Impulsadas por personas
del mundo académico y
de movimientos sociales,
estas jornadas se han
convertido en un lugar
para el análisis y la
producción de útiles
contra la lógica de este
sistema productivo.
- David Fernández
En las Jornadas de Economía Crítica
celebradas en Zaragoza, el economista
y militante vecinal Albert Recio
hizo especial hincapié en la dependencia
española de los grupos multinacionales
y en nuestro rol en la estructura
de especialización global de
los sectores económicos. 1.756.000
empleos suprimidos desde el tercer
trimestre del 2007 ya igualan la pérdida
de puestos de trabajo del periodo
que transcurrió entre 1976 y 1984.
Las alternativas, para Recio, pasan
por la reorganización de la economía
más allá de la retórica reinante;
la recuperación del debate central
sobre la austeridad; el control y la regulación
del sistema; o la asunción
del reto que supone replantear el
marco de construcción europea y
global de las instituciones económicas
y políticas de gobierno.
La economista y militante anticapitalista
Bibiana Mendialdea dio
varias claves en este sentido, empezando
por la necesidad de abrir una
fractura en el tímido debate actual
sobre el papel de las finanzas. Para
esto es urgente “denunciar el carácter
estructural de la lógica destructiva
del capital” que, más allá de “burbujas,
perversos especuladores y
otras formas específicas que adopte
en cada momento histórico”, amenazará
siempre el futuro del planeta.
Medialdea propone un análisis completo
de la realidad que nos rodea
sumando tres perspectivas complementarias:
en primer lugar la perspectiva
de clase, para lo que hay que
demostrar que el periodo neoliberal
ha significado una fuerte regresión
en términos de pérdida de poder económico
de las clases asalariadas.
Sobre este retroceso previo a la crisis,
ahora debe añadirse el golpe adicional
sobre las familias trabajadoras
en el último periodo, en el que se
ha alcanzado la cifra de ocho millones
de personas que hoy alternan paro
y temporalidad laboral. Medialdea
considera que es necesario, asimismo,
incorporar una perspectiva feminista
que sea consciente de la particular
vulnerabilidad económica de
las mujeres previa a la crisis, y que
cristalice un cuestionamiento radical
de un modelo de organización económica
y social “basado en la división
sexual de los trabajos y en el
reparto injusto de nuestras aportaciones
a las distintas esferas productivas
y reproductivas de la vida”. La
perspectiva ecologista completa, a
juicio de esta economista, esta estrategia
de intervención, “como única
vía para hacer emerger una alternativa
global y sistémica. La única alternativa
viable a largo plazo”.
“Conflicto entre vida y capital”
Para dar el salto adelante propuesto
es indispensable romper con determinados
mitos impuestos: frente al
mito de la desregulación, el economista
y ecologista Óscar Carpintero
enfatizó que el capitalismo es una
forma de regulación en favor de unos
intereses determinados. Lo mismo
sucede con la sacralización del crecimiento
como solución a la crisis, que
puede considerarse un “callejón sin
salida” o un “falso atajo”, dado el proceso
de destrucción y apropiación de
riquezas que éste implica. Frente a
estos mitos deben cambiarse, apunta
Carpintero, los enfoques teóricos y
los modelos productivos reales de la
economía y los marcos institucionales
que regulan su desarrollo.
Por su parte, Amaia Pérez Orozco
expuso con contundencia la crítica
que la Economía Feminista realiza
de la percepción androcéntrica de
las relaciones productivas, constatando
que las herramientas analíticas
del mercado “no son unas gafas
útiles para entender los parámetros
de la actual crisis”. Desde estas reconsideraciones,
que visibilizan la
degradación de lo más hondo de las
interacciones íntimas de los hogares
(la crisis de los cuidados), Pérez
Orozco llama a salir “de las fosas sísmicas
de un sistema en quiebra” mediante
varios movimientos estratégicos
de intervención política: en primer
lugar “se trata de recuperar la
centralidad indispensable de un debate
integral y democrático para luchar
contra el capitalismo y promover
nuevas formas de buen vivir”. De
esto se deriva una movilización para
impedir un reflujo de sustracción de
recursos en favor de las lógicas de
valorización del capital, imponiendo
un aumento del gasto social y de los
servicios públicos de cuidados que
ahonden en su gratuidad y gestión
directa por parte de las personas que
los utilizan. Por último proponía recuperar
una cultura de la redistribución,
tanto del lado de la universalización
de derechos como del de la
reconsideración de los tiempos y tareas.
Rompiendo con los dogmas del
pasado, se trata de dar rienda suelta
a las potencialidades que tiene “el
conflicto emergente entre el capital y
la vida misma” para liberar nuestros
cuerpos y deseos del marco de la alienación,
avanzando “en la determinación
social y democrática de las necesidades
de unas sociedades que
continuarán luchando cada día por
la sostenibilidad de sus vidas”.
ECONOMÍA CRÍTICA
EN ZARAGOZA
Las XII Jornadas de Economía Crítica
han consolidado un espacio
en el que se dan cita diferentes
corrientes de pensamiento y tradiciones
de militancia. Hubo
oportunidad de relanzar la Revista
de Economía Crítica y de tratar
de impulsar un grupo estable
para fomentar una docencia crítica
de la economía en enseñanzas
secundarias y en las universidades.
Las jornadas terminaron
con la aprobación de un Manifiesto
que propone diversas
medidas a distintos niveles que
servirán para reorientar radicalmente
el curso de la crisis actual.
OTRO ARTÍCULO RELACIONADO EN ESTE ARTÍCULO
LA RELACIÓN ENTRE DESCENSO DE SALARIOS Y CAÍDA DEL CONSUMO
_ [¿Bajar los salarios?->10354]
_ Con la crisis, el salario
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-Por Salvador Comendador, miembro de ICEA
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