REDES // Nueve personas serán juzgadas en octubre
Juicio a las sentadas de la vivienda digna

Tres de los 9 encausados de las sentadas por la vivienda digna rememoran el movimiento que recorrió diferentes capitales del Estado español en 2006. En octubre serán juzgados por un supuesto delito de atentado a la autoridad, con penas de hasta 6 años de carcel.

08/04/11 · 13:05
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Las cargas en la segunda sentada, el 21 de mayo de 2006, empezaron ya en la Puerta del Sol. Las cámaras de fotoperiodistas ’freelance’ y de aficionados pudieron recoger muchas agresiones policiales. Foto: Edu León.

“La burbuja reventará, solo hay que esperar, quizás un año, quizás tres”.
[Comentario anónimo en el blog de Macromundo, 22/5/06 09:58, un día después de la segunda sentada por la vivienda digna]

La burbuja tardó en reventar aproximadamente un año después de la primera sentada por la vivienda digna, convocada el 14 de mayo de 2006 a través de un correo electrónico: “En Francia, los jóvenes protestan por la “modificación” de los contratos basura. Muchas voces han sido las que se han quejado en este país porque los jóvenes no hacían nada. Pues bien, ¿se lo vamos a demostrar?”

El autor anónimo de este desafío no podía saber que el desplome de la inmobiliaria valenciana Astroc, que perdió un 65% de su valor entre febrero y abril de 2007, sería el primer síntoma de que las turbulencias que entonces ya atormentaban a Wall Street y a la City de Londres empezaban a afectar a la burbuja inmobiliaria española. Tampoco lo sabían ninguna de las miles de personas que respondieron a su convocatoria el 14 y comenzaron un movimiento espontáneo que puso voz y cuerpo a la indignación de un sector de la población por los altos precios de la vivienda.

Cinco años después, nueve personas se enfrentan todavía a penas de cárcel por un presunto delito de atentado a la autoridad durante la segunda sentada, celebrada en Madrid el 21 de mayo. Las penas alcanzan los 6 años de carcel para dos de ellas, por enfrentarse además al agravante de provocar lesiones a los policías. Al resto se les pide ’sólo’ 5 años y dos meses de pena.

“Yo me topé con la primera sentada prácticamente por casualidad y me uní”, recuerda D., uno de los detenidos. D llevaba poco tiempo en Madrid y no participaba entonces en ninguna asociación, pero sí tenía en la cabeza las mismas movilizaciones de los estudiantes franceses a las que aludía el correo electrónico de la convocatoria. También recuerda la referencia antigeneracional al botellón, que esas semanas había sido noticia en los medios, escandalizados por el hecho de que los macrobotellones fueran convocados ’por internet’.

Para Jimmy, que también resultaría detenido en la segunda sentada, se trataba de una cuestión práctica. “Fuí porque quería independizarme y no podía. Yo quería exigir lo que me habían prometido en un papel”, resume, en alusión al artículo 47 de la Constitución, que reza “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”.

De esa primera sentada rememoran los cánticos (“Qué pasa, qué pasa, que no tenemos casa”), y “la alegría, la sensación de que había mucha gente muy diversa”, afirma Cristina, que hoy trabaja como becaria -sin seguridad social- en una institución pública. “Fue algo digno de ver, se grita de forma distinta por una causa que te afecta personalmente. Y con esa sensación de que si los ciudadanos queremos, no se nos puede parar”, remacha Jimmy.

Todos los principales medios cubrieron la sentada, que devino manifestación improvisada, con cortes de tráfico incluídos, por las calles del centro de Madrid. Sólo hubo un detenido, y por un incidente completamente ajeno a la convocatoria. Otras ciudades vivieron su propia versión de esta movilización en red, y pronto tomarían el testigo de Madrid como referentes de la lucha. Pero esa es otra historia. Esa tarde, la gente volvió a sus casas con una segunda cita en la mente: el siguiente domingo nos volvemos a juntar en Sol.

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Cristina, una de las 9 encausadas, se enfrenta a una pena de 5 años y 2 meses de carcel. Foto: David Fernández

La encerrona

“Mal Rollo, pero lo que más mala espina me da es la falta total y absoluta de medios de comunicación. No había absolutamente nadie. El domingo pasado pude ver TVE, Localia, la Cuatro, la Sexta, la agencia Efe y Antena 3. Pero hoy mágicamente habían desaparecido. ¿Una sentada espontánea es noticia y una segunda no lo es? ¿Ni siquiera para uno? Mal rollo”.

La entrada del 24 de mayo de 2006 en el blog de Macromundo recoge el ambiente vivido en la segunda sentada, que culminaría con la detención de 9 personas a las que dos años más tarde un fiscal pediría las penas de carcel.

Todas las salidas de la Puerta del Sol, lugar de la sentada, estaban flanqueadas por unidades de antidisturbios. “Estábamos mas atrapados que el Bill Murray en el día de la marmota” escribía él entonces, en una crónica que destapaba una vocación periodística que cubría el hueco dejado por los medios tradicionales.

