PALESTINA: EL BLOQUEO DE LAS NEGOCIACIONES DE PAZ Y LOS BOMBARDEOS ISRAELÍES EN LA FRANJA DE GAZA ELEVAN LA TE
La Autoridad Nacional Palestina pedirá el reconocimiento como Estado en la ONU

Ante el bloqueo de las negociaciones de paz, la OLP pedirá a la ONU el reconocimiento como Estado, mientras sigue la escalada de violencia de Israel sobre Gaza.

- Acoso a Gaza, una situación insostenible

- “Esto es lo que hacemos en vuestro nombre”

09/09/11 · 10:00

Texto de Ibon Lourido Rodríguez

“Los culpables pagarán un precio
muy caro”, amenazó el 19 de agosto
el primer ministro Benjamin Netanyahu,
un día después de la muerte de
ocho israelíes por un ataque con cohetes
lanzados desde la franja de
Gaza en la ciudad Eilat, cerca de la
frontera con Egipto. Un día después,
el Ejército israelí se empleaba a fondo
en la franja de Gaza y en Cisjordania,
bombardeando supuestos objetivos
terroristas y provocando la
muerte de varios civiles en una ofensiva
calificada como una de las más
graves tras la Operación Plomo
Fundido
a finales de 2008.

Como en otras ocasiones, la guerra
también es política. La diplomacia
hebrea se afana en dinamitar
cualquier apoyo a la causa palestina.
El Estado español no es la excepción.
Trinidad Jiménez declaró
durante esos días que es el momento
de lograr “un avance en el reconocimiento
del Estado palestino”;
al día siguiente el ejecutivo israelí
llamó a capítulo al embajador español
en Tel Aviv.

Israel no admite concesiones. Su
Parlamento ha autorizado la construcción
de nuevos asentamientos
y los colonos judíos refuerzan las
agresiones con la quema de propiedades
y campos de cultivo. La ocupación
de Jerusalén avanza, sobre
todo en el barrio de Sinwal, donde,
con el pretexto de excavaciones arqueológicas,
continúa la expulsión
de familias árabes. En Cisjordania
se multiplican las incursiones en
los campos de refugiados y las redadas
nocturnas acaban con decenas
de detenidos.

Aun así, el 20 de septiembre, ante
el bloqueo continuado de las negociaciones
de paz, la delegación palestina
solicitará su ingreso oficial en
la ONU. De este modo, aspiran a lograr
el reconocimiento de un Estado
palestino basado en las fronteras anteriores
a la Guerra de los Seis Días.
Si su plan prospera, los actuales territorios
ocupados de Gaza y Cisjordania
serán declarados parte de la
primera Palestina soberana e independiente.
No obstante, para ello, no
basta con conseguir el apoyo mayoritario
de la Asamblea General; además,
la Administración de Abbas ha
de lograr el visto bueno del Consejo
de Seguridad. Los palestinos son
conscientes de que éste es un objetivo
muy poco probable. Están seguros
de que Estados Unidos usará su
derecho a veto. En este sentido, nadie
cree siquiera posible que el proyecto
salga adelante. Hace mucho
que en esta tierra se perdió la ingenuidad,
cuando no la esperanza.

“Si la ANP asume crear
un Estado en esta
situación, los palestinos
darán las llaves de la
prisión a sus carceleros”

A pesar de todo, son muchos los
palestinos que, al menos, confían en
lograr una victoria simbólica frente
al enemigo. Abd, del Comité de
Rehabilitación de Hebrón, es uno de
ellos. Comprometido con su comunidad,
especialmente castigada por la
ocupación, piensa que los planes de
la Autoridad Nacional Palestina
(ANP) no navegan hacia buen puerto.
Sabe que la resolución de la
ONU naufragará en el Consejo de
Seguridad. No obstante, cree que
será un estímulo para reactivar el
movimiento social en Palestina: la
Tercera Intifada pacífica, hija de las
revoluciones árabes, con la que no
pocos sueñan. “Los palestinos saldremos
a la calle, haremos manifestaciones
y protestaremos todos juntos”,
dice Abd.

