Los cinco grandes de la banca aumentan beneficios
Los jefes de Mapfre suben su sueldo más del 300%
Aumenta el número de supermillonarios españoles
A finales de 2008, 90.000 hogares no podrán pagar
las hipotecas
La tasa de paro se acerca a más del 10%
Las recetas del Gobierno reducirán el gasto social
- MARTÍN LEÓN BARRETO
¿‘Depresión’, ‘descenso acusado’,
‘corrección selectiva’, ‘crisis’...?
El presidente José Luis Rodríguez
Zapatero daba por terminado el
debate sobre qué palabra definía
mejor la situación de la economía
española, concluyendo que “es un
tema opinable si hay o no crisis”.
El presidente del Banco Santander,
Emilio Botín, se refería a la
coyuntura como “ajuste fuerte”,
al mismo tiempo que anunciaba
que, “como la fiebre de los niños”,
no iba a afectar demasiado al primer
banco español y al cuarto de
Occidente. Botín se vanagloriaba
de que su grupo sería capaz, incluso,
de “aprovechar las oportunidades
para crecer” que generaba
el contexto económico y que
ganaría 10.000 millones de euros
en 2008. La crisis tampoco parece
afectar hasta ahora a los españoles
que tienen más de un millón
de euros, que crecieron el
año pasado un 4%, hasta situarse
en los 164.000, según un informe
de Merrill Lynch.
Pese a la situación de alarma
económica, los ‘cinco magníficos’
de la banca española –Santander,
BBVA, La Caixa, Caja
Madrid y Popular– aumentaron
sus beneficios en un 14% en el
primer trimestre de 2008 con respecto
al mismo período de 2007.
Aunque el margen de ganancias
ha descendido con respecto a los
años dorados, no parece que por
ahora las grandes torres de la
ciudad deportiva del Real Madrid,
símbolo supremo de aquellos
años, se vayan a utilizar como
plataforma de lanzamiento
en caída