20 DE NOVIEMBRE // LAS ELECCIONES Y EL 15M
La difícil relación entre la indignación y las urnas

Los partidos de izquierdas tratarán de transformar la
movilización en votos, en un contexto en el que también
crece la defensa de la llamada “abstención crítica”.

14/11/11 · 8:15
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Foto: Olmo Calvo.

La indignación no se traducirá en votos,
o al menos, no en un caudal de
votos a las opciones minoritarias de
izquierdas comparable a la simpatía
que genera el movimiento 15Men la
sociedad española. El PP será así
quien capitalice el 20 de noviembre el
desgaste de un Gobierno socialista
cuya imagen pública ha quedado destrozada.
Ni siquiera el final de ETA
parece que pueda salvar a un PSOE
en caída libre.

IU, los deberes a medias

Según todos los pronósticos la coalición mejorará
sus resultados tras una
década de retroceso electoral y podrá
formar grupo propio. Los siete escaños
que vaticina el CIS podrían ser
un buen resultado, pero claramente
insuficiente teniendo en cuenta que
IU se encuentra en la mejor coyuntura
en años para crecer. Y es que IU
llega a noviembre con los deberes a
medias. El tantas veces anunciado
proceso de refundación del colectivo,
que arrastra una larga historia de crisis
internas, desastres electorales y
alejamiento de los movimientos sociales,
se hallan a día de hoy poco
más que enunciado.

IU se presentará en coalición con
algunos grupos verdes testimoniales,
Batzarre, los socialistas independientes
extremeños, y finalmente, y aunque
ha costado mucho, mantendrá
su frágil coalición con ICV en
Catalunya. La mayor novedad en la
política de alianzas de IU tendrá lugar
en tierras aragonesas, donde concurrirá
en la coalición La Izquierda
de Aragón con la Chunta y las asambleas
abiertas de la llamada iniciativa
social. Esta unión, promovida por intelectuales
y activistas, podría obtener
un escaño, que se repartiría a
tiempo parcial entre la Chunta
Aragonesista e IU, dos fuerzas entre
las que las buenas relaciones nunca
han sido la norma.

Más allá de estas puntuales uniones
con otras formaciones de izquierdas,
la gran asignatura pendiente de
IU, así como del resto de fuerzas de
la izquierda institucional, es cómo relacionarse
con el 15M, un movimiento,
que según la propia confesión de
Llamazares, “nos ha pillado con el pie
cambiado”. IU está poniendo el máximo
empeño en convencer a los indignados
para que voten a la coalición,
lo que la ha llevado a incluir en
sus listas a personas del entorno de
Democracia Real Ya y 15M, y apostar
por el ciberactivismo y las campañas
virales. Sin embargo, y a pesar de
que previsiblemente una parte de
quienes están o simpatizan con el
15Mdará su voto a IU, como señala
el profesor de historia contemporánea
de la UAB Xabier Doménech,
“los partidos, incluso los de izquierda,
se perciben en el movimiento, con
razón o sin ella, más como parte del
problema que de la solución”.

Ecosocialistas y anticapitalistas

ICV también parece recuperar apoyos.
Los eco socialistas catalanes, cuya
aspiración es construir una izquierda
verde federalista plurinacional,
centrarán como IU su campaña
en evitar la abstención de quienes rechazan
los recortes sociales y las privatizaciones.
Equo presenta algunas características
organizativas muy horizontales,
como la ciberdemocracia interna,
que pueden atraer a una parte del activismo
y los simpatizantes del 15M
para los que IU les resulta una organización
anquilosada. Su lema de
campaña “Reinicia. Recupera la ilusión.

Regenera la democracia” curiosamente
incide más en lo democrático
participativo que en el ecologismo,
mientras cuenta con atraer a desencantados
del PSOE poco o nada interesados
en IU. En Valencia Equo
concurrirá coaligado con Compromís
y en Baleares con el PSM-Iniciativa-
Els Verds-Entesa.

Izquierda Anticapitalista, quizá la
formación política más implicada en
el 15M, es también la que tiene un espacio
electoral más reducido, aspirando
únicamente a recoger un voto
tan militante como su campaña, con
acciones directas como el encierro en
la sede de CiU o la pegada de carteles
en la casa de Esperanza Aguirre. Las
condiciones que los anticapitalistas
pusieron para un pacto con IU (una
campaña barata sin créditos de bancos,
elección abierta de candidatos,
cargos rotativos y desprofesionalización
de la política) resultaron inasumibles
por parte del partido de Cayo
Lara.

El voto nacionalista

Dentro del voto nacionalista, BNG,
cuya campaña se parecerá mucho a la de IU e ICV, con la defensa del empleo
y de los servicios públicos en primer
término, intentará estabilizar sus
dos diputados. En ERC, que acude a
las urnas en coalición con
Reagrupament, es el discurso independentista
el que monopoliza la
campaña tras la derrota en las primarias
del sector más socialdemócrata
representado por Joan Ridao. Apenas
hay guiños al 15M, y por el contrario
sí un discurso dirigido a movilizar al
electorado independentista, y en clara
competencia con CiU.

