Es uno de los cofundadores de GRAIN, una organización
que trabaja apoyando al campesinado y a los
movimientos sociales en la lucha por un sistema
agroalimentario sostenible y comunitario.
DIAGONAL: ¿Ninguna de las medidas
propuestas po r los grandes
organismos internacionales en la
lucha contra el hambre ha sido
efectiva?
HENK HOBBELINK: Si miramos
el problema del hambre de manera
estructural y las políticas agrarias
que se han aplicado en las últimas
décadas, vemos que no tienen en
cuenta las necesidades locales ni
de las pequeñas comunidades. Si
esto no se tiene en cuenta, ninguna
medida tecnológica va a funcionar.
Más bien lo contrario: va a empeorar
la situación mundial. La mayor
parte del dinero que la FAO pide
para solucionar el problema del
hambre va destinado a semillas y
fertilizantes. Gracias a este enfoque
sólo se benefician las multinacionales,
mientras que en los países
receptores de esta ayuda se
crea una crisis social y económica,
además de una catástrofe medioambiental,
por los costos de producción
de estos cultivos.
D.: El pasado mes de noviembre,
Jacques Diouf, director de la FAO,
se reunió con los representantes de
grandes multinacionales en el Foro
del Sector Privado de Milán. Allí
animó a los asistentes a mirar hacia
la agricultura y explorar nuevos países.
¿Qué papel desempeña entonces
este organismo internacional en
la lucha contra el hambre?
H.H.: La FAO se ha ido orientando
cada vez más a los intereses del sector
privado. Si miramos la trayectoria
de este organismo en los últimos
20 años, antes apostaban mucho
más por fortalecer el sector público,
por la promoción de la agricultura.
Ahora, cada vez más se está favoreciendo
que el sector privado y las
grandes multinacionales tomen el
liderazgo para solucionar el problema
del hambre. Cada vez el espacio
del sector privado en la FAO es más
grande. Es escandaloso que los gobiernos
o el sector público deleguen
así, porque no saben cómo afrontar
el problema del hambre. Las políticas
agrícolas neoliberales, que consisten
en abrir mercados, desproteger
a los agricultores y orientar la
producción hacia la exportación,
son medidas que promocionan una
agricultura industrial. Responden
tan sólo a los intereses de quienes
comercian con la alimentación y
producen la tecnología.
- TRANSGÉNICOS. Marzo de 2009, Paraguay. El cultivo de soja transgénica ha expulsado de sus tierras a miles de campesinos paraguayos. Olmo Calvo
D.: En África se habla ya de una segunda
revolución verde en la que
están implicadas el proyecto AGRA
y la Fundación Bill y Melinda Gates.
¿Hasta qué punto se ha iniciado
el proceso y qué consecuencias
está teniendo?
H.H.: El proyecto de AGRA y la segunda
revolución verde en África
repiten exactamente los mismos
errores que la primera revolución.
Básicamente está orientado a aplicar
“soluciones” científicas creadas
en un laboratorio. En vez de
trabajar con el campesinado para
ayudar a promover y mejorar las
tecnologías locales que ya tienen y
aplicarlas, crean una tecnología
que en el continente africano no va
a funcionar. De nuevo se establecen
dependencias sobre unas cuantas
variedades y unos cuantos agrotóxicos.
Además tiene un segundo
impacto que ya hemos visto en la
primera revolución verde: va a crear
una dependencia tremenda, de
las tecnologías externas y de las
multinacionales.
D.: ¿Se han introducido transgénicos
en África a través de la ayuda
alimentaria?
H.H.: La ayuda alimentaría hace
falta en situaciones de crisis y entonces
la comunidad internacional
debe ser capaz de hacer llegar la
comida donde haga falta. Lo que
pasa es que se ha convertido en un
negocio donde hay muchos intereses.
Por ejemplo, Estados Unidos
requiere que toda la ayuda alimentaria
que mandan a África sea de
productores norteamericanos: maíz
arroz, trigo… Es muy caro y además
cuando hay una crisis alimentaría
como en Etiopía es mucho
más sostenible y más interesante
económicamente mirar a otros países
de la región donde se pueden
comprar productos locales. Hasta
ahora ha prevalecido el interés de
los grandes productores y productoras
para sacar sus productos al
mercado. Y de hecho se introducen
muchos productos transgénicos,
como por ejemplo, el maíz.
Para un agricultor o agricultora
africana el maíz se come pero también
se planta. De esta manera, y ya se han visto varios casos, existe
gran contaminación genética de las
variedades locales del maíz que se
produce. Esto se salta todos lo reglamentos
existentes y la soberanía
de un pueblo, de un país, para decidir
si quiere transgénicos o no, porque
de facto ya los tienen.
D.: ¿Se ha negado algún país a recibir
este tipo de ayuda y ha sido castigado
por ello?
H.H.: El caso de Zambia levantó
la polémica al negarse a recibir
ayuda alimentaria con transgénicos.
De manera muy directa se
castigó al Gobierno afirmando
que denegaban a la gente hambrienta
de su país el acceso a comida,
cuando lo único que pedían
eran alimentos sanos, algo que no
tuviera riesgos para su población
ni para sus cultivos.
PONGA UN FAMOSO EN SU CAUSA
LA FAO DE GALA
La Gala de la FAO emitida por
TVE llevó al torero Ortega
Cano hasta Guatemala: “Convertí
el pueblo en una placita.
Le enseñé a un niño a llamar
al toro diciendo ‘aja’ y a los
demás a contestar ‘olé’, y ya
no estaban asustados”.
TODO EMPEÑO
El futbolista Kaká, el embajador
más joven de UNICEF, con 23
años afirmó: “Hoy es un día
muy especial para mí porque
saber las cifras del hambre en
el mundo me ha golpeado realmente
y he decidido empeñarme
personalmente”.
ESE DINERITO
La cantante Soraya también
está con la FAO. “La cifra no es
lo más importante, hay que dar
lo que nos sobra, lo de esos
paquetes de tabaco, que fumar
ya no se puede. Por favor, que
deberíamos dejar ese dinerito
para los niños de Guatemala”.
APOYO Y GOLF
“Es muy fácil ayudar. Aquí lo
único que hay que hacer es
pensar que hay gente con verdaderos
problemas y apoyarlos
como sea. Yo los puedo
apoyar con mi fama”.
(Ana García Obregón en un
torneo de golf solidario)
A SOL Y SOMBRE
El actor David Arquette se
encierra durante 8 horas en
una caja de plexiglás para
luchar contra el hambre: “El
sol de media mañana pega
fuerte y en la cabina hace
bastante calor, pero la
causa vale el esfuerzo”.
LA ESPERANZA
La cantante Christina Aguilera
aporta su granito: “Es inaceptable
que un niño muera de
hambre cada seis segundos.
Prestando mi voz a esta campaña
espero difundir el mensaje
y llevar a la gente del
hambre a la esperanza”.
IMAGÍNATE ALLÍ
Otra vieja gloria de las galas de
la FAO, David Bustamante, comparte
sus pensamientos: “Si
aquí la cosa está mal, imaginaos
cuando no hay nada para
comer. Allí se les está enseñando
a cultivar sus propios alimentos
para ellos y para el futuro”.
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