CROACIA // LA DEUDA, A UN PASO DEL BONO BASURA
“La integración en la UE llega diez años tarde”

El turismo y los servicios no permiten remontar la situación económica de un país que ya ha llevado a cabo una ronda de ajustes antes de su integración en la UE.

Texto de Bisera Fabrio.

19/09/12 · 0:00
DUBROVNIK. Escena veraniega en una de las perlas del Adriático / David Fernández

Éste ha sido un año difícil para la coalición encabezada por los socialistas que accedió al poder en Croacia en diciembre de 2011. El primer ministro, Zoran Milanovic, el más joven de la historia del país –asumió el cargo a la edad de 45 años–, un antiguo diplomático convertido en líder socialdemócrata, mostró inicialmente optimismo y declaró que el nuevo Gobierno atraería inversiones y desarrollaría una estrategia económica que conduciría a la recuperación. Nueve meses después, aquel optimismo se ha desvanecido y los miembros del Gobierno temen que las agencias de rating rebajen la calificación crediticia del país. Eso sería una catástrofe porque el nivel caería hasta el nivel de bono basura y desaparecería el potencial de inversión.

Croacia es un país que importa más de lo que exporta y que depende mucho del turismo, el comercio y los servicios. Pero la situación ha empeorado y el Gobierno croata ha optado por imponer de medidas de austeridad con más impuestos y recorte de los sueldos de los funcionarios, especialmente en el sector de la educación. “¿Qué puedo hacer yo? Nada. Proteste o no, pasará lo mismo. Mejor me quedo en casa con mis hijos”, explica Ante M., que perdió el trabajo recientemente e intenta encontrar algo en la agencia de empleo.

El optimismo se ha evaporado y el Gobierno teme que las agencias de ‘rating’ hagan caer la deuda a bono basura

“Desde que me acuerdo, siempre hemos vivido en crisis, de un modo u otro”, dice Ankica Bilic, maestra. Acaba de volver de vacaciones, ha pasado tres semanas en la costa con su familia. Morena y sonriente, no parece preocupada por lo que traiga el otoño, y lo que trae es un recorte en su salario. Los sindicatos que han negociado con el gobierno no han mostrado unidad –como de costumbre–, y el sindicato de educación, que fue el primero en aceptar unas medidas drásticas, afronta en el comienzo del curso la rebaja salarial aprobada. El desempleo ha subido a 300.000 personas en un país de 4,3 millones de habitantes, y el ministro de Trabajo, Mirando Mrsic, afirma sin tapujos que la tendencia continuará hasta que acabe el año. El salario medio sigue en torno a los 700 euros, pero los que lo perciben de manera regular tienen suerte.

Pocas esperanzas

Croacia se unirá a la Unión Europea el 1 de julio de 2013, pero eso no genera muchas esperanzas.“Me da la impresión de que, cuando entremos en la UE, todos los demás estarán saliendo. Vamos con una década de retraso”, dice Nada Pavic, cajera, mientras los compradores asienten con la cabeza. En el referéndum nacional venció el ‘sí’ a la adhesión, pero ahora los políticos son los únicos que se congratulan de ello. En cuanto al resto de la gente, a la mayoría les da igual, o bien les preocupa, viendo lo que ocurre en Grecia, Italia, España y Portugal, países con los que Croacia se puede identificar fácilmente como pertenecientes a una cultura mediterránea. Así que el primer año de mandato del nuevo gobierno ha sido un año aleccionador. Era necesario hacer recortes y elevar los impuestos, declara abiertamente el ministro de Finanzas, Slavko Linic, un político experimentado a quien se considera como el “grinch” que ha robado las navidades. Después de años de autoengaño, cuando el antiguo primer ministro conservador Ivo Sanader, ahora envuelto en varios juicios por corrupción, afirmaba que Croacia estaba a salvo de cualquier clase de crisis, la esperada caída del PIB de 2,1% no da esperanzas. La temporada de turismo ha sido buena en números, pero quienes trabajan en el sector, como Petar Pazinic, de Split, se quejan de que los turistas no se gastan tanto como solían. Los italianos ya no salen a cenar cada noche, los escandinavos no beben como solían, resume Pazinic, y los ingleses llegan en vuelos low cost y se decantan por hoteles humildes. Hay cruceros enormes en los puertos de Split y Dubrovnik, pero los miles de pasajeros que visitan las perlas del Adriático no suelen gastarse mucho: un imán para la nevera y un souvenir; normalmente, eso es todo.

Hay 300.000 parados en un país de 4,3 millones de habitantes y el presidente anuncia más destrucción de empleo

Al noreste del país, la ciudad de Vukovar sigue mostrando los daños que provocaron las fuerzas serbias en 1991; esa parte del país, que depende en gran medida de la agricultura, está sufriendo ahora las condiciones meteorológicas.“ No es bueno que llueva, porque a los turistas no les gusta, y tampoco es bueno que no llueva, porque entonces se resiente la agricultura” –dijo recientemente el primer ministro–. Según se acerca el otoño, se esperan más lluvias, y la depresión económica generalizada puede extenderse también a las mentes de la gente.

LA ISLA DE PAG, LA IBIZA CROATA

Hace sólo 15 años la costa croata se estaba recuperando de las consecuencias de la guerra civil y de la inseguridad de los vecinos Balcanes. Ahora las huellas de la guerra han desaparecido para siempre, al menos en la costa, donde las fiestas locas se suceden sin fin. Algunos comparan la isla croata de Pag y su famosa playa de Zrce con la nueva Ibiza: los medios de comunicación muestran insistentemente las bellezas semidesnudas que exponen sus bikinis a los numerosos paparazzi y las fiestas de 24 horas que naturalmente incluyen sexo, drogas y techno o house -ya no rock’n roll-.

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