Han pasado tres años de lo ocurrido en Bagua donde murieron 25 policías, 5 nativos y 4 civiles por la imposición del entonces presidente Alan García de explotar los recursos naturales en una zona amazónica del Perú. Tres años después nos encontramos en la misma situación donde no se respeta la ley de consulta previa a los pueblos indígenas reconocida en el convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo).

En este contexto quienes buscan la integración, la defensa de las demandas del pueblo y respeto de la naturaleza son tachados como ignorantes, violentistas y terroristas. Criminalizan, de esta manera, el legítimo derecho a la protesta. Ollanta Humala, quien dijo romper con el accionar de Alan García, incumple a su palabra.

En las últimas semanas, las ciudades peruanas de Espinar (Cusco) que se encuentra en estado de emergencia desde el 28 de mayo y Cajamarca, son escenarios de conflictos sociales que enfrentan por un lado a las comunidades andinas y por otro a la minera Xstrata en Espinar y a Conga en Cajamarca. En el caso de Espinar se ha saldado con dos muertos, numerosos heridos y detenciones que escapan del marco legal. Uno de los detenidos es el mismo alcalde de Espinar, Oscar Mollohuanca, quien fue privado de su libertad el 30 de mayo sin una orden de detención.

Los pobladores de Cajamarca y Espinar vienen defendiendo de manera justa el derecho al agua y el derecho a la vida ante las mineras que contaminan y afectan la salud del conjunto de la población. Presentan como sustento técnico el Monitoreo Ambiental Participativo en la provincia de Espinar, elaborado en los meses de agosto y septiembre de 2011 se demostró que hay elevadas concentraciones de metales pesados en el agua y en el suelo, metales como: arsénico, aluminio, cobre, ente otros.

Apoyo del Gobierno de Humala

La minera Xstrata Tintaya, con el apoyo del gobierno, presenta otra versión: niega que sea perjudicial para la población y añade además que su actividad minera es algo positivo para el país ya que con los ingresos de las mineras el Perú incrementará su desarrollo económico.

Estas distintas posturas y la ausencia de diálogo, donde las palabras están sustituidas por balas, se traducen en un total de doce muertos desde que empezara a gobernar Humala.

En el Perú el modelo económico que se aplica es el extractivista, basado en la explotación de la naturaleza para la exportación de las materias primas que van destinadas al gran capital. Sin embargo, diversos movimientos sociales, organizaciones y partidos políticos muestran una alternativa: la de la armoniosa relación con los pueblos y con el medio ambiente en un cuadro donde se respeten los derechos humanos; un modelo verdaderamente inclusivo dejando de lado, al fin, el actual modelo neoliberal implantado por Alberto Fujimori durante su gobierno.

La población intenta recordar al presidente sus compromisos hechos durante la campaña electoral, donde preguntó al pueblo cajamarquino “¿Qué es más importante el oro o el agua?”. Recibiendo como respuesta de los pobladores “¡el agua!”.

Este distanciamiento de los principios programáticos que llevaron a Ollanta Humala a la presidencia ha hecho que en un solo día, el 4 de junio, tres congresistas renunciaran a la bancada de Gana Perú: Verónika Mendoza, Javier Diez Canseco y Rosa Mavila. Tres días después, el congresista cuzqueño Rubén Coa renunció al Partido Nacionalista y a la bancada de Gana Perú.

La Gran Transformación que se esperaba derivó en una gran desilusión.