El soberanismo, aunque acompañado
de un discurso social y ecologista,
es sin duda el centro de la campaña
de Amaiur, donde varios cabezas
de lista son abogados implicados en
procesos judiciales contra la izquierda
abertzale. Impulsados por el fin de
ETA y el rechazo social a los consensos
en materia económica de PPPSOE-
PNV, la reunión de la izquierda
abertzale, Aralar, EAyAlternatiba, aspira a recoger un buen número de
votos,muchos de ellos de un PNV que
según el activista cultural Andeka
Larrea se encuentra “algo perdido en
el nuevo escenario y vive cada vez
más de espaldas a sus bases sociales”.
Aún es una incógnita el papel que jugará
la izquierda abertzale en las próximas
cortes madrileñas, a donde
acudirán regularmente en la próxima
legislatura.

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Foto: Jairo Vargas.

La abstención activa

Por Patricia Manrique (Redacción)

La abstención y el voto en blanco suben
según la encuesta del CIS. La primera
de las opciones pasa de un 8,5%
en la estimación previa a las elecciones
generales de 2008 (traducida finalmente
en un 24,68%, o lo que es lo
mismo, más de ocho millones de ciudadanos) a un 9,3%. También sube el
voto en blanco, que asciende de un
3,3% en 2008 a un 4,6% en las estimaciones
realizadas en octubre. El
voto nulo, que no se contempla, consiguió
en 2008 un porcentaje del
0,64%. Estas tres opciones, a menudo
obviadas por los análisis o vaciadas
de contenido político, son ‘candidatas’
para quienes, por uno u otro motivo,
abogan por ellas.
“El voto en blanco o la abstención
producen un movimiento de deslegitimación
en el sentido de que una democracia
representativa con niveles
de abstención muy altos puede ser
considerada como una democracia
relativamente deslegitimada”, explica
Carolina Bescansa, profesora de
Ciencias Políticas de la Universidad
Complutense. En cambio, “las teorías
más conservadoras hacen ver, haciendo
gala quizá de un cinismo espectacular”,
apunta Bescansa, “que
altas tasas de abstención demuestran
una conformidad pasiva con el sistema”.

La opacidad de esta opción, y la falta
de estudios al respecto, hacen que
sea difícil establecer qué porcentaje
corresponde a la llamada ‘abstención
crítica’ –que se cifra en torno al 6%–,
y cuántas personas dejan de votar por
mero pasotismo o por pertenecer a
sectores excluidos.Además, se considera
muy difícil una abstención menor
al 20%. “Es lo que se entiende como
abstención estructural, que a lo
mejor es una expresión muy cínica,
como ocurre con el paro estructural”,
apunta Bescansa.

El anarcosindicalismo se abstiene

Sin embargo, organizaciones como
CNT y CGT abogan cada año por la
llamada abstención activa como opción
electoral. “Desde CNT nos planteamos
la abstención activa pero no
consideramos un caballo de batalla si
es en la forma de abstención o voto
nulo”, explica Miguel Ángel Fernández,
secretario de prensa y comunicación.

La expresión ‘abstención activa’
apunta a una práctica política
cotidiana que “no se limita a las elecciones
sino que implica un nivel de
lucha y construcción de alternativas
el resto de días del año”, aclara David
Ordóñez, de CNT-Jaén, a quien no le
importa que esto “compute o no compute,
porque lo relevante es que en el
día a día estemos tejiendo alternativas
autogestionadas”.

Jacinto Ceacero, secretario general
de CGT, argumenta que no siendo
el objetivo de este sindicato “mejorar
el sistema”, sino “formar uno
distinto donde el protagonismo no
esté en los partidos sino en las asambleas
populares y la sociedad en su
conjunto”, abogan también por la
abstención activa. En estos comicios,
además, les parece especialmente
oportuno, pues tras la reforma
constitucional “se dan todas las
condiciones para desacreditar este
juego representativo” y “ya da lo
mismo quien salga, porque el proceso
está atado y bien atado”.

En una
línea diferente, organizaciones políticas
como la Candidatura d’Unitat
Popular (CUP) catalanas, con el lema
“No les seguimos el juego”, pide
a su electorado la abstención. En este
caso, se trata de una táctica de denuncia,
por parte del nacionalismo
de izquierdas, de la “poca utilidad
de presentarse”, explica su secretario
de prensa Llúis Sales. Por ello, el
objetivo de su apuesta por la abstención
es táctico, pues la CUP lleva
años trabajando en las instituciones
locales y presentándose exclusivamente
a los comicios municipales,
poniendo la mira primero, antes de
dar el salto a las autonómicas o las
generales, en la construcción de la
“unidad popular”.

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Foto: comandonarizadepayaso.

