JAIME IZQUIERDO, JEFE DEL DEPARTAMENTO TECNOLÓGICO DEL SERIDA (ASTURIAS)
“Hay que modernizar los modelos tradicionales”

La historia ecológica de
los territorios tiene que
tenerse en cuenta en la
política agraria europea
y en la política regional.

10/05/07 · 0:00
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Foto: Olmo Calvo

Jaime Izquierdo, jefe del Departamento
Tecnológico del Servicio
Regional de Investigación y Desarrollo
Agroalimentario de Asturias
(SERIDA), fue uno de los
ponentes en las Jornadas de Pastoreo
y Paisaje (La Puebla, abril
de 2007).

DIAGONAL: ¿Ha fracasado la
Política Agraria Común (PAC) de la
UE en su adaptación a las nuevas
necesidades de la ganadería de medianas
y pequeñas explotaciones?

JAIME IZQUIERDO: Sería difícil
hablar de un fracaso en términos
absolutos, yo creo que lo que no ha
sabido hacer la PAC es adaptarse a
las realidades locales y a la tipificidad
de cada modelo agrario. La
PAC ha introducido mucho dinero
en el medio rural, pero ese dinero
no nos ha servido tanto para generar
desarrollo como para incrementar
renta. Y lo cierto es que si desaparece
la PAC, se derrumba todo,
por tanto, no ha servido para estimular
los modelos locales de desarrollo
agrario y ganadero.

D.: Las distintas políticas agrarias
se encuentran, en gran medida, sometidas
a los criterios centralistas
de la UE, ¿cómo afecta esto a la diversidad
cultural local de los pueblos
con tradición ganadera?

J. I.: Da la sensación de que las regiones
españolas han estado más
pendientes de ajustar sus políticas
para acomodarlas a los criterios de
la PAC, que en la definición de sus
propios modelos y políticas de desarrollo.
No sabría decir si es tanto
culpa de la política centralista europea
o la incapacidad de las diferentes
regiones de diseñar sus propias
políticas regionales.

D.: ¿Cuáles serían las razones del
éxodo rural en el Estado español a
finales del siglo XX?

J. I.: Hay una combinación, por
una parte las oportunidades vinculadas
a la industrialización y al
crecimiento de las ciudades y, por
otra, la poca perspicacia que tuvimos
para incorporar las prácticas
ganaderas tradicionales a las estrategias
de conservación de la naturaleza.
De hecho, los Parques
Naturales podrían haber ensayado
políticas de desarrollo agroecológico
para demostrar cómo era
posible dignificar este tipo de profesiones
y así evitar el éxodo.

D.:¿Cuál es la función social que
ejerce el pastor?

J. I.: El pastor es un gestor del territorio
al que nunca hemos considerado
como tal. Durante los procesos
de industrialización, los oficios
y las profesiones que han sido impulsadas
son aquellas que sirvieron
al propio modelo industrial. El pastoreo
extensivo no encajaba en ese
modelo de desarrollo y, por tanto,
los pastores fueron relegados. Pero
ahora nos damos cuenta de su trascendencia.

Estamos a tiempo de intentar
recuperar el oficio, pero debemos
hacerlo en un contexto de
modernidad. Yo no creo que los jóvenes
odien la ganadería, lo que
odian es un trabajo en el que la retribución
social no es muy elevada,
y encima te obliga a estar los 365
días al año vinculados a la actividad.
Si somos capaces de crear otro
tipo de valor en el que los pastores
en lugar de formar parte de un viejo
oficio se conviertan en una nueva
profesión incorporando el bienestar
y generado una economía
que permita el tiempo libre, evitaremos
que desaparezcan los gestores
del territorio.

D.: ¿Cuál podría ser la clave para
un manejo sostenible del territorio?

J. I.: La clave para un manejo sostenible
del territorio tiene que ver con
que conozcamos cómo funcionó la
historia ecológica y social de ese territorio
y las formas de organización.
No se trata tanto de acotar
territorios y declararlos protegidos
sino de buscar en cada sitio el
modelo que mejor se adapte para
desarrollarlo, y esto implica contar
con la gestión ganadera y agrícola
del territorio.

D.: ¿Existe un futuro para la ganadería
tradicional en el Estado
español?

J. I.: Ésta es una cuestión que nos
hace pensar en términos históricos.
Hace 10.000 años que en Europa se
inició un proceso neolítico vinculado
a la ganadería y la agricultura,
hemos pasado uno de los grandes
episodios que es el de la revolución
industrial en el que hemos modificado
sustancialmente esa forma de
producir. Ahora empezamos a diseñar
una sociedad postindustrial
en la que los valores en alza van a
ser el aprovechamiento de la energía
solar, la biomasa, la producción
de alimentos de calidad. Todos esos
elementos que son componentes
de la modernidad ya están incorporados
en los sistemas tradicionales.
Por tanto, es momento de buscar la
modernización de esos modelos
tradicionales.

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