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OCUPACIÓN DE TIERRAS. La ocupación de tierras palestinas por parte de los colonos continúa, muchos agricultores se ven obligados a enfrentarse a las Fuerzas de Defensa de Israel, que los desalojan de la tierra. DELAYED GRATIFICATION

Es una manera de recuperar el espíritu
de unidad perdido, según él,
en los enfrentamientos fratricidas
entre las distintas facciones palestinas.
“Fatah lucha por su identidad.
Hamás por la suya. Y todos se olvidan
de Palestina”, lamenta. En realidad,
Abd encarna el anhelo de
cambio que sacude a buena parte
de la juventud local. Se declara harto
de las familias políticas tradicionales.
Denuncia cómo, de facto,
Fatah ha gobernado, durante décadas,
un régimen de partido único y,
por otro lado, no cree que Hamás
represente una liberación para el
pueblo palestino.

Y es que, así las cosas, el Estado
planteado por la ANP se ve expuesto
al fracaso, no tanto por la oposición
de las potencias occidentales, como
por las difíciles condiciones que ha
de afrontar. En primer término, el
cisma interno es evidente. El celebrado
acuerdo de reconciliación, subscrito
por Fatah y Hamás en El Cairo,
ha quedado en entredicho. Es más,
las elecciones municipales previstas
no se celebrarán. Hamás se niega a
convocarlas en Gaza. Los islamistas
acusan a Fatah de no haber cumplido
con los compromisos pactados y,
por tanto, rechazan los comicios. El
riesgo de ruptura es serio.


Más de una semana de bombardeos sobre Gaza

Los ataques de Israel contra los palestinos no se detuvieron durante más de una semana y media, desde el atentado del 18 agosto en el que murieron ocho israelíes. Israel respondió con brutalidad, la cifra de civiles palestinos muertos supera los 30, entre ellos once niños, además de 80 heridos.

Los bombardeos de los cazas israelíes no respetaron el alto el fuego del domingo 21 de agosto; un día después, Israel votó en contra de una operación a gran escala. Pero los bombardeos tampoco cesaron. Éstos tuvieron como objetivos casas, plazas y otros lugares públicos. Según fuentes médicas, los heridos sufren quemaduras que recuerdan el uso de fósforo blanco en la Operación Plomo Fundido.

Otra fractura que amenaza la unidad
popular es la sociorreligiosa. En
Palestina coexisten dos proyectos
políticos insolubles: el de los fedayines
revolucionarios y el de los muyahidines
islámicos. Representan dos
modelos de sociedad incompatibles.
El futuro Estado se bate entre el secularismo
y la teocracia.

El islamismo, omnipotente en
Gaza, ha ganado posiciones aupado
por la patológica corrupción de
Fatah. Por el contrario, Ramala y
Belén, con la universitaria Birzeit en
su órbita, son refugio del laicismo y,
por ello, vivero natural del Frente
Popular de Liberación Palestina y demás
organizaciones de la izquierda
tradicional. Ante este escenario, Ana
Lucía Partida, cooperante mexicana
en Cisjordania y experta en relaciones
internacionales, cree que la cuestión
de fondo es la imposibilidad de
diseñar un Estado palestino separado
de Israel. “El problema de la solución
de los dos Estados es que, de hecho,
no es una solución”, dice. La
presencia de miles de colonos armados
en los territorios palestinos, así
como el aislamiento geográfico de
Gaza y Cisjordania, refrendan su opinión.

Las ciudades palestinas están
cercadas por muros y alambradas y,
a su vez, los asentamientos judíos separan
unas regiones de otras. Israel
ha advertido que no desmantelará
las colonias y, por supuesto, jamás
aceptará la partición de Jerusalén.
Como señala Partida, “si la ANP asume
la creación de un Estado en estas
circunstancias, los palestinos entregarán
las llaves de la prisión a sus
carceleros”. Ésta es la apuesta de
Estados Unidos y el temor de muchos
palestinos. Según Partida, “lo
peor es que, tarde o temprano, parece
que eso va a ocurrir”.

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