ANÁLISIS // MITOS Y CRISIS TRAS LA VICTORIA DEL PP
Galiza, giro a la derecha
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GALIZA NON SE VENDE. Manifestación celebrada en Santiago de Compostela el 15 de febrero.

El 1-M, las elecciones en
Galiza devolvieron el poder
al mismo de siempre.
Y con datos demoledores:

19/03/09 · 0:00
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GALIZA NON SE VENDE. Manifestación celebrada en Santiago de Compostela el 15 de febrero.

El 1-M, las elecciones en
Galiza devolvieron el poder
al mismo de siempre.
Y con datos demoledores:
el bipartito ha perdido 116.569
votos (PSdG, 72.246; BNG 44.323),
han subido notablemente los votos
en blanco (27.813) y nulos (14.513)
–en 2005, la suma de ambos daba
28.558–, ha habido una ligera subida
de Esquerda Unida (3.529 votos
más) y 41.931 votos han ido a parar
al saco de nuevas formaciones
(UPyD y TEGA). El PP ha ganado
4.000 votos con respecto a 2005 y,
sin embargo, la participación subió
casi un 3% (emigración excluida)
llegando a un máximo histórico
de 70,45%. Es decir, las cuentas
no salen.

Estos datos nos deben hacer reflexionar
en torno a varios ejes. Ha
sido un mito relacionar la participación
alta con el voto al PSdG y
BNG. Con más participación, el PP
ha ganado votos y el bipartito los
ha perdido a miles. Se abre el interrogante
sobre si en 2005 votantes
clásicos del PP se abstuvieron o votaron
a otra formación por descontento
con el candidato (Fraga con
83 años) o si buena parte de los
100.000 nuevos electores votaron
al PP, quien tampoco se ha resentido
del trasvase a partidos conservadores
(TEGA) o ultraconservadores
(UPyD). Por último y más importante,
se plantea si los votos que
sostenían al bipartito provenían de
sectores que realmente querían un
cambio en el funcionamiento del
aparato administrativo y otra forma
de gestión. De ser así, estas expectativas
fueron aplastadas por la
gestión del bipartito que asumió
que la manera de gobernar Galiza
era la clásica de caciquismo, redes
clientelares, vulneración de los derechos
de igualdad y mérito, etc.
Así, compraban los suficientes apoyos
para seguir al mando.

Crisis en el BNG

De momento el ex presidente de la
Xunta ya ha dimitido y dejado lugar
a una gestora que prepara su
relevo donde el mejor colocado es
el ex conselleiro de Medio Ambiente
Pachi Vázquez, especialmente
recordado en Ourense por lo similar
de sus prácticas con las del PP
provincial. En el otro lado, el BNG
ha perdido el 30% de sus apoyos en
dos legislaturas. Anxo Quintana y
la Ejecutiva del Bloque han presentado
su dimisión. Xosé Manuel
Beiras, histórico dirigente del
Bloque –cuando éste era asambleario,
horizontal y de herencia marxista–
ha pedido la refundación del
partido para resituarlo en la línea
ideológica del Foro Social Mundial,
a su juicio, el único que funciona
como puente con la ciudadanía. De
no suceder esto, no desmiente la
posibilidad de fundar un partido
con esas características.

¿Debe Galiza de nuevo aupar a
un partido o debe buscar otras formas
de organización política? La
Rede Galiza non se vende, por
ejemplo, funciona por la suma de
sus exigencias ecológicas locales y
al mismo tiempo globales, con las
que cada uno se siente partícipe directo,
excluyendo así la representación
política. Por el lado parlamentario
esto parece lo realmente
importante, la relación entre movimiento
social y el partido que trata
de representar al movimiento. Si
esta discusión es una vía muerta o
todavía puede ser válida marcará
el rumbo de la política. Dicho en
términos más teóricos, o asumimos
el marco democrático y generamos
un significante vacío –por
ejemplo, con 150.000 votos nulos–
que muestre la paradoja del sistema
de representación y su incongruencia;
o asumimos la perversión
abierta del sistema y la imposibilidad
de la comunicación y nos
vamos hacia una política posdemocrática,
revolucionaria y sin
ningún tipo de garantías, ignorando
la vanguardia política y la representación,
cuya única dinámica
sólo puede ser la ruptura con el
marco capitalista.

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