CRECE EL DEBATE SOBRE LA NORMALIZACIÓN DE LA VIDA POLÍTICA
La Ley de Partidos y la legalización de Batasuna

Con una mesa de partidos por constituir, y a ocho meses de las elecciones
municipales, la legalización de Batasuna se convierte en una cuestión clave
del nuevo curso político en Euskadi.

05/10/06 · 22:03
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CONCENTRACIÓN EN ANDOAIN. Miembros de diferentes plataformas que intentaron presentarse sin éxito a las elecciones
municipales de abril de 2005, tras la ilegalización de Batasuna, se concentran frente al consistorio de Andoain./Zur

Los dos ejes del ‘proceso de paz’
en Euskadi, el de la negociación
entre el Gobierno de Zapatero y
ETA y el del diálogo entre los partidos,
han seguido girando este verano
a pesar de que, aparentemente,
se haya dedicado menos
tiempo y espacio en los medios de
comunicación. Tras comunicar en
junio su intención de iniciar los
contactos con ETA, Rodríguez
Zapatero anunció el pasado 7 de
septiembre en el semanario alemán
Die Zeit, que los primeros
acercamientos se producirán en
las próximas semanas. En el otro
escenario, en el que se debería representar
el diálogo entre partidos,
todavía no se ha creado una
mesa, o un foro, en el que los diferentes
grupos afronten la nueva
situación tras el alto el fuego permanente
anunciado por ETA el
pasado mes de marzo. Aquí surge
el primer problema para la formación
de esa mesa: Batasuna continúa
ilegalizada.

A principios del mes de julio pasado,
una delegación del Partido
Socialista de Euskadi (PSE), y
otra de Batasuna, con Patxi López
y Arnaldo Otegi como protagonistas,
se reunieron de forma pública
en Bilbao. A pesar de este gesto,
la izquierda abertzale ha tenido
problemas a la hora de convocar
concentraciones este verano, incluyendo
investigaciones de la
Audiencia Nacional sobre cada
convocatoria y declaraciones ante
el juez de diversos miembros de
Batasuna por promoverlas. La
manifestación del 13 de agosto en
Donostia, convocada por la formación
abertzale, fue prohibida
por el Tribunal Superior de Justicia
del País Vasco apoyando el
criterio del departamento de
Interior del Gobierno vasco. En
Bilbao, 12 días después, 40 personas
convocaban la concentración
que tradicionalmente organizaba
Batasuna en el Día Grande de las
fiestas. En sus carteles evitaron
cualquier referencia a este partido
pero denunciaban en su comunicado
que “[el Estado español] no
garantiza la actividad política y la
igualdad de condiciones de todas
las formaciones”.

A pesar de que casi todos los
grupos políticos parecen coincidir
en que el debate no es si se ha de
legalizar a Batasuna o no, sino
cuándo y cómo, las posturas sobre
la cuestión son muy distintas. La
actual Ley de Partidos, aprobada
con los votos del Partido Popular
y del PSOE y en vigor desde marzo
de 2003, es, en parte, la que les
enfrenta. En el PSE no contemplan
la derogación de la Ley y exigen
a Batasuna que dé los pasos
necesarios para volver a ser legal.
Su secretario de organización, Rodolfo
Ares, declaró a Radio
Euskadi el pasado 30 de agosto
que “quienes exigen al Estado de
Derecho que rebaje sus exigencias
para que la izquierda abertzale
pueda hacer política se equivocan
en un plano ético y democrático”.

Los dirigentes de Batasuna
entienden que no se les puede exigir
un tránsito hacia una Ley que
consideran antidemocrática y denuncian
una permanente agresión
represiva y judicial del Estado. Sin
embargo, la propia formación no
considera que su legalización sea
una condición necesaria para participar
en una mesa de partidos.
Excepto el PP, que, aunque han
vaticinado que la legalización se
producirá antes de diciembre, critica
cualquier iniciativa que permita
este proceso, el resto de formaciones
vascas (Eusko Alkartasuna,
Ezker Batua, PNV, EHAK
y Aralar) están a favor de que se
derogue la Ley de Partidos y puedan
iniciarse cuanto antes los contactos
políticos.

No en vano, el tiempo apremia.
Porque, aparte de esta mesa de
partidos, o foro, pendiente de
constituirse, las elecciones municipales
se acercan (están previstas
para mayo del próximo año)
y esto también obliga a abordar
la legalización de Batasuna.

Mucho antes de que oficialmente
comience la campaña electoral, y
la eterna precampaña, los partidos
ya se están moviendo. Para
empezar, EA ha decidido no presentar
una lista junto al PNV,
después de ocho años de acuerdos
electorales. Ezker Batua camina
en sentido contrario y ha
abierto un proceso de diálogo
con Aralar para estudiar la posibilidad
de alcanzar una coalición
electoral. Mientras, para poder
concurrir a las elecciones, Batasuna
todavía tiene que conseguir
su vuelta a la legalidad.

Tags relacionados: ETA Elecciones Proceso de paz
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