SEQUÍA : ELISENDA FORÉS, PORTAVOZ EN TEMAS DE AGUA DE ECOLOGISTAS EN ACCIÓN CATALUÑA
“Estos problemas surgen por incompetencia o mala fe”

Cataluña está desde
hace un año en decreto
de sequía, no llueve, y a
pesar de las promesas de
una nueva cultura del
agua, el Gobierno ha
propuesto el transvase
Ter-Llobregat. La
solución es compleja,
pero hay otras vías.

17/04/08 · 0:00
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SEQUIA. La mayoría de los pantanos catalanes están por debajo de la mitad de su capacidad / Edu Bayer

DIAGONAL: ¿Por qué la propuesta
del trasvase Ter-Llobregat en estos
momentos?

ELISENDA FORÉS: Existe el Decreto
de Sequía, que establece una
serie de indicadores para poder saber
si el sistema de una cuenca determinada
está carente o no de recursos.
Cataluña ya hace un año
que está en decreto de sequía. En
estos momentos hay tres cuencas
en estado de excepcionalidad 2, la
cuenca de la Muga y el sistema Ter-
Llobregat, que abastece a 5,5 millones
de personas (la mayor parte de
la población de la región). Desde la
derogación del trasvase del Ebro del
Plan Hidrológico Nacional y con las
desaladoras que estaban previstas,
teníamos cubiertas las demandas
estructurales en una situación normal,
lo que pasa es que no llueve.

D.: La reacción del Conseller de
Medi Ambient es un poco contradictoria
con la campaña electoral
que hablaba de Nueva Cultura del
Agua. ¿Cómo se entiende eso?

E.F.: Sin compartirlo. Podemos llegar
a entender que en un momento
determinado uno declara este decreto
de sequía esperando que llueva
y que no se tenga que aplicar. Se
han lanzado una serie de propuestas
a la desesperada desde el Gobierno
de Cataluña para intentar
hacer llegar el agua necesaria a Barcelona
entre el mes de octubre, en
que se calcula que se terminarán las
reservas, y el mes de abril, que se
pondrá en marcha la desaladora de
El Prat. Lo que nosotros criticamos
es la falta de previsión. Cuando un
Gobierno se ha llenado la boca de la
Nueva Cultura del Agua y ha obtenido
sus votos haciendo campaña
en este sentido, no se acaba de entender
por qué a última hora le salen
estos problemas. Puede ser por
dos cosas, por incompetencia o por
mala fe. Queremos pensar que es lo
primero. No queremos pensar que
todo esto se ha dejado que llegara
para poder justificar después grandes
obras de infraestructuras que
nos lleven agua de una parte a otra.

D.: ¿Qué grupos de presión hay detrás
de las propuestas para hacer
frente a esta situación de sequía?

E.F.: Siempre ha habido una presión
importante para traer agua del
Rhône por parte del sector del cemento,
de los ingenieros, sobre todo
del Collegi d’Enginyiers de Catalunya.
Los ingenieros veían en esta
gran construcción faraónica la solución
a todos los problemas de crecimiento
de Cataluña. Así, podemos
crecer y crecer, continuar con
el urbanismo difuso, hacer campos
de golf, casas con piscinas, seguir
en definitiva con el modelo
gracias a una gran aportación de
agua. Esta propuesta de interconectar
redes quedó finalmente con
cierta concesión a este lobby. En
este aspecto, lo que defendemos
es que cada cuenca se tiene que autoabastecer.

D.: ¿Cómo ves la reacción que está
teniendo el Gobierno central?

E.F.: Yo creo que el Gobierno central
no tiene la presión social: mediática,
de los lobbies y de una
oposición fuerte como la de CiU.
Entiendo que la postura de aquí es
mirar sólo el país en un estado de
emergencia, mientras que en el caso
del Gobierno del PSOE es también
una postura política pero mirando
a todo el Estado. Sería totalmente
contradictorio apoyar este
trasvase en Cataluña cuando muchas
regiones más secas han sobrevivido
con la derogación del
trasvase del Ebro.

D.: La vicepresidenta Teresa de la
Vega ha dicho varias veces que “no
habrá trasvase, pero que se va a
garantizar el suministro de agua”.

E.F.: ¡Estamos impacientes por saber
cómo! Desde el Estado ha llegado
una opción que es respetable
pero insuficiente en una situación
de emergencia. Como los regantes
del Ebro tienen una concesión
de 4m3/s y sólo usan 2, se
pretende que la otra mitad se destine
al suministro de ‘agua de boca’
en Barcelona. Se propone ejecutar
la interconexión de redes,
una obra que desde aquí ha sido
muy criticada porque eso sería como
un trasvase del Ebro pero hacia
Barcelona.

Primero ahorro, después reutilización del agua
_ L.D.: No nos gustan las
desaladoras porque creemos
que el uso de aguas
regeneradas y el uso eficiente
del agua todavía tienen
mucho camino que
hacer. En un momento de
sequía entendemos que se
tiene que dar agua de boca
a la población, no agua
para piscinas, hacer pisos
o limpiar coches. Los municipios
todavía tienen
mucho por hacer en los
próximos cinco meses: primero
utilizar el agua de
una forma más eficiente.
En segundo lugar, podríamos
considerar como una
buena opción, para suplir
este trasvase al cual nos
oponemos frontalmente, la
infiltración de agua de la
depuradora de El Prat en el
al acuífero del Llobregat.
Esto permitiría la recuperación
de muchos pozos.
Esta propuesta se está
estudiando desde el
Gobierno y lo veríamos
bien porque siempre es
preferente regenerar el
agua a crearla. Primero el
ahorro y después la reutilización.
Si estas dos vías
aún son insuficientes,
podríamos aceptar que
puntualmente, de manera
justificada y por emergencia,
se aportara agua de
otras cuencas, pero nunca
con tuberías permanentes.
Se puede abastecer las
zonas trasladando el agua
en camiones cisterna o en
tren. Que los ocho millones
de euros que se quieren
destinar a las tuberías se
usen para transporte terrestre
o marítimo. La otra
parte de conexiones de red
que se quiere hacer es una
obra tan costosa que seguro
que después no lo desmonta
nadie, esto no lo
aceptamos.

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