NEOLIBERALISMO // LA JORNADA DE 35 HORAS, UNA DE LAS PRIMERAS VÍCTIMAS
La agenda negra del señor Nicolas Sarkozy

El ‘estado de gracia’ del nuevo presidente francés
llegó a su fin con los resultados de la segunda
vuelta de las elecciones legislativas del domingo
17 de junio de 2007. Perdió más de 60 diputados
entre las dos vueltas: un resultado que,
pese a la victoria (323 de los 577 diputados), supuso
para los conservadores de la UMP una
vuelta a la realidad política de un país en crisis.

05/07/07 · 0:00
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Después de haberle dado
un extraordinario voto
de confianza en las presidenciales,
los franceses
le han recordado en las legislativas
que no era el ‘rey sol’ y que las
promesas de la campaña electoral
tenían que ser respetadas.

Pero en el ámbito nacional, la situación
no permite todavía dejarse
llevar por la euforia. Una política
económica y social no se pone en
marcha tan rápidamente y los resultados
positivos tardan meses antes
de aparecer, si aparecen.
El señor Sarkozy y su primer ministro,
el señor Fillon, tienen mucho
trabajo en perspectiva ya que
prometieron un sinfín de cosas a
todo el mundo sin especificar con
qué dinero, o mejor dicho, con el
dinero de quién. Muchos temen
que la variable de esta gran ecuación
sea el trabajador y su salario.

El primer susto llegó entre las dos
vueltas de la legislativas cuando el
ministro de Finanzas, el señor Borloo,
dijo que el IVA subiría para
compensar el aumento de las ayudas
sociales. El resultado fue inmediato:
perdieron 60 diputados en la
segunda vuelta.

Muchas reformas anunciadas
tienen como objetivo cambiar grandes
sectores de la economía y de la
sociedad francesa. Primero, en la
enseñanza: reforma de la autonomía
de la universidades y la eliminación
de la tarjeta escolar. Luego,
en el mundo de la empresa: abolición
de las 35 horas de trabajo semanales,
defiscalización de la horas
extraordinarias -pagadas un
25% más que las horas normales-,
revalorización de las jubilaciones,
creación de un contrato de trabajo
único para la gran mayoría de los
trabajadores, limitación de las indemnizaciones
económicas para
los altos directivos.

Después en el sistema fiscal: eliminación
de los impuestos sobre
las herencias, limitación del impuesto
sobre la renta al 50%, reforma
de los criterio de atribución de
las ayudas sociales, acceso facilitado
a la propiedad y deducción de
las hipotecas de los impuestos sobre
la renta.
Y cabe hablar de las medidas en
las cárceles (instauración de penas
mucho más duras para delincuentes
reincidentes) así como en
la Administración pública (reducción
drástica de todos los presupuestos,
control de los funcionarios
y de su trabajo, obligándolos
a mejorar su productividad laboral,
y creación de un servicio mínimo
durante las huelgas).

35 horas, ‘au revoir’

Una de las grandes reformas puestas
en marcha por el Gobierno de
Nicolas Sarkozy es la desaparición
de las 35 horas de trabajo semanales
del tejido económico y
social francés. Las 35 horas, uno
de los temas centrales de la campaña
electoral, “una decisión históricamente
estúpida realizada
por el Gobierno socialista de
Lionnel Jospin”, son, según el señor
Sarkozy -decididamente muy
inspirado por las tesis neoliberales-,
una limitación inaceptable de
la libertad de emprender, un mal
diabólico que habría hecho de
Francia un país retrógrado e inadaptado
en el plano económico,
un país muy atrasado en comparación
con sus socios europeos y
sus competidores occidentales.

Cuando la izquierda explicaba a
la gente que “trabajando menos,
se podría ganar más”, Nicolas Sarkozy
explica ahora a los pequeños
empresarios potenciales que son
los 25 millones de trabajadores activos
en Francia que “la gente trabaja
más porque con más poder
adquisitivo tenemos más crecimiento
económico”. Y para acabar
con este arcaísmo de izquierda,
Nicolas Sarkozy ha declarado que
las horas extraordinarias no serían
sujetas a impuestos (tales como
cargas sociales para los empresarios
a impuesto sobre la renta para
los contribuyentes).

¿Cuándo se verán los efectos?
_ De las muchas promesas
de Nicolas Sarkozy,
por el momento
solamente se ha cumplido
una: un Gobierno
reducido a 15 carteras
con equilibrio entre
mujeres y hombres
(siete mujeres y ocho
hombres para ser más
exactos), pero la paridad
no es respetada,
ni mucho menos entre
los secretarios de Estado
(cuatro mujeres por
12 hombres). Todas
las demás promesas
están sin cumplir. El
nuevo presidente sabe
que la 'rentrée' de septiembre
no le deja más
que algunas semanas
y que sus enemigos
políticos lo van a acechar,
ya que, en parte,
perdieron al no saber
contener la avalancha
de medidas y promesas
populistas de Sarkozy.
Ahora, toda Francia
se está movilizando
para el otoño, cuando
se pondrán en marcha
sus reformas más polémicas
sobre empleo y
fiscalidad. La izquierda
cree que Nicolas Sarkozy
ha mentido al
pueblo y que detrás de
las promesas fiscalmente
imposibles de
cumplir se esconden
realidades que los trabajadores
pagarán
caro y que se pueden
ver con claridad en el
Reino Unido o EE UU.

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