INFORME // VARIOS CLUBES, EN QUIEBRA TÉCNICA
El fútbol, primer moroso del Estado español

La deuda de este deporte con Hacienda supera los 600
millones de euros. Una mala gestión económica, unida
a intereses políticos locales, ha llevado al ‘deporte rey’
a una situación insostenible y de difícil solución.

05/03/09 · 0:45
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ENCIERROS. El Algeciras fue pionero en la “okupación” de su estadio.

“El fútbol español ha contado con el
beneplácito de las instituciones para
salvar la desastrosa gestión económica
de sus dirigentes”. Con esta frase,
José María Mollinedo, secretario
general del Sindicato de Técnicos de
Hacienda (Gestha), resume cómo los
clubes de fútbol profesional, primera
y segunda división A y B, con la complacencia
de las autoridades, han llegado
a acumular una deuda de 627
millones de euros con Hacienda,
convirtiéndose así en los mayores
deudores del erario público.

No obstante, no se trata de la primera
vez que el fútbol profesional
deja de cumplir con sus obligaciones
fiscales. “En la primera ocasión, la
deuda fue absorbida por el Estado; y
en la siguiente, dio lugar al nacimiento
de las Sociedades Anónimas Deportivas,
con objeto de profesionalizar
la gestión y que el único objetivo
no fuera conseguir los máximos éxitos
deportivos, sino que se responsabilizaran
de los resultados económicos,
y que éstos fueran viables”, afirma
José María Mollinedo. Casi 20
años después de aquella ley, con excepción
de Real Madrid, Barcelona,
Athletic de Bilbao y Osasuna, todos
los clubes del fútbol profesional son
sociedades anónimas, aunque su supuesta
responsabilidad social haya
servido de coartada para que, de forma
permanente, hayan recurrido a
ayudas institucionales que solventaran
los efectos de una mala gestión.
El intento de ayudar a los clubes
por parte de las administraciones ha
dado lugar a intervenciones surrealistas,
como el caso de clubes que juegan
en estadios de propiedad pública
y reciben dinero por desplazarse a
otros terrenos que, a su vez, son cedidos
por las propias autoridades.
“Eso hace que los particulares que
compran el piso en esos terrenos deban
pagar un precio más elevado o
que el resto de contribuyentes de ese
lugar, según la administración que
pague, serán los que acaben enjugando
esa deuda”, concluye Mollinedo.

Llamativo fue el caso del Racing
de Santander, con el que “la
Comunidad Autónoma llegó a comprar
los derechos de la cantera, para
poco después volver a cedérselos al
club”, una práctica más con la que,
según Mollinedo, una administración
subvenciona con subterfugios al
club de fútbol bandera de la región.

Sin embargo, la deuda del fútbol
profesional no se reduce a lo contraído
con el erario público. Un informe
de José María Gay, profesor titular
de Economía Financiera y Contabilidad
de la Universidad de Barcelona,
asegura que la deuda de los clubes
de primera alcanzaba en la temporada
2006-2007 (última en que se contaban
datos en el Registro Mercantil)
la cifra de 2.779,5 millones de euros,
frente a un patrimonio neto de 252
millones. Tan sólo en ese año los clubes
gastaron 107 millones más de lo
que ingresaron, fundamentalmente
en fichajes. “Algunos clubes se encuentran
en quiebra técnica, es decir,
con la totalidad de sus activos o
inversiones no están en posición de
liquidar todas las deudas contraídas”,
afirma Gay. En ese sentido, sólo
cinco clubes lograron acabar el
año con superávit y el resto sobrevivió
parcialmente gracias a fuentes de
ingresos extraordinarios como la
venta de inmuebles.

En palabras de los analistas, el
modelo tradicional del fútbol español
toca a su fin, especialmente en el
actual contexto de crisis. “La burbuja
de los precios de los traspasos de
jugadores se desinfla y el mercado
inmobiliario está en caída libre. La
época gloriosa de los pelotazos y los
derroches económicos en el fútbol
español ha llegado a su fin”, explica
Gay al referirse a las grandes intervenciones
urbanísticos con las que
en los últimos años se salvaron clubes
como Real Madrid o Espanyol.

Futuro incierto

Ante esta situación, el futuro del fútbol
español se presenta realmente
incierto y difícil de predecir. “Creo
que varios clubes españoles se verán
abocados a la insolvencia y el concurso
de acreedores, afirma Gay. No
obstante, ni siquiera se puede garantizar
que los clubes vayan a poder
asumir las deudas ya adquiridas, toda
vez que ésta es muy superior a lo
que pueden generar por la venta de
material, televisiones, taquillas y quinielas,
prácticamente sus únicas
fuentes de ingresos en la actualidad.
“Que los clubes paguen a Hacienda
va a ser difícil, la única solución
viable sería que el Consejo
Superior de Deportes supervisara
esas cuentas y se pidieran, de una
vez por todas, responsabilidades a
los administradores que han llevado
a la ruina al club”, concluye José
María Mollinedo.

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