ANÁLISIS // EL PROTAGONISMO DE LA DERECHA EN EL DISCURSO SOCIOLABORAL
La CEOE, a por todas

El contrato para jóvenes,
la penúltima provocación
de la patronal, es otra
muestra de la libertad
con que la patronal ataca
los derechos básicos.

25/03/10 · 0:00
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CARLOS VELASCO

No hay lugar común más
repetido que para salir
de la crisis es necesaria
una reforma laboral.
Tampoco hay una afirmación más
falsa. Si con el marco legal vigente
se crearon en los años pasados millones
de empleos y ahora se destruyen
también por millones, no cabe
atribuirlo a la legislación. El paro,
es evidente, tiene otros orígenes.
Por otra parte, no hay empresario
que pueda decir que no crea empleo
por los costes del despido,
pues, en realidad, con el abanico de
contratos precarios disponible, el
despido es libre y gratuito. Sostener
que al mercado de trabajo le falta
flexibilidad, con los despidos masivos
que están teniendo lugar, es
otra afirmación falaz. Así pues, la
insistencia en la necesidad de una
reforma laboral sólo es producto
del intento por parte de la derecha
política y la patronal de aprovecharse
de la crisis
–qué hermosa ocasión–
para abaratar salarios y liquidar
algunos derechos laborales que
todavía subsisten, con el objetivo de
convertir toda la fuerza de trabajo
en una mercancía tan desechable
como las basuras. Por ello se insiste
tanto en los viejos contratos indefinidos,
que para la CEOE suponen
una segmentación insoportable del
mercado laboral.

Los trabajadores no han creado
esta crisis ni, por muchos que sean
sus sacrificios, pueden aportar nada
a su solución. De ahí que se deba
resaltar la contumacia de la derecha
en defender sus intereses, frente
a la debilidad de la izquierda en
hacer lo propio, incluso cuando los
vientos le soplan a favor. Esa diferente
actitud sostenida en el tiempo
ha determinado un retroceso continuo
de los derechos de los trabajadores
y ha creado una relación de
fuerzas entre las clases, tan desfavorables
a estos últimos, que la derecha
ya no conserva las formas y
actúa con el mayor desprecio y la
mayor prepotencia que cabe imaginar
.
Éste es quizás el mayor desastre
originado por el retroceso de la
izquierda: que la derecha se atreve
a todo e impone su manera de pensar
a la opinión pública y en los
debates sociales. Así se explica la
propuesta de la CEOE de crear un
contrato para jóvenes barato, sin
cotizaciones sociales y sin ningún
derecho, ni de despido ni de paro.
No hace al caso que anunciaran que
retiraban esa propuesta: la prueba
de fuerza ya la habían hecho y su
desprecio a los trabajadores y los
sindicatos quedaba demostrado.

El presidente de la CEOE, el
modélico empresario Díaz Ferrán,
en un artículo de prensa
posterior, modulaba las formas
pero endurecía las reivindicaciones
de la patronal. Proponía
un nuevo contrato indefinido, con
indemnización por despido, eso
sí, menor que el actual, pero como
un objeto de decoración de estúpida
utilización ya que a continuación
sugería que “convendría
encontrar un contrato adecuado
para los jóvenes”, “preservarse el
uso racional del contrato temporal”
y que se debían fomentar
“mecanismos alternativos de flexibilidad
como el tiempo parcial”.
Imbuido del noble objetivo de disminuir
el paro, añadía que convendría
mejorar la flexibilidad interna
en la empresa, a través de la
movilidad funcional y geográfica;
disminuir las cotizaciones empresariales
a la Seguridad Social; fomentar
las agencias de colocación
privadas con ánimo de lucro, anular
la intervención de los jueces
en los despidos colectivos, y otras
cosas por el estilo.

Como decía, lo peor
de estas demandas es
que llegan argumentadas en unas
claves tan siniestras que reflejan
una inquietante degradación moral
de la sociedad
. Sin ningún pudor
defienden que cualquier joven prefiere
un trabajo, por rastreras que
sean sus condiciones, a no tener
empleo. O acusan con insidia a los
sindicatos, para paralizarlos, de no
preocuparse más que de los trabajadores
con empleo, despreciando
las angustias de los jóvenes. Históricamente
esto es falso y lógicamente
insostenible, pues si los sindicatos
admitieran los contratos
basura de los jóvenes estarían socavando
a los trabajadores ocupados,
puesto que la sustitución de
unos por otros estaría cantada. Pero
no se trata de llevar razón sino de
ganar en la lucha de clases
.
Tanto la forma como el fondo de
la cuestión manida de la reforma laboral
conduce a la necesidad imperiosa
del rearme ideológico de la izquierda
y a organizar, por parte de
los sindicatos, una firme oposición
contra las miserables propuestas de
la CEOE. Respuesta que debe combinar
la resistencia y el combate por
otro orden social
. Es hora, como dicen
los líderes sindicales, de poner
ya pie en pared. La crisis viene muy
dura y la derecha va a por todas sin
parar en métodos.

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