8 DE MARZO // OTRO AÑO MÁS, LAS PRINCIPALES ESTADÍSTICAS REFLEJAN DIFERENCIAS ESTRUCTURALES EN EL MERCADO LABO
Los indicadores económicos no miden la desigualdad real de las mujeres en el trabajo

Oficialmente, las mujeres
cobran un 30% menos. Un
14% sufre acoso sexual. Y
menos del 20% ocupan
cargos directivos. Pese a
ello, los principales indicadores
ignoran otros
aspectos que explican las
desigualdades de género.

06/03/08 · 0:00
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Los datos hacen daño a la vista, pero
comparados con la realidad resultan
incluso optimistas: dan a entender
que se trata sólo de números.
Para el 8 de marzo, Día Internacional
de la Mujer Trabajadora,
previsiblemente las redacciones de
periódicos y agencias informativas
tienen ya sobre la mesa toda clase
de cifras que reflejan numerosas
desigualdades entre hombres y mujeres
en el mundo del trabajo. La
mayor novedad con respecto a años
anteriores consiste en ver cómo varían
los tantos por ciento.

Pero cuesta saber qué indicador
es más significativo. Si la brecha salarial
(la diferencia entre sueldos de
hombres y mujeres se sitúa en el
30%) o la escasa participación de
mujeres en los órganos de dirección
de las empresas. De acuerdo con el
diario El economista, las mujeres sólo
ocupan un 18% de los puestos directivos,
e incluso en las cúpulas de
las empresas sus sueldos están un
11% por debajo. Conforme al informe
Las mujeres y la toma de decisión
de la asociación de mujeres juristas
Themis, si se tomasen como
muestra los consejos de dirección
de las mayores empresas españolas
(Ibex-35) la presencia de mujeres no
llega al 25%, y en tres de cada diez
es nula. Otro dato de referencia es el
del paro (la tasa de las mujeres es
del 11%, por encima de la media del
8,6% para ambos sexos). Por otro
lado, pese a la retórica de los libros
de gestión sobre crear buen ambiente
en las empresas, el 9% de las empleadas
declara haber sufrido algún
tipo de acoso sexual en el trabajo,
cifra que el Instituto de la Mujer estimaba
en 2004 en un 14% si se calculan
los casos no declarados. Y a
estos abusos contribuye la precariedad
y la temporalidad en los puestos,
dos aspectos que, además, afectan
más a las mujeres.

Hasta aquí, los datos. No obstante,
se podría escribir un libro con
las situaciones de las que no da
cuenta ningún tipo de tabla oficial.
Un ejemplo: el paro se mide a través
del número de personas inscritas
en el INEM. No hace falta estudiar
estadística para saber que miles
de amas de casa nunca aparecen
en estas listas, porque se las
considera “inactivas”.

“Empresarias invisibles”

En actividades de la economía sumergida,
como la venta a pequeña
escala o el cuidado de personas dependientes,
el porcentaje es mayoritariamente
femenino. Tampoco se
repara en las llamadas “empresarias
invisibles”, copartícipes en negocios
familiares que echan las mismas horas
que los varones, pero no figuran
sobre el papel.

Pero todo esto sería incompleto si
no se anotase cómo las estadísticas
al uso miden el trabajo que se realiza
en la empresa privada y la administración,
pero “escamotea, de
entrada”, como afirma la economista
Cristina Carrasco “el ingente número
de horas de trabajo no pagado
que son realizadas casi en su totalidad
por mujeres dentro del ámbito
doméstico y familiar”. De hecho,
si se miran las transformaciones
del mercado laboral, lo primero
que se observa, según Carrasco
es cómo “la creciente incorporación
de las mujeres no tiene como
resultado el abandono del trabajo
familiar: las mujeres continúan
realizando esta actividad
fundamentalmente”, dando lugar a
lo que se conoce como la doble jornada.
“El resultado”, añade
Carrasco, “es que la organización
de nuestras sociedades vista desde
fuera puede parecer absolutamente
absurda. Si una extraterrestre sin
previa información viniera a observar
nuestro desarrollo de la vida (...)
quedaría asombrada de la pésima
organización social. Tendríamos
que aclararle que está equivocada:
no se trata exactamente de una mala
organización, sino de una sociedad
que continúa actuando como si
se mantuviera el modelo de familia
tradicional, es decir, con una mujer
ama de casa a tiempo completo que
realiza todas las tareas de cuidados”.
La extraterrestre, además, podría
sorprenderse estas semanas
por una última causa: que durante
la campaña electoral las ofertas de
los partidos no hagan frente a esto.

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