Entrevista de Cristina Candela y Mario Andrés Mejía

Son ya diez días de la retirada de la policía de la plaza de Taksim y del parque de Gezi. Desde ese momento, la gente no ha parado de asistir y participar en lo que se considera como una manifestación plural, festiva y contra el autoritarismo del Gobierno de Erdogan. Hemos hablado con dos personas que han participado en las protestas. Hakan, joven activista prokurdo y Cemal Atila, perteneciente a uno de los grupos anarquistas que acampan en el parque.

¿Cómo empezó todo?

Hakan: Un pequeño grupo de activistas burgueses, con los cuales inicialmente no simpatizaba, hicieron una campaña para salvar un cine histórico en la calle Istiklal. Pierden la batalla después de enfrentarse a la policía. Después son estas mismas personas quienes ocupan el parque de Gezi, en protesta del plan urbanístico que afecta la plaza de Taksim y el parque. Acampan allí el martes 28 de mayo; en la madrugada del viernes la policía ataca brutalmente y la situación da completamente la vuelta. Se vuelve una protesta contra la violencia policial y una demostración de poder de la gente contra la policía. En ese momento me uní a la protesta.
 
Cemal Atila: Este es el único parque en el centro y el Gobierno quiere cargárselo para hacer un centro comercial y reconstruir un antiguo edificio militar. Desde hace un año ha habido un movimiento para salvar el parque con muy poca gente interesada, integrado por anarquistas, ambientalistas y vecinos del barrio. Hace dos semanas el Gobierno llegó aquí y empezó las obras. Talaron unos pocos árboles y alrededor de cien personas acamparon aquí para impedirlo.

Una mañana temprano la policía llegó y empezó a atacar la gente, quemaron tiendas, usaron gas lacrimógeno y agredieron a la gente. Por la mañana mucha más gente llegó para apoyar a los manifestantes; esa mañana, 31 de mayo, la policía consiguió desalojar el parque y fue cuando todo empezó. La mayoría de la gente era apolítica. Según fue pasando la mañana la policía se volvía más y más violenta y usaron gas contra todo tipo de personas. La batalla siguió desde el viernes hasta el sábado hacia las 2 de la tarde, cuando mucha gente de todos los barrios de Estambul vino hasta Taksim y la policía se tuvo que retirar. Alrededor de las tres de la tarde del sábado la gente tomó el parque. Desde entonces estamos aquí.
 

¿Cuáles han sido las razones por las cuales la gente ha salido a la calle?

H.: No hay una comunidad única y las demandas no están claras. Desde hace tres o cuatro años ha habido una limitación muy grande de la libertad de expresión. Cuando quieres decir algo en la calle la policía ataca a cualquiera: kemalista, aleví (minoría religiosa), anarquista...da igual quien sea. Una vez que la gente salió a la calle sintió, que era  el momento de expresarse por sí mismos, eso fue lo que encendió el fuego en otras ciudades que primero se manifestaron en apoyo a Estambul y luego exigiendo sus propias demandas. En Antakia, por ejemplo, exigen que se detenga la tensión con Siria.

El Gobierno se ha vuelto más autoritario interviniendo en el modo de vida de la gente. Esto llegó a ser demasiado hasta para la gente corriente, la gente siente que su estilo de vida está en peligro. Por otro lado, en Estambul la gente que hay en el parque es de diversas ideologías: hay grupos LGTB, Kemalistas, Kurdos, anarquistas, ambientalistas; uniendo todas las demandas serían libertad de expresión, libertad de pensamiento y democracia participativa
 

¿Qué debería hacer el gobierno frente a esta situación?

H.: El Gobierno debería permitir las manifestaciones pacíficas y castigar la violencia policial con la destitución de los responsables.
 
C.A.: Hay una plataforma solidaria en el parque que ha unificado ciertas demandas: Por una parte, el proyecto del parque debe ser cancelado; el gobierno debe abandonar el uso del gas lacrimógeno; la plaza de Taksim debe estar abierta a todo tipo de manifestaciones; que los responsables de la violencia policial deben dimitir y ser procesados: jefe de la policía, Gobernador de Estambul y Ministro del Interior y por último, mayor tolerancia frente a los diferentes estilos de vida y a las minorías en turquía.
 

¿Qué piensas de la gestión del Erdogan frente a los acontecimientos?

H.: Él es un tipo de nuevo profeta en Turquía y él vende la imagen del papa que no puede equivocarse. En ese sentido, hacer cualquier concesión afectaría su imagen por lo cual mantiene su actitud amenazante cuando habla públicamente pero por debajo está haciendo acercamientos igual que hizo con la huelga de hambre de presos kurdos el pasado invierno.
 
C.A.: Él está haciendo una muy mala gestión. Lo más insoportable es su actitud, insulta la gente: "¿Quién son éstos, sólo un grupo de çapulcu (vagabundos)”. La gente quiere ser respetada y él está amenazándola usando a sus votantes para justificar su comportamiento.
 

