PALESTINA // LOS GAZATÍES CONTINÚAN SIN PODER SALIR, ENTRAR O EXPORTAR Y CARECEN DE NUMEROSOS PRODUCTOS
Israel sigue asfixiando a Gaza tras anunciar un ‘aligeramiento’ del bloqueo

Mientras Israel sigue construyendo colonias en
Cisjordania, asfixiando a Gaza e imponiendo un
régimen de apartheid sobre todos los palestinos, se
inician las enésimas ‘conversaciones de paz’ entre
israelíes y palestinos, abocadas, una vez más, al
fracaso. Presentamos un análisis sobre estas negociaciones,
una entrevista con Fadwa Barghouti,
mujer del emblemático Marwan Bargouthi, preso
político en una cárcel israelí, y un reportaje sobre la
situación en Gaza, después de que DIAGONAL pudiera
pasar en julio
dentro de una brigada organizada
por Komite Internazionalistak.

- Palestina: Conversaciones ‘made in Hollywood’

- Entrevista a Fadwa Barghouti, que encabeza la campaña para la libertad de Marwan Barghouti: “Para negociar se debe respetar primero la legalidad internacional”

07/09/10 · 6:40

La primera visión de Gaza es desoladora.
La escasez de combustible es
palpable en las carreteras y calles,
donde los carros tirados por burros
se han convertido en un medio de
transporte común. Muchos de los
edificios destruidos durante el ataque
que lanzó Israel en diciembre de
2008 y que mató a 1.400 personas e
hirió a 5.500 siguen en ruinas por falta
de materiales, y la situación de las
infraestructuras es, en el mejor de
los casos, precaria.

“Israel ha anunciado un aligeramiento
del bloqueo, pero nada ha
cambiado. Hay escasez de medicinas,
electricidad, materiales de construcción…”,
explica a esta brigada
Hamdi Shaqqura, abogado del Centro
Palestino por los Derechos Humanos
(CPDH), en su oficina de
Gaza. El aligeramiento del bloqueo
anunciado por Israel para acallar las
crecientes voces que, tras el ataque a
la flotilla humanitaria, pedían un levantamiento
total del mismo, ha sido
mínimo: de 100 camiones al día que
entraban antes a la Franja se ha pasado
a entre 130 y 150. Gaza necesitaría
800 camiones diarios para vivir.

Tras las presiones, Israel ha afirmado
que va a sustituir la actual lista de
sólo 150 productos que pueden entrar
a Gaza por otra de los miles que
no podrán pasar, pero el CPDH denuncia
que las medidas anunciadas
son “vagas y puramente cosméticas”.
El bloqueo, en cualquier caso, permanecerá.
Hasta ahora, numerosos
productos básicos, como materiales
de construcción, plástico, material
escolar o juguetes, no pasan por considerarse
de “doble uso” civil y militar,
y muchos alimentos han sido bloqueados
por ser calificados como
“productos de lujo”.
Y los productos
que logran entrar, bien por las fronteras,
bien, y principalmente, a través
de los túneles clandestinos con
Egipto, no son accesibles para la mayoría,
con una industria, una agricultura,
un comercio y una economía
completamente destruidos por el bloqueo
y las bombas, y un paro que
supera el 40% según los datos más
optimistas, lo que hace que un 80%
de los habitantes viva en la pobreza
y
dependa de la ayuda humanitaria.

Prohibido exportar

Shaqqura insiste sobre un punto: “A
menudo se enfoca el bloqueo sólo en
función de las cosas que entran, pero
tan importante es la exportación, y
una de las consecuencias más graves
del bloqueo, aparte de que no hay libertad
de movimiento, es que no se
puede exportar”. Desde que comenzó
el sitio a Gaza, prácticamente todas
las exportaciones desde la Franja
están prohibidas, y muchas industrias
y negocios agrícolas han tenido
que cerrar por falta de materiales y
de mercados de exportación.

A pesar de que Catherine Ashton,
responsable de Política Exterior de
la UE, pidió en julio un levantamiento
total del bloqueo, al igual que la
ONU, lo cierto es que Israel sigue asfixiando
a Gaza ante la pasividad y
muy a menudo con la complicidad
de la comunidad internacional, que
premia a Israel con tratados económicos
preferenciales, comercio de
armas y acuerdos ventajosos, como
su reciente entrada en la OCDE. En
2006, después de que Hamás ganara
las elecciones democráticamente,
fueron precisamente la UE y EE UU
quienes, no contentos con el resultado,
comenzaron el bloqueo suspendiendo
las ayudas económicas a
la Autoridad Palestina y desviando
dinero hacia Fatah mientras aislaban
al Gobierno de Hamás, hasta que
ambos movimientos llegaron al enfrentamiento
en 2007 y Hamás tomó
el control de la Franja. “El principal
problema es la ocupación, pero ahora
además sufrimos la división, que
beneficia a Israel.
Todos los grupos
que luchan contra la ocupación deberían
estar unidos, y Fatah y Hamás
no se dan cuenta de esto”, dice la activista
Mariam Abu Daqqa. Preguntado
sobre esta cuestión, el líder de
Hamás Khalil Haya sostuvo que “casi
todos los palestinos quieren sentarse
juntos para lograr la reconciliación,
pero no ha sido posible por la
interferencia de EE UU e Israel. Fatah
no puede enfrentarse a EE UU. Y
a esto se añade el problema de la separación
geográfica de Gaza y
Cisjordania”.

Mientras, Israel sigue manteniendo
que el bloqueo que asfixia a
los palestinos está dirigido a debilitar
a Hamás. Shaqqura no opina lo
mismo: “Nosotros apoyamos los resultados
de las elecciones [de 2006] y queremos una transformación
democrática. Mientras tanto, el
efecto del bloqueo es que Hamás es
más fuerte que antes y controla todos
los aspectos de la vida y la sociedad,
y no sufre porque tiene herramientas
para sobrevivir y reforzarse.
Sin embargo, los civiles somos
más débiles y pagamos las consecuencias
del bloqueo”.

Moverse en una cárcel

Hoy, los gazatíes se mueven por
Gaza como por una cárcel. Sólo algunos
pueden entrar, muy pocos
pueden salir, ni siquiera para estudiar
y en contadas ocasiones por
enfermedad. Tampoco dentro de la
Franja tienen libertad de movimiento,
que se ve afectada por la
existencia de las ‘zonas tapón’, un
área prohibida por Israel a los palestinos
que se extiende por tierra a
lo largo de la frontera y afecta a un
30% del terreno agrícola, y por mar
a partir de las tres millas náuticas,
lo que ha destruido la industria pesquera.
Este año, 37 palestinos han
sido asesinados y 93 heridos mientras
intentaban cultivar sus tierras
o pescar en estas zonas.

Los gazatíes, que deben soportar
cortes de luz de entre 6 y 12 horas
diarias porque la planta eléctrica,
afectada por los bombardeos y la
carencia de combustible, sólo funciona
a un 50% de su capacidad,
también sufren la mala calidad del
agua. Un 90% del agua que beben
no es apta para el consumo debido
a la sobreexplotación del acuífero
de Gaza por Israel, a su salinización
y a su contaminación.
Y el
mar, el único lugar de evasión y
descanso para ellos, recibe 80 millones
de litros de aguas residuales
al día, pues la planta de depuración
se ve afectada por la falta de recambios
y combustible. “El mantenimiento
del statu quo no permitirá a
Gaza recuperarse”, dice el informe
del PNUD Gaza, un año después,
que acusa a la comunidad internacional
de ser “incapaz de responder
a las necesidades del pueblo de
Gaza, por omisión o intencionadamente”.
“Las causas de la crisis
–mantiene el CPDH– sólo pueden
solucionarse por un inmediato y
completo levantamiento del bloqueo,
incluyendo un levantamiento
de la prohibición de viajar dentro
o fuera de Gaza y de exportar”.

CATASTRÓFICA SITUACIÓN SANITARIA

G.M.L.

Un año y medio después de la Operación Plomo Fundido, Gaza sigue sufriendo sus consecuencias. Durante los ataques, dos tercios de los 60 centros de atención primaria y la mitad de los 24 hospitales de la Franja resultaron dañados, y aunque los gazatíes han logrado reparar una parte, la situación sanitaria sigue siendo grave, también debido al bloqueo. En parte por la falta de medicamentos, ya que muchos se encuentran bloqueados permanente o temporalmente por Israel, al igual que equipos médicos y recambios, algunos de los cuales son considerados de doble uso. En parte por los constantes cortes eléctricos, que provocan graves perjuicios en los aparatos médicos, en los pacientes de cuidados intensivos o diálisis, en los laboratorios o en los bancos de sangre. En parte por el completo cierre de la Franja, que afecta a los pacientes que necesitan tratamiento especializado en el exterior, muchos de los cuales mueren esperando un permiso de Israel. Según el doctor Youssef Moussa, de los Health Work Committees, se multiplican enfermedades antes desaparecidas, como la anemia, que afecta a un 60% de los niños debido a la mala alimentación, y también el número de enfermedades mentales. «En todas las sociedades, durante una guerra, las personas sufren desórdenes, depresión o estrés postraumático, pero aquí la guerra sigue, y el bloqueo. Aquí no se da un 'estrés postraumático', sino un 'estrés traumático continuo», afirma Moussa, quien advierte de que, debido al bloqueo, «hay un declive del servicio público de salud, no hay acceso a los servicios de prevención y curación y existe un riesgo de que los servicios de salud pasen de lo público a lo privado y a las ONG» y lamenta que el enfrentamiento entre Fatah y Hamás también está afectando en este sentido, pues «los ministerios de Gaza y Cisjordania toman decisiones contradictorias».

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