En cualquier caso, ambas fuentes constatan un fuerte aumento del número de manifestantes respecto a las manifestaciones precedentes durante las huelgas generales del 7 y el 23 de septiembre, así como el 2 de octubre, en las cuales hubo entre 2 y 3 millones de personas (1 millón según la policía). En esta última fecha, el día elegido – un sábado – había favorecido la participación de familias enteras y de asalariados del sector privado, los cuales tienen más dificultades para ejercer su derecho a la huelga.

Este martes también, incluso si los trabajadores del sector público formaban la mayoría del cortejo, se notó la presencia de trabajadores del sector privado: aeronáutico, metalúrgico, automovilístico, comercios, etc.

Pasando por el Puente de los Catalanes, las inmensas pancartas negras de «Ni pobre ni sumiso», colectivo de personas minusválidas, hacían el vínculo entre el tema de la jubilación y el de la salud – dos ramas de la seguridad social. De vez en cuando, se podían oír eslóganes gritados con más fuerza: las voces de los alumnos de secundaria, que desde el jueves pasado están impulsando manifestaciones y bloqueos de liceos en varias partes del país galo.

Los días felices

La medida más emblemática de la reforma legislativa que desata estas protestas pretende elevar de 60 a 62 la edad en la cual se puede acceder a la jubilación (con 42 años de cotización) y de 65 hasta 67 años para esperar una pensión completa. En el contexto del escándalo político-financiero del Ministro del Trabajo, Sr. Woerth, esta reforma plantea con intensidad la cuestión de la repartición de las riquezas. Este nuevo ataque al sistema de pensiones por repartición constituye así una nueva etapa del desmantelamiento del sistema de solidaridad heredado de la Segunda Guerra Mundial, concretamente del programa del Consejo Nacional de la Resistencia, conocido como « Los días felices ».

¿La huelga ilimitada?

Frente a la sordera gubernamental, las Asambleas Generales se multiplican estos días en los centros de trabajo y en las principales ciudades. La Asamblea General del sector de la educación se reunió por la tarde en la facultad del Mirail. Sus principales resoluciones llaman: a la reconducción de la huelga, a la organización de concentraciones frente a la sede del partido de Sarkozy y a organizar rondas de los liceos de la ciudad occitana para convencer a trabajadores y profesores y apoyar a los alumnos en huelga. En Toulouse, la policía reprimió este martes algunos bloqueos de liceos y dos alumnos del instituto Raymond Naves permanecieron varias horas bajo arresto. Esta entrada en escena de los jóvenes preocupa al gobierno y se suma a una radicalización general del movimiento.

En varios sectores se llama a una huelga reconductible (votación en Asambleas Generales sobre la continuidad de la misma) y a la paralización de la economía por medios diversos y acordes a la situación: huelgas controladas desde la base, bloqueos y cortes de rutas, marcos interprofesionales de acción... Si bien ningún sector pretende enfrentarse solo a este gobierno, algunos sectores como los transportes y las refinerías tienen un carácter más estratégico para el conjunto del movimiento.

Algunos centros están ya paralizados, como la refinería de Fos Lavera (cerca de Marsella) donde la huelga se mantiene desde el 23 de septiembre. A nivel nacional, los sindicatos llamaron a un nuevo día de acciones y marchas para el sábado 16 de octubre. En Toulouse han decidido no dejar pasar estos días claves y habrá también una manifestación el jueves. El conflicto entre el movimiento popular y el gobierno toma forma y se amplifica.