¿Crees que los diferentes sectores que asisten en el parque permanecerán unidos?

H.: El secreto del éxito de este Gobierno ha sido siempre dividir a su oposición. Sea el caso de los kurdos o sea el caso de los nacionalistas, este Gobierno siempre ha procurado señalar y sacar partido de sus diferencias. Sin embargo, la gente es ahora más consciente que nunca de esa estrategia. Por ello existe ahora una tregua táctica entre los diferentes grupos. Yo no veo ninguna división ahora y no creo que vaya a pasar.
 
C.A.: Eso esperamos. La gente que ves aquí pertenece a diferentes tipos de vida y puntos de vista. Muchos grupos normalmente no lograrían permanecer juntos. Claro que hay conflictos y sabemos que en el parque hay policías infiltrados tratando de provocar enfrentamientos. Pero hasta ahora parece que todo el mundo permanecerá unido.
 
¿Existe comunicación entre los levantamientos de las diferentes ciudades?

H.: Desafortunadamente es el mayor de los problemas. Quizás porque nadie esperaba esto, todo el mundo esperaba que la policía atacara y ganaría de nuevo. Pero se ganó el parque y en otras ciudades la gente estaba en la calle no sólo apoyando lo que pasaba en Estambul sino exigiendo su propias demandas. Todo completamente espontáneo.
           
La legitimidad de esta protesta está en el parque, entonces ahora nuestros amigos de Ankara que son atacados por la policía todos los días nos preguntan “por qué os quedáis en el parque, ¿por qué no atacáis la policía? Nosotros os hemos apoyados, ahora debéis apoyarnos”, pero qué podemos hacer nosotros ahora, estamos aquí para protestar por el parque no para hacer la revolución y si ahora atacamos a la policía les daríamos más razones para atacarnos y como no podemos hacer otra cosa desafortunadamente estamos sentados esperando. Y también al ser una protesta espontánea no hay ninguna organización capaz de coordinar entre las ciudades.

Además uno de los mayores problemas que tenemos es que la gente tiene muchos prejuicios hacia cualquier tipo de organización; la mayoría de la gente rechaza la propaganda de los partidos, ellos quieres manifestarse como individuos y no como parte de una organización. Esto es algo peligroso, por que una vez que esto acabe el Gobierno dará un paso atrás pero quizás un mes después harán otra cosa y no habrá ninguna organización para enfrentarles. Será difícil organizarse otra vez. Así que necesitamos una organización común. Es la necesidad más importante.

Ahora mismo hay un proceso de diálogo entre la gente del parque y una plataforma llamada Taksim Solidarity Platform de la cual han salido los representantes que se han reunido con el Gobierno; la gente participa y se expresa en su interior pero no se siente parte de esta plataforma. Yo opino que Çarsi (hinchada de Besiktas) es el líder natural de esta revuelta. Están allí desde el principio y siempre se hacen responsables de temas políticos pero finalmente no son más que la hinchada de un equipo de fútbol. Sin embargo la gente se identifica con ellos por ser un grupo no-jerárquico: no tienes que pedir ser miembro, si te sientes parte, eres miembro. No existen líderes, como en una organización anarquista, y tienen una organización en red. Deberíamos fijarnos en su organización, en su estructura y en su actitud y aprender para encontrar una forma de lucha.
 
C.A.: Hay comunicación pero no coordinación. Nadie pidió a otras ciudades que se levantaran pero lo hicieron porque tienen los mismos problemas entonces la gente de manera espontánea se levantó; esa es la mejor parte de todo esto pues no hubo necesidad de ninguna coordinación ni organización. La gente sola salió a la calle.
 
 
 ¿A dónde crees que todo esto conducirá?

C.A.: No esperamos que esto acabe de una forma violenta, no creemos que el Gobierno ataque esta gente. Quizás intenten recuperar la plaza abriéndola al tráfico y así esperar que poco a poco la ocupación del parque se vaya deshaciendo. Creemos que si las acciones terminan en Estambul, las acciones de las otras ciudades terminarán también. Todo el mundo mira hacia Estambul.
 
Esta es la primera derrota de este Gobierno. Antes eran intocables, ahora la gente tiene más confianza, no tiene más miedo y el Gobierno será más cuidadoso desde ahora. Esto es una transformación política y social en la gente. Para muchos, es la primera vez que se unen a una manifestación, hay una politización y definitivamente la gente ha perdido miedo.
Aún con todo, nadie ve una alternativa política al Partido de la Justicia y el desarrollo (AKP, en el Gobierno) esto no es una revolución para cambiar un sistema. Es más una llamada de atención a este Gobierno y a cualquiera que venga después para que escuche y cree los organismos necesarios para una democracia más participativa.