Más de 20 millones de hogares españoles pagarán de su bolsillo los daños colaterales de esta lucha por el beneficio eléctrico, cuya deuda total supera ya los 22.000 millones.
Este año se iniciaba con una noticia prevista, pero no por ello menos esperada, ya que afectaba al bolsillo de todos los consumidores: la nueva tarifa de la luz eléctrica. No ha habido suerte: el precio subió de nuevo. Esta vez, un 3% en enero. Pero los datos que se han conocido después resultan más abrumadores, ya que certifican el fracaso del Gobierno de Mariano Rajoy en su intento de frenar la sangría del déficit tarifario.
Economistas consultados achacan la responsabilidad al lastre acumulado
durante la época de “políticas populares” de José María Aznar
continuadas después por ZapateroA principios de año, la Comisión Nacional de la Energía (CNE) anunciaba que la deuda acumulada del Estado con las grandes compañías eléctricas seguía disparada, que creció en 2012 hasta los 4.070 millones de euros, muy por encima de los 1.500 millones recomendados por el propio Ejecutivo. El déficit total tarifario supera ya los 22.000 millones de euros, lo que deja en entredicho la capacidad del Gobierno para reducir el pasivo contraído contraído con las poderosas empresas eléctricas en los últimos años. Ni siquiera las progresivas subidas de la tarifa de último recurso (TUR) –la que paga la mayoría de los españoles, unos 20 millones de hogares–, aligerará semejante carga, aseguran los expertos.
Para tratar de paliar otro año horrible de la energía, el 1 de febrero, el Gobierno aprobó en Consejo de Ministros una reforma en el sector que, en las estimaciones de Industria supondrá un ahorro de entre 600 y 800 millones de euros, pero que contempla un crédito “extraordinario” de 2.200 millones de euros al régimen especial –que engloba a renovables, cogeneración y residuos– durante el año en curso. No obstante, las medidas de ahorro irán en dos direcciones que afectarán a las renovables: un cambio en el modo de revisar las tarifas y la obligación de elegir entre ir al mercado o mantenerse en la tarifa regulada, algo que, en las estimaciones más optimistas del Gobierno, le permitirá ahorrar 500 millones en el objetivo de congelar el déficit de tarifa en 2013.
¿Quién puso la firma?
El déficit tarifario no ha hecho más que ensancharse. Pero ¿de quién es la culpa? ¿del Gobierno? ¿de las eléctricas? ¿del mercado? Economistas consultados achacan la responsabilidad al lastre acumulado durante la época de “políticas populares” de José María Aznar –continuadas después por Rodríguez Zapatero–, que consistía en demorar las subidas del precio de la luz para evitar tensiones sociales. Como consecuencia, se ensanchó el engorde del pasivo a “unos límites insoportables”, aseguran los analistas. Este modelo caduco evitó durante mucho tiempo que el precio de la luz se adecuara a la realidad, agravó la deuda y “dejó en manos de las grandes compañías eléctricas subastar periódicamente el precio que les convenía de un servicio que pagan los consumidores”, critica Rodrigo Irurzun, coordinador del área de Energía de Ecologistas en Acción. “Todo se debe a una decisión política. Se trata de una estafa legal y una deuda ilegítima”, afirma.
Pero tanto el problema como su solución resultan más complicados. Unesa (Asociación Española de la Industria Eléctrica) –oligopolio formado por Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, E-ON y HC Energía– se defiende de las subidas de tarifas y culpa del incremento del déficit a las primas destinadas a las energías renovables, cuyos costes en 2012 ascendieron a cerca de 8.012 millones de euros, un 22,5% más que en el mismo período de 2011. Las eléctricas se quejan de que ellas tengan que abonar la parte correspondiente a estas primas. El ascenso se produce a pesar de que no se registran nuevas instalaciones desde enero de 2012, tras la moratoria ordenada por el Ministerio de Industria de José Manuel Soria. La congelación no era retroactiva, por lo que las plantas ya preinscritas en el registro del Ministerio (especialmente termosolares) que se han ido incorporando a la red desde entonces han podido recibir esta clase de ayudas.
Varios economistas han aportado su grano de arena para aclarar esta cuestión. Mario Sánchez-Herrero, socio fundador de Ecooo y miembro de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, desmiente que las renovables sean las causantes de la deuda, y asegura que el único freno que impide que las eléctricas tengan más beneficios es precisamente que las renovables entran en el mercado con preferencia para vender su energía a precio cero, reduciendo así el beneficio de las industrias tradicionales.
