"BASURA ELECTRÓNICA
¿A dónde van a parar los ordenadores y móviles ‘gastados’?

Millones de residuos eléctricos y electrónicos se exportan anualmente a países
empobrecidos. Es la forma más barata de ‘reciclar’ unos productos altamente
tóxicos cuyo período de vida útil no deja de disminuir.

23/11/06 · 0:00
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Entre 20 y 50 millones de desechos
tóxicos procedentes de ordenadores,
móviles y otros aparatos se producen
anualmente en el mundo. Y
cada año el número de desechos
crece, debido al auge de la electrónica
y la informática, y a que la vida
útil de estos productos cada vez
es menor. Mientras que en 1997 un
ordenador duraba de media seis
años, en 2005 se tiraba a la basura
cada dos; los móviles, ni siquiera
llegan a durar dos años.
Los países más consumidores
abaratan sus costes de reciclaje de
la ‘basura electrónica’ exportándola
a países empobrecidos, preferentemente
a China e India.

En 2005 un estudio de Greenpeace
se ocupó de analizar los efectos
de las sustancias tóxicas de los
aparatos eléctricos y electrónicos
enviados a estos dos países, concretamente
en la provincia de Guangdong
y en los suburbios de Nueva
Delhi. La organización ecologista
analizó el entorno medioambiental
y los lugares de trabajo donde se reciclan
los aparatos, confirmando
que las aguas, el suelo y los habitantes
de la zona mostraban elevados
índices de sustancias químicas
tóxicas y de metales pesados, superiores
a los considerados óptimos
para la salud y la conservación del
medio ambiente. En el reciclaje
también trabajan niños y mujeres
embarazadas, que desmantelan ordenadores
e impresoras sin protección
física y al aire libre como única
manera de sobrevivir.

El Convenio de Basilea de la
ONU prohíbe exportar desechos
eléctricos y electrónicos de manera
descontrolada a países empobrecidos.
Entró en vigor en 1992 y
está ratificado por 134 países, entre
los que no está Estados Unidos,
el mayor exportador de basura
electrónica. Pero los ratificantes
siguen exportando basura electrónica
de forma ilegal.

Además, el Convenio de Basilea
propone la progresiva desaparición
de algunos componentes peligrosos
en el proceso de fabricación. En
respuesta, “los fabricantes están
sustituyendo estas sustancias tóxicas
por otras que son igual de contaminantes
que las anteriores pero
que no están prohibidas”, asegura
la representante de Greenpeace
Sara del Río. Por eso, exigen que
se prohíba el uso de cualquier sustancia
peligrosa.

Para obligar a los países a reciclar
la ‘basura electrónica’ in situ, la
Unión Europea supuestamente regula
desde hace un año que cada
uno de sus miembros recicle cuatro
kilos de productos eléctricos y electrónicos
por habitante y año en sus
plantas. Sin embargo, los datos de
consumo son mayores: se calcula
que el peso de los productos puestos
en el mercado es de 14 kilos por
habitante. Aun con estos datos, las
ONG españolas denuncian que existe
un gran descontrol sobre la gestión
de los residuos.

Fiscalización verde

Greenpeace ha elaborado un ránking
con las marcas de productos
informáticos y teléfonos móviles según
su compromiso con el medio
ambiente, y sólo cuatro marcas de
las 14 investigadas aprueban, aunque
todas alardean de su buena política
medioambiental.

Según la organización, las inspecciones
realizadas a 18 puertos
europeos en 2005 revelaron que
cerca del 47% de las exportaciones
de desechos eran ilegales, y una
gran parte de ellos eran productos
eléctricos y electrónicos.

En el Estado español, un real decreto
aprobado en febrero de 2005
obliga a los fabricantes a ocuparse
de la recogida selectiva de los residuos
y a gestionar su reutilización,
reciclaje o eliminación. Además,
las plantas de reciclaje deben cumplir
unas condiciones mínimas de
seguridad. Pero según los propios
datos de Medio Ambiente, las 12
plantas de reciclaje de este tipo de
residuos existentes tienen capacidad
para reciclar una media de cinco
kilos por habitante y año. En
2005 la media de reciclaje fue sólo
de 3,86 kilos.

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