El hundimiento electoral de la izquierda

Elecciones argentinas // Los resultados favorecen a kirchner y a la derecha

25/01/06 · 18:44
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Autor: Pablo Villa

El resultado más destacable de las elecciones legislativa del 23 de octubre ha sido la consolidación del presidente Nestor Kirchner con un 40% de los votos. La tímida reactivación económica, la diferenciación respecto a los sectores más reaccionarios del peronismo -Duhalde, Menem- y la imagen de Kirchner como defensor de los DD HH han posibilitado esta victoria. Una imagen contradictoria con el hecho de seguir pagando la deuda externa, mantener bajo mínimos las prestaciones sociales o congelar la paga a los parados en 150 pesos (unos 40 euros) mensuales, negando el aumento que piden.

Estos resultados cancelan definitivamente la aspiración del “¡Que se vayan todos!” de los días de la rebelión popular de diciembre de 2001, que ya había comenzado a ser liquidada en las elecciones de 2003. Hay que referirse también a la abstención y a los votos en blanco, que vienen a resaltar la crisis de representatividad parlamentaria: un 29% no concurrió a votar, un porcentaje alto teniendo en cuenta que el sufragio es obligatorio. Y de los que votaron, un 6,4% lo hizo en blanco o votó nulo, también una cantidad alta, aunque inferior a la elección de 2001.

Los resultados de la izquierda son lamentables: no se obtuvo ningún diputado nacional -en la anterior elección fueron cinco- pero el total de votos de todas las listas, contando las de izquierda y las socialistas, llegaron al 10,3%. La causa fundamental de este retroceso es que en la elección de 2001, había un profundo descontento social, con el movimiento piquetero en alza y próxima a producirse la rebelión de diciembre de ese año, mientras que ahora existe un descenso de las movilizaciones y una cierta mejora económica que explica el triunfo de Kirchner. Pero hay una razón añadida al retroceso de la izquierda: es la extrema fragmentación entre varias listas. Con los votos obtenidos sumados se hubieran logrado varios diputados, pero al presentarse divididos no sólo no se consiguieron, sino que se dio una imagen de debilidad y de carencia de alternativa, lo que atenta contra todas y cada una de las organizaciones de izquierda existentes. Los distintos movimientos piqueteros también marcharon divididos: alguno como el de Castells se presentó por su cuenta, otros siguieron cada uno a su respectivo referente político, reproduciendo como movimiento los defectos de la izquierda. Y sin duda, una amplia mayoría de los parados votaron por las listas de Kirchner o de Duhalde, a través de la cooptación de sus dirigentes, ante la ausencia de una opción clara de izquierda que representara sus aspiraciones.

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Autor: Pablo Villa
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