#Vota nulo o #vota a otros

Anonymous ha propuesto “hackear
las elecciones”, votando nulo o votando
a partidos minoritarios. Entienden
que el voto en blanco perjudica
a los partidos pequeños y que la
abstención es interpretada por el sistema,
no sin manipulación, como
desinterés. Por ello, defienden una
suerte de ‘voto útil’ por visible, un
voto nulo, a poder ser expresado mediante
papeletas simbólicas como la
que promueve la página votenul.net.

Para Raimundo Viejo Viñas, profesor
de teoría política de la
Universitat Pompeu Fabra, el voto
nulo puede ser un “voto táctico-crítico”,
“instrumental”, y “por encima
de relatos partidistas o ideológicos”.
Razona que “aunque el 80% se abstenga,
el reparto de votos se produce
exactamente igual entre los votos
válidos” pero “¿y si hay un 80% de
voto nulo?No lo sabemos porque no
ha sido previsto”.Ahí estriba la oportunidad
que convierte esta opción
en “explícitamente antisistémica”.

“Si el porcentaje de abstención fuera
voto nulo ¿cómo se podría interpretar?,
plantea, “¿significa que estamos
en un país de ineptos?”. El voto
nulo ya fue promovido exitosamente
por la izquierda abertzale en
las elecciones autonómicas de 2009,
tras la ilegalización de sus candidaturas.
Se instó al electorado a introducir
en las urnas las papeletas de
Demokrazia Hiru Milloi (“Democracia
Tres Millones”, D3M), para
recabar el apoyo mediante el cómputo
de las papeletas invalidadas.
D3M obtuvo así 100.924 votos, el
8.84%de los votos emitidos, unos resultados
que le hubieran servido para
hacerse con siete escaños en el
Parlamento de Vitoria.

Restar importancia al 20N

El debate sobre estrategias hacia el
20N ha estado y está presente en las
plazas de todo el Estado. En su entorno,
explica Patricia Ramos de la
Asamblea Popular del Paseo de
Extremadura, priman las opciones
por la abstención y el voto nulo, aunque
“no hay ni va a haber una opción
única en el movimiento”. Ella
escogerá el voto nulo, porque lo considera
“la única forma que tenemos
de mostrar nuestro descontento
dentro del sistema”. Para el profesor
de ciencias políticas de la
Universidad Autónoma de Madrid,
Carlos Taibo, “el 20N no es la batalla
del movimiento del 15M”, un movimiento
que debe estar más preocupado
por lo que ocurra después.

Además, “un debate excesivo sobre
esto genera muchos mecanismos de
confrontación y división interna”, y
es “un terreno muy fértil para infiltraciones
externas que generen divisiones”.
En la misma línea, Carolina
Bescansa apunta que “el 15M ha
conseguido un posicionamiento en
el espacio ideológico español que
desborda con mucho cualquier resultado
electoral”. Viejo Viñas se suma
a esta perspectiva y subraya que
“el 15Mno es contingente al 20N, sino
el 20N contingente al movimiento”.
Por ello, todos abogan por trabajar
“mucho más allá” ya que, como
señala Ramos, “gane quien gane
nos gobernará el Banco Santander y
el Banco Central Europeo”.

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comentarios

3

  • |
    anónima
    |
    16/11/2011 - 12:38pm
    <p class="spip">Hay un error en el artículo: "Los seis escaños que vaticina el CIS podrían ser un buen resultado".</p> <p class="spip">El CIS le daba a IU 8 escaños (http://imagenes.publico-estaticos.es/resources/archivos/2011/11/4/1320406513678cis.pdf) y un 6,17%.</p> <p class="spip">Metroscopia le da ya un 8,8% justo después de los "debates" televisados, y 11 escaños (serían 30-31 si el sistema electoral fuese porporcional), con lo que se situaría entre los 2 y 3 millones de votos.</p> <p class="spip">Por otro lado, referirse al apoyo ciudadano a una formación política a partir de los escaños que puede conseguir es engañoso. Eso suelen hacerlo los media-mass para trasladar la distorsión del sistema electoral a la opinión pública y minimizar el apoyo real a los partidos minoritarios. Incluso llegan a hablar de CIU como "la tercera fuerza política".</p>
  • |
    anónima
    |
    15/11/2011 - 2:18am
    Exacto PCB, yo me quedo una vez mas sin poder hacer mi "voto nulo".. Esta vez lo han complicado de la manera mas eficiente para que los que estamos fuera de España lo tengamos aun mas dificil si cabe.. Y una vez mas nos quedamos sin votar. Eso si, la propaganda electoral siempre llega a tiempo..
  • |
    anónima
    |
    14/11/2011 - 11:34pm
    <p class="spip">Es curioso como en la calle se pasó del «si no votas, no te quejes» a «si les votas, no te quejes». Todo esto presupone que tenemos derecho al voto, lo cual es falso.</p> <p class="spip">Basta con emigrar, salir del Estado español, para experimentar las numerosas formas burocráticas encaminadas a impedir el ejercicio de este derecho. Lo cual supone, para una masa de emigrad@s cada vez mayor, ejercer la abstención activa como única actitud política.</p>
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