embalse y recuperar
los pueblos y sus tierras.

La plataforma está llevando a cabo
varias acciones como la presentación
de alegaciones, la última en el
mes de marzo ante la Fiscalía del
Estado, en las que se solicita recuperar
esas tierras ya que “nadie vendió
nada porque fue una expropiación
forzosa, por lo que no hubo pago sino
indemnización”.

Un pantano sin futuro

Vecinos y ecologistas plantean que
al no haberse cumplido los objetivos
debería abrirse un expediente de revisión
de las propiedades expropiadas.
“Pretendemos que se vacíe el
pantano, recuperar las tierras, la
montaña y nuestros pueblos y desenmascarar
la operación urbanística y
los intereses que hubo detrás”,
apunta
Ramiro Pinto, integrante de La
Plataforma por la Recuperación
del Valle de Riaño.

La Plataforma también argumenta
que la normativa europea exige
desde 2010 plantar un árbol por
hectárea de regadío subvencionada
y que el valle de Riaño podría recibir
millones en la zona que sea recuperada.

Además, la producción
de electricidad de la presa equivale
a lo que producirían tan sólo 49
hectáreas con placas de energía
solar y que, debido a los cambios
de las condiciones meteorológicas,
cada año que pase, el pantano
va a tener menos agua.

La historia del pantano de Riaño
se remonta a 1963. En plena fiebre
desarrollista, cuando no había NODO
en que no se viera a Franco inaugurando
un pantano, se planteó hacer
uno en el valle leonés de Riaño.
Por aquel entonces se quedó en meras
intenciones, pero en la década de
los ‘80 el PSOE puso todo su empeño
en llevar a cabo el proyecto pese a la
oposición unánime de los vecinos.

Los derribos comenzaron el 28 de
octubre de 1986 y finalizaron el 18
de julio de 1987. La oposición al pantano
dio origen a una resistencia vecinal
nunca vista en la comarca,
con
manifestaciones, cargas policiales en
las que varias personas resultaron
heridas, como le ocurrió a la pintora
Carmen Sopeña, a quien le destrozaron
dos costillas, además de perder
un ojo y ser operada varias veces del
otro. Sopeña fue indemnizada después.
Los vecinos se encaramaron
esos días en los tejados para tratar
de evitar las demoliciones de las viviendas
e incluso algunos decidieron
quitarse la vida, como Simón Pardo,
que se suicidó el día que iban a derribar
su vivienda. O Pedro, el encargado
de la máquina quitanieves de
Pedrosa, que hizo lo mismo unos
años más tarde. A pesar de eso, tuvieron
que escuchar del ministro de
Obras Públicas y Urbanismo, Javier
Sáenz de Cosculluela que “no hubo
ni un rasguño y se sacó a la gente a
la silla de la reina”.

El 31 de diciembre de 1987 se cerró
oficialmente la presa, lista para
recibir el agua del río Esla. Destruidos
y anegados quedaban los
ocho pueblos que componían el valle:
Anciles, Burón, Éscaro, Huelde,
La Puerta, Pedrosa, Riaño y Salio.
Vecinos y grupos ecologistas denunciaron
entonces que la razón
aducida para la realización del embalse,
el riego de 83.000 hectáreas
del páramo bajo leonés, era una falacia.
Lo argumentaban indicando que
ya por entonces la UE estaba subvencionando
precisamente el abandono,
por excedentarios, de los productos
de regadío que se decía se producirían
en la zona, y por el contrario se
destruían otros cultivos tradicionales
además de los recursos forestales,
ganaderos y turísticos, y una riquísima
flora y fauna que desaparecerían
junto con el valle.

Sin embargo, el proyecto no fue
parado ni con un informe de geólogos
escoceses que alertaba de que la
presa se asentaba sobre el extremo
de una falla,
con las consecuencias
funestas que ello podía acarrear.
Tampoco el hecho de que los ecologistas
elaboraran alternativas más
eficientes y menos dañinas para regar
lo que decían que querían regar.
Los potenciales regantes realizaron
manifestaciones para exigir el
proyecto. Luego se supo que la
Diputación de León, presidida por
Alberto Pérez Ruiz (PSOE), pagaba
la publicidad y los autobuses para dichas
manifestaciones.

En 1993, la UE subvencionó la
continuidad del secano para conservar
el hábitat de las aves esteparias,
en especial la avutarda. En 1997, el
presidente de la Confederación Hidrográfica
del Duero (CHD) declaró
oficialmente el fracaso de los regadíos
de Riaño. Y, recientemente, el
Ministerio de Medio Ambiente y Medio
Rural y Marino ha informado que
con el tiempo se podrían regar un
máximo de 32.000 hectáreas, ante lo
que los opositores del embalse han
salido al paso indicando que para esa
cifra hubiera bastado un embalse
mucho más pequeño y sin necesidad
de que el valle desapareciese.

Una región empobrecida

La Plataforma también afirma que
no se ha cumplido ninguno de los
objetivos por los que desde la
Administración se defendió el proyecto.
No ha sido el motor de la economía
leonesa –como se argumentó
entonces–, todo lo contrario, la
población no ha permanecido ni en
el entorno del valle ni en Tierra de
Campos, ha aumentado el paro, la
rentabilidad por euro invertido es
una de las más bajas del Estado español
y la provincia de León ha pasado
en estos años de ser la séptima
a ser la penúltima provincia española
en renta per cápita del
Estado español.

La Plataforma ha
hecho público un manifiesto en el
que califica que la recuperación de los
pueblos y tierras inundados es “un
acto de justicia
y la única solución
a la crisis de la provincia de León”.
Señalan que es necesario conseguir
un progreso sostenible e “impulsar
una economía basada en una explotación
ecológica de bosques y
producción de oxígeno” y crear las
condiciones meteorológicas necesarias
“para una pluviosidad acorde
al campo y el hábitat de la zona”.
Esta Plataforma asegura que
cuando Riaño emerja volverá a ser
el corazón de la comarca.

Razones contra la presa

Los opositores al pantano
de Riaño pusieron
el dedo en la llaga
ya en 1987: las verdaderas
razones para
sacar adelante el proyecto,
a pesar de los
costes, fue el negocio
para las constructoras
y sobre todo para las
compañías productoras
de electricidad. Su
objetivo: la producción
hidroeléctrica e incluso
el proyecto (que no
vio la luz) de ligarlo a
una central nuclear en
Valencia de Don Juan
(León) para cuya refrigeración
sería necesario
regular el caudal
del río Esla. El tiempo
ha dado la razón a
quienes se opusieron
al embalse. Han pasado
25 años y la única
noticia es que se van
a poner en regadío
unas 6.000 hectáreas,
pero no se avanza
en ello porque la
Administración pretende
hacer pagar a
los agricultores la
infraestructura y el
coste del agua.

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comentarios

1

  • |
    anónima
    |
    09/06/2011 - 12:07pm
    Que Barbaridad, que locura !!! Solo piensan en el dinero, son capaces de engañar, mentir, asesinar, destrozar la naturaleza que ha estado alli siempre ... Las empresas, las empresas !! ¿ los politicos ? que son los politicos sin las empresas ? los politicos con empresas ! que cuando les cumple el contrato se van a su empresa ! Que ya los habia contratado-comprado cuando gobernaban. Cuidado. No nos desviemos.
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