BERLUSCONI PONE FIN A LA MORATORIA DE 22 AÑOS
Italia acogerá cuatro centrales nucleares

Después del referéndum de 1987 Italia cerró las nucleares.
Ahora el Gobierno construirá cuatro con la ayuda de
Francia. Los ecologistas señalan que no son necesarias.

- Los efectos ambientales de la carrera nuclear

09/07/10 · 8:20

Italia ha roto este año la moratoria
nuclear que mantenía desde hace 22
años, después del referéndum de
1987, celebrado un año tras la tragedia
de Chernobil. Las cinco centrales
nucleares que estaban en marcha
fueron cerrando progresivamente y
en 1990 quedaron todas clausuradas.
Silvio Berlusconi ha puesto fin a esa
política y, después de un acuerdo con
Nicolas Sarkozy
, firmado en 2009,
anunció que algunas compañías
francesas ayudarán a construir cuatro
reactores nucleares.

Según el acuerdo de la multinacional
eléctrica italiana ENEL y la francesa
EDF, la primera central nuclear
estará operativa hacia 2013. Tras la
pérdida de un contrato de más de
20.000 millones de dólares en Abu
Dhabi, Francia ve en Italia una oportunidad
económica para su industria
atómica, la exportación de tecnologías
y los sustanciosos ingresos de los
futuros recibos de la luz. Tanto la
eléctrica italiana como la francesa
serán los gestores de las centrales, y
otra multinacional, Areva, pondrá la
tecnología, mientras que Edison
(controlada por EDF) figura como
candidata para el proyecto de las
plantas energéticas.

Según declaraciones del exministro
de Desarrollo Económico,
Claudio Scajola, quien ha dimitido
recientemente por un escándalo
de corrupción
, el objetivo es llegar
a cubrir el 25% de las necesidades
energéticas del país. Sin embargo,
según las previsiones de la empresa
que gestiona la red eléctrica italiana,
las cuatro centrales programadas
llegarían sólo al 9,2%. Para llegar
al objetivo del 25% se tendrían
que construir al menos 11 centrales
nucleares. Pero si éstas se llevaran
a cabo el coste se dispararía de forma
alarmante.

La mayor compañía
privada de electricidad, el grupo
alemán E.On, calcula para la construcción
de una instalación semejante
en Inglaterra, un coste de
6.000 millones de euros. Con esas
cifras, 11 centrales en Italia supondrían
alrededor de 70.000 millones
de euros
, más del 4% del Producto
Interior Bruto del país.

Las organizaciones ecologistas se
oponen y argumentan, entre otras
cosas, que “la energía nuclear es
demasiado cara y el dinero sale de
las arcas públicas, de los impuestos
y recibos de los ciudadanos”. Para
los antinucleares, Italia tiene una
potencia eléctrica instalada de casi
100.000 megavatios, mientras que
el gasto hoy no supera los 55.000
megavatios. “No es necesaria más
energía nuclear, sino energía renovable”,
asegura el Comité Nacional
contra la Energía Nuclear.

Además, denuncian la tecnología
que se va a implantar: con los reactores
de tercera generación, los
reactores europeos presurizados
(EPR), se han producido graves problemas,
según denunciaron el año
pasado las agencias de seguridad de
Francia, Reino Unido y Finlandia.
Problemas en la fisión nuclear

Los ecologistas franceses publicaron
varios documentos internos de la
eléctrica EDF, la misma que participará
en la construcción de las
centrales italianas, en los que se
constataba que, entre 2007 y 2009, el
reactor Flamanville, el primer EPR
en construcción en Francia, presentaba
fallos de seguridad en las barras
de control utilizadas para llevar a cabo
la fisión nuclear, y que la reacción
atómica no produce la suficiente
energía. Según la organización francesa
Sortir du Nucléaire: “Son las
mismas eléctricas las que están poniendo
en peligro la seguridad porque
quieren obligar al reactor a variar
la producción en un mismo día”.
Durante el día, cuando la demanda
de energía es mayor y el precio sube,
el reactor tendría que elevarse a la
máxima potencia, mientras que por
la noche, cuando la demanda de
energía baja, moderaría su actividad.
Las variaciones de potencia pueden
producir una explosión como la de
Chernobil”, denuncian Greepeace y
Sortir du Nucléaire.

En la misma línea, el premio Nobel
de Física, Carlo Rubbia, lanzó varias
preguntas al Gobierno italiano como:
“¿Se han dado cuenta de que los
mismos franceses están revisando
sus programas tecnológicos de las
centrales con reactores europeos
presurizados y prefieren rehabilitar
los viejos reactores antes que construir
los nuevos?”. Más de 90.000 metros
cúbicos de basura radiactiva
almacenada
en distintos puntos del país
y 12.000 millones de euros en 20
años son la deuda de las centrales
nucleares italianas cerradas en
1987.

Una bomba ecológica sin desactivar
aún que permanece bajo la
vigilancia del Estado por 500 millones
de euros anuales. Los grupos
ecologistas señalan que la basura radiactiva
no envejece
, ni siquiera la
que es de ‘segunda categoría’, cuya
peligrosidad dura cerca de 300 años,
mientras que la de tercera categoría
es peligrosa durante 250.000 años.

¿Dónde estarán las centrales?

Dónde estarán ubicadas las nuevas
centrales que proyecta Berlusconi es
top secret. El responsable de su ubicación,
el director de la eléctrica
ENEL, Fulvio Conti, afirmó recientemente
que “no hablará ni bajo tortura”.
Todo apunta a que las eléctricas
tendrán que construir las nuevas
centrales italianas cerca del mar o
los ríos. Si se superpone el mapa de
las inundaciones de costas hecho por
ENEL, y el de las áreas sísmicas hecho
por el Instituto de Geofísica, las
zonas de seguridad son muy pocas
y estarían localizadas en Cerdeña,
Apulia y en el río Po
. Pero, según el
partido de los Verdes, el mapa de las
nucleares ya está diseñado y no se
corresponde con esos criterios.

Mientras, Berlusconi proyecta
construir un cementerio nuclear,
en una zona que llaman “la pequeña
Chernobil”, cerca del río
Garigliano. Giulia Casella, militante
antinuclear y presidenta de
Legambiente a Sessa Aurunca denuncia
que ésta “es una región en
una zona que ha sufrido varios accidentes
y la zona donde quieren
hacer el cementerio nuclear no es
apta desde el punto de vista hidrogeológico.
Allí ya han contaminado
ríos y campos y 1.700 km2 de
mar, según la Agencia de Nuevas
Tecnologías, y el Gobierno así lo
certificó en el año 1985”.


Castilla y León dice no al ATC

Hasta hace unos días el ejecutivo
de Castilla y León condicionaba
su apoyo al Almacén Temporal
Centralizado (ATC)
al mantenimiento
de la central Garoña, Burgos.
Ahora la Junta asegura estar
contra de la instalación del
cementerio nuclear en su comunidad.

Por otra parte, Greenpeace
y Ecologistas en Acción
han
denunciado ante la Fiscalía la
candidatura de Congosto de Valdavia,
Palencia, por prevaricación,
ya que las normas urbanísticas
prohíben poner el ATC en
suelo rústico. También señalan
que en Santervás de Campos y
Melgar de Arriba, Valladolid, los
concejales ofrecen sus propios
terrenos para se construya en
ellos el silo nuclear.

Varios países europeos quieren poner en marcha más centrales

El Grupo de Reflexión sobre
el futuro de la UE en 2030, el
llamado Comité de Sabios
Europeos encabezado por
Felipe González, presentó a
mediados de mayo un informe
que señala que el sector
nuclear incrementará la seguridad
energética de la UE.

Ante la gran dependencia
europea de la importación
de petróleo, gas o carbón
el Grupo de Reflexión propone,
además de medidas
como aumentar la eficiencia
energética o el peso de las
energías renovables, recurrir
a la energía nuclear. Este
impulso nuclear de la UE
viene, entre otros, de líderes
de países como Alemania o
Italia, históricamente antinucleares.
La canciller Ángela Merkel, en
una reunión mantenida el
pasado 23 de junio con los
presidentes de los mayores
consorcios energéticos alemanes,
debatió una posible prórroga
de la duración de las
centrales como contrapartida
a la propuesta de implementar
el impuesto al sector (una
de las últimas medidas anticrisis
formuladas por el
Gobierno alemán), en un país
cuya sociedad es claramente
antinuclear.

Francia mantiene su política
nuclear. El país galo cuenta
con 58 centrales, pero al
menos 19 de sus reactores
nucleares cumplen antes de
2011 los 30 años de funcionamiento,
límite de su vida
activa prevista. Otros 29
caducan antes de 2019.
Mientras, el presidente francés
Nicolas Sarkozy, ha solicitado
a los organismos internacionales
que incluyan la
construcción de plantas
nucleares en los programas
de apoyo económico como
un mecanismo de lucha
contra el cambio climático.
De momento, el presidente
francés ya tiene acuerdos
con varias de sus ex colonias,
entre ellas Argelia, para
promover la construcción de
nuevas centrales en ese país
del Magreb.

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