El precio trimestral de la luz lo marcan dos apartados: la parte liberalizada y la regulada. En la primera, el mercado mayorista marca el precio que ofrece la última central que entra en el mercado, de manera que las centrales eléctricas pueden operar como un oligopolio para coordinar los precios que deseen, asegura Sánchez-Herrero, a su vez, profesor del departamento de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid: “Las eléctricas se quejan de las primas a las renovables, pero realmente si éstas no existieran, las eléctricas podrían fijar precios de la luz todavía más elevados”. El otro factor que incide en la tarifa de la luz es la parte regulada que corresponde a transporte, distribución, peajes, primas al régimen especial (engloba primas renovables) y amortización de la deuda generada. “Realmente, parte de los 4.070 millones de déficit de 2012 no es nuevo déficit generado, sino que incluye pago amortizado de la deuda generada (casi la mitad)”, añade otro experto del sector para aclarar que la deuda no es achacable del todo a las renovables. En la misma tónica se sitúa Rodrigo Irurzun, de Ecologistas: “Es mentira que las renovables tengan la culpa”.
Quién sale ganando
Algunas asociaciones como Ecooo o Ecologistas en Acción denuncian que el déficit enmascara los verdaderos beneficios de las eléctricas. Se estima que, a través del mercado liberado (no regulado), las cinco grandes empresas eléctricas ingresan anualmente cerca de 15.000 millones de euros, cifra a la que hay que añadir cerca de 5.200 millones ingresados por distribución, y unos 800 millones procedentes de las primas de régimen especial.
Para aliviar la posible denuncia social, añaden desde Ecooo, el Gobierno de Rajoy “efectuó un parche” presentando la Ley 15/2012 del 27 diciembre de medidas fiscales para la sostenibilidad energética, por la que se aprueba una serie de impuestos del 7% a toda la producción eléctrica. “La medida se vende como un perjuicio a las poderosas, pero esconde una trampa, ya que son las grandes eléctricas las que tienen acceso al mercado mayorista y pueden trasladar al mercado el precio que les conviene”, denuncia esta empresa de renovables. Pero el resultado final es que la tarifa de último recurso (TUR), actualizada trimestralmente, obligará a la mayoría de consumidores a pagar más de su bolsillo para reducir una deuda que no les pertenece. La mayoría de los economistas consultados estiman que esto significará que el recibo de la luz vuelva a subir en marzo.
Un déficit que no se corresponde con la generación
Los expertos consultados estiman que actualmente existe una burbuja energética ocasionada por el trato de favor de los gobiernos hacia las eléctricas, lo que ha producido un sobre-exceso de plantas eléctricas. “Actualmente, en España existe sobrepotencia eléctrica, ya que el pico más alto se sitúa en los 40.000 mW/hora, pero la potencia instalada es de 100.000 mW/hora”, aclara Mariano Sánchez-Herrero, miembro de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.
“No se justifican los ingresos de las grandes compañías cuando a partir del año 2000 originaron una burbuja llenando España de centrales eléctricas de ciclo combinado, varias de las cuales actualmente no son productivas”, lamenta este economista, que añade que las grandes eléctricas deben continuar pagando préstamos y amortizaciones, con el añadido de que estas centrales apenas tienen ingresos y ocasiona mucho gasto. “Estarían quebradas por las pésimas inversiones”,valora Sánchez-Herrero. “Al Gobierno no le interesa que después de la quiebra financiera e inmobiliaria le siga la del sector energético”, denuncia.
Las claves de la reforma
Recorte de primas a través de la inflación
El Gobierno pretende ahorrar 337 millones al sistema eléctrico cambiando la forma de revisión anual de las primas en el régimen especial, que pasará de hacerse a través del IPC, pero descontándole el de alimento y combustible. Esto supondrá que no se lleve a cabo un incremento del 3% de las primas para las instalaciones renovables.
Crédito especial a cargo del Estado
El Consejo de Ministros aprobó la apertura de un crédito de 2.200 millones a cargo del Estado para financiar “si fuera necesario” las primas al régimen especial de 2013. Los productores de renovables denuncian que se cargue sobre ellas --y sobre los consumidores-- las consecuencias del alto déficit de tarifa, en lugar de gravar a las eléctricas.
Fórmula de retribución al régimen especial
Entre las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros el 1 de febrero se acaba con la posibilidad de que las energías de régimen especial aspiren a la prima si salen al mercado, de forma que ya no se podrá elegir entre ambas opciones. El Gobierno pretende ahorrar un máximo de 500 millones de euros con esta medida.
El difícil objetivo de llegar al déficit cero
Según el ministro de Industria, el Gobierno se plantea que si existe el déficit de tarifa en 2013, éste sea el mínimo: “Nos planteamos déficit cero, y si sube o baja el precio [que tiene que pagar el consumidor] que suba por las subastas, porque el Gobierno suba o baje los peajes”. En 2012 el déficit se incrementó en 4.500 millones.
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