LA HUELGA DEL 20 DE MAYO, LA CUARTA EN 2010, MANTIENE EL PULSO CONTRA LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES
Grecia planta cara al Fondo Monetario Internacional

La respuesta al FMI y a la UE, y las contradicciones de los actores políticos, marcan el devenir del país heleno, que sigue manifestándose contra la pérdida de soberanía.

02/06/10 · 12:21
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Foto: Makisraf.

La confrontación social contra las
medidas de austeridad en Grecia sigue
sin dar un respiro. El jueves 20
de mayo, el país se paralizó por otra
huelga general, la cuarta en lo que va
de año. El transporte público se paró,
las escuelas cerraron, los hospitales
funcionaron con personal de
emergencia y la mayoría de las empresas
privadas se quedaron vacías.
La participación en la huelga, tanto
en el sector público como en el privado,
fue muy alta, alcanzando en determinados
sectores el 100%.

Las manifestaciones en las grandes
ciudades del país fueron masivas.
En Atenas, el día empezó con
una marcha de unos 20.000 militantes
del PAME, la central sindical del
Partido Comunista, hacia el Ministerio
de Trabajo. Los manifestantes
fueron recibidos por activistas de dicho
partido, que habían ocupado
simbólicamente ese edificio. Decenas
de miles de manifestantes que
participaban en la convocatoria de
las centrales sindicales oficiales
(GSEE por el sector privado y ADEDY
por el sector público), los sindicatos
sectoriales y de base, y las organizaciones
de izquierda, tomaron
las calles hacia el Parlamento. A pesar
de la presencia de los antidisturbios,
y las decenas de detenciones
“preventivas” que habían tenido lugar
en el barrio de Eksarjia antes de
la manifestación, no se produjeron
enfrentamientos con la policía.

Próximo paso, las pensiones

El tema central de la huelga ha sido
la reforma del sistema de pensiones,
propuesta por el Gobierno con
el respaldo del FMI y la UE.
Todavía no se ha fijado el día de votación
de dicha reforma, en la que
se prevé la prolongación de los
años trabajados para poder jubilarse
y la reducción en las cuantías de
las pensiones. Los sindicatos ya
han anunciado que convocarán
otra huelga general cuando se
anuncie la fecha de votación.

El movimiento tiene cada vez más
claro que su objetivo central es la salida
del plan de “rescate” firmado entre
el Gobierno griego, el FMI y la
UE, y la reorientación del país hacia
políticas soberanistas. Solo 15 días
después de la huelga histórica del 5
de mayo y la posterior entrada de
Grecia en una supervisión total por
parte del FMI y la UE, ya está claro
que estos eventos no marcaron el fin,
sino el inicio de la “tragedia griega”.

Las predicciones oficiales prevén
una recesión al menos del 4% del PIB
en 2010, que continuará el 2011. El
desempleo, que en febrero superó el
12%, subirá, según las previsiones,
hasta el 20% en 2011. Los efectos de
la reducción drástica del poder adquisitivo
popular todavía no se han
sentido en su totalidad, pero han formado
claramente un imaginario social
por “la vida difícil que viene”.

Aunque el Gobierno presenta las
medidas de austeridad adoptadas
con el nombre de un “plan de estabilidad
y crecimiento”, el sistema político
ya se está preparando para un
futuro incierto y de profundos cambios.
A los problemas del PASOK se
ha sumado la participación en masa
en las huelgas y las manifestaciones
de su base.

Los partidos de la izquierda parlamentaria
están desbordados. Aunque
participan en la lucha social, su
falta de unidad y de una propuesta
alternativa concreta les ha puesto en
una situación difícil. El Partido
Comunista griego (KKE) cuenta con
una base social masiva y bien organizada,
pero sigue en su tradición de
rigidez ideológica y aislacionismo. El
15 de mayo, su dirigente, Aleka
Papariga, presentó en Atenas, frente
a 70.000 seguidores, una propuesta
para el futuro del país casi idéntica al
sistema soviético. Por otro lado,
SYRIZA, una coalición diversa de
partidos y grupos de izquierda, que
contiene tendencias desde el anticapitalismo
revolucionario hasta la socialdemocracia,
está a punto de la
desintegración. Los desacuerdos ideológicos
sobre la inclusión de Grecia
en la UE y los conflictos internos, ya
existentes antes la crisis, han tomado
dimensiones de ruptura en el nuevo
contexto.

La sociedad no espera su salvación
en el sistema político. En las encuestas
de opinión recientes se nota una
desconfianza hacia los partidos políticos
sin precedentes: entre el 25 y el
35% de la población declarando que,
si hubiese elecciones, votarían en
blanco o nulo. Lo que se ve en las calles
y se nota en los medios de comunicación
participativos es la formación
de una oposición social a las políticas
ultra neoliberales, que corre a
través de las fronteras partidarias e
incluso de ideologías concretas.

CISMA POLÍTICO

- KKE
El Partido Comunista griego sigue en
su tradición de rigidez ideológica y
aislacionismo.

- PASOK
Tres expulsados por votar contra el
ajuste y el descontento de su base es
el resultado de la política del Gobierno.

- NEA DEMOKRATIA
El partido de la derecha votó en contra
del plan de ajuste, a la espera de que
el descontento le devuelva al poder.

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