“La policía cerró todas las salidas cuando alguien avisó por megáfono de que nos movíamos de allí”, recuerda Jimmy. Algunas personas se acercaron hasta las filas policiales que tapaban la salida hacia el Congreso y se encararon con los agentes. Al rato empezaron las cargas, y la sentada sería disuelta. Algunos grupos se dirigieron en metro hasta la estación de Banco de España. Pese a la existencia de una cámara de 360 grados en lo alto de un edificio de la Puerta del Sol, no se han difundido imagenes oficiales de los sucesos.

“Pero en ningún momento se cortaron las calles, más allá de unos segundos en Cibeles”, salta D. al rememorar los sucesos. Su irritación se explica porque el atestado policial que seguiría a su detención, y el escrito en el que el fiscal fijaría las penas para las 9 personas denunciadas esa tarde por la policía, alude constantemente a los “cortes de calle” no autorizados, practicados por los manifestantes.

Macromundo lo confirma: “sí hubo un pequeño corte en Cibeles”. Unos segundos de interrupción que, según D., coincidieron con el semáforo en rojo. La carga no dio tiempo para más. “Huías por donde podías”, asegura D, que más tarde se refugiaría en un bar. De allí le sacó la policía, “por las pintas”, para ser detenido.

A Jimmy le agarraron por detrás cuando iba a girar una esquina. Luego al suelo: dos golpetazos en la cabeza, patadas, (“eso me lo contaron más tarde mis amigos, yo ni me acuerdo”) y un labio partido. Más tarde, la comisaría y la detención preventiva de 24 horas en la carcel de Soto del Real. “Yo era muy novato, de hecho iba andando y veía cómo pasaban las furgonas de la policía a mi lado, y en medio de todo me paré a saludar a un amigo”, afirma.

Para Cristina, la detención llegó mucho más tarde, ya casi de noche, cuando los últimos resistentes de la sentada se juntaban en la plaza de Ópera: “Yo no veía el momento de salir de allí, estaba todo tomado por la policía”. Unas fotos recogen el momento de su detención, aplastada contra el suelo.

La asamblea en apoyo a los detenidos de las sentadas considera que el objetivo del juicio es “silenciar a quien en su día salió a la calle reclamando una vivienda digna”. “Se nos puede considerar represaliados políticos”, asiente Jimmy. El sentir general, después de la segunda sentada, es que el Gobierno no quería que proliferaran estas movilizaciones. "A partir de la segunda, el movimiento comenzó a hablar de represión aparte de
vivienda, y eso asusta", opina.

La condena antes de la condena

Cuando el juzgado de lo penal de Julián Camarillo celebre el juicio oral contra los detenidos el 3 y 4 de octubre, habrán pasado 5 años y cuatro meses desde la segunda sentada. Entre la protesta, el labio partido, la detención y la notificación del juicio, Jimmy ha tenido que depositar 3.000 euros de fianza (“por si me fugo”) y se ha pasado 5 años yendo a firmar (primero cada 15 días, luego cada dos meses) a los juzgados de Plaza de Castilla, al igual que el resto de detenidos.

Allí, entre colas que duran hasta dos horas, con las prisas y las explicaciones en el trabajo o en los estudios, incluso con el ocasional ’vuelva usted mañana’, han pasado una parte importante de su tiempo. “Mucha gente ha reaccionado con el típico tono de ’algo habrán hecho’”, se queja Cristina, que ha intentado en tres ocasiones que le sea anulada la obligación de presentarse a firmar a Plaza de Castilla. El ’no’ ha sido la respuesta, fundamentada por razones “de orden público”. “En Plaza Castilla los funcionarios me dicen que no puede ser, no entienden cómo hemos pasado tanto tiempo sin juicio”, explica.

“Esto acaba afectando a la gente que te rodea, además de a tí”, apunta D. “Pero no deja de ser una injusticia más, dentro de todas las que hay”, sentencia. "Yo por lo menos puedo echarle la culpa a alguien, pero ¿a quién culpa alguien que tiene cerrar el negocio porque le banco le niega el crédito?", afirma Jimmy cuando se le pregunta por una crisis que muchos no quisieron ver.

Pasacalles y concierto en apoyo

El grupo de apoyo a los detenidos por la vivienda digna ha convocado una jornada de solidaridad para el 16 de abril en Madrid. La jornada pretende llamar la atención y recabar apoyo económico y político para el grupo encausado por la sentada del 21 de mayo de 2006. Esta jornada comenzará por un pasacalles por el barrio de la Concepción, y culminará con charlas, una exposición fotográfica y una noche de conciertos en el Centro Social Okupado El Dragón.

- [Más info->http://www.detenidosporunavivienda.org/fiesta.html]
- [Lee la entrevista de las lectoras y lectores de DIAGONAL a tres detenidos por las sentadas->14340]

Tags relacionados: Número 147 Vivienda Manifestaciones
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