El valor del gas y petróleo de Irlanda es de 600.000 millones de euros, pero el Gobierno los vende sin beneficio y el préstamo de la UE es de 85.000 millones.
Los yacimientos de gas y petróleo
por explotar en la costa occidental
de Irlanda tienen un valor estimado
de entre 540.000 y 600.000
millones de euros. Se trata de una
cantidad considerablemente mayor
al préstamo pedido recientemente
por el Estado irlandés para
“salvar” el sistema bancario del
país (85.000 millones).
Sin apenas beneficios
A diferencia de la mayoría de países
productores de hidrocarburos
en los que la media de lo que el
Estado ingresa es del 68%, Irlanda
no ingresará apenas nada. En 1987,
el entonces ministro Ray Burke
abolió la tasa de participación estatal
del 50% en los yacimientos
de hidrocarburos existente hasta la
fecha. Burke fue después condenado
y encarcelado por corrupción.
Unos años después, en 1992, el ministro
Bertie Ahern rebajó la tasa a
aplicar a los beneficios obtenidos
por empresas petrolíferas del 50%
al 25%. En marzo de 2012 una comisión
de investigación llegó a la
conclusión de que Ahern mintió en
los ‘90 sobre unos ingresos efectuados
en su cuenta por valor de
165.000 libras (210.000 euros).
Por si fuera poco, no se garantiza
la seguridad de suministro, puesto
que la ley permite a las empresas
que exploten estos yacimientos exportar
todo el gas extraído. Es más,
estas empresas podrán vender en
Irlanda el gas extraído a precio de
mercado. Según un informe de
EE UU, Irlanda es el segundo país
Del mundo con los impuestos sobre
hidrocarburos más bajos, sólo superado
por Camerún. Los medios
de comunicación apenas han tratado
el tema debido a la existencia
de conflictos de intereses. Tony
O’Reilly posee la mayoría de los periódicos
de mayor tirada del país y
es el propietario de la empresa petrolífera
Providence Resources.
Esta empresa ha obtenido una concesión
para explotar un yacimiento
de gas en Dalkey (localidad costera
cercana a Dublín) valorado en aproximadamente
50.000 millones de
euros. El único yacimiento en explotación
a día de hoy (en fase de
construcción), que fue concedido a
Shell, está en la franja marina de
Corrib, a 80 kilómetros de la costa
del condado occidental de Mayo.
Un método experimental
En vez de construir una plataforma
marítima para procesar el gas,
como es práctica estándar en yacimientos
marinos de todo el mundo,
Shell propuso un método experimental
que consiste en construir
una tubería para llevar el gas sin
tratar a tierra, y una vez allí procesarlo
en una refinería. La ventaja
para Shell es clara: se trata de un
procedimiento considerablemente
más económico, pero implica graves
riesgos para las comunidades
de la zona. Por una parte, el gas sin
tratar puede alcanzar una presión
muy alta, hasta 150 bares, (el máximo
es cinco bares en las conducciones
de gas domésticas). Por otra
parte, el gas sin procesar contiene
impurezas químicas que pueden
corroer la tubería y son explosivas.
Además, no posee el olor característico
que permite identificar posibles
fugas, ese olor se añade en
la refinería. En una vista del
An Bord Pleanala (el Tribunal
Administrativo), consultores de
Shell admitieron que en el caso
de una fuga de gas, los edificios en
un radio de 230 metros de la tubería
podrían incendiarse debido a
los efectos de la radiación.
No se garantiza el
suministro ya que la ley
permite a las empresas
que lo adquieren vender
todo el gas
La comunidad local comenzó una
campaña contra la construcción de
esa tubería en el año 2000 y adoptó
el nombre Shell to Sea (Shell al
mar).Las tácticas empleadas durante
estos once años de resistencia
han sido muy variadas, como denuncias
del lobby político, enmiendas
a permisos de obras, acciones
de desobediencia civil, etc. La campaña
ha inspirado a comunidades
de otros lugares de Irlanda. Las movilizaciones lograron retrasar la
construcción de la tubería. A pesar
de todo, en el verano de 2009
Shell consiguió llevar la tubería a
tierra, para ello contó con la ayuda
de 300 policías, 200 agentes de
seguridad privada, cinco barcos de
la marina y hasta un avión militar.
Queda pendiente la última fase de
la construcción, la que llevará la
tubería desde la playa hasta la refinería.
Aunque Shell estima que
esta fase se prolongue durante al
menos dos años, será en los próximos
meses cuando se lleve a cabo
la mayor parte de la obra.
Represión a favor de Shell
Durante estos años la represión a
la campaña ha sido una constante.
En 2005 varios residentes que se
opusieron a que Shell accediera a
sus tierras fueron llevados a juicio
y encarcelados. La presión popular
consiguió que fuesen puestos
en libertad tras 94 días.
Shell ha propuesto un
método experimental
con graves impactos:
una tubería para llevar
el gas sin tratar a tierra
En abril de 2009, varios encapuchados
dieron una paliza a uno de
ellos en un complejo de Shell. En
junio de 2009, cuatro hombres armados
hundieron el barco de un
pescador que se oponía a la construcción
de la tubería. A pesar de
que se han registrado más de cien
denuncias contra actuaciones y
actitudes intimidatorias de la policía
durante estos años, éstas apenas
han tenido eco en los medios.
Este silencio informativo se
rompió brevemente en abril de
2011 cuando una cámara requisada
a dos manifestantes grabó accidentalmente
a dos policías que
bromeaban entre ellos acerca de
violarlas, mientras éstas se encontraban
bajo su custodia. El escándalo
ocupó titulares en los medios
pero éstos, no obstante, dieron la
noticia de manera aislada, evitando
hacer mención a las denuncias
presentadas anteriormente y pasando
de puntillas por el contexto
de la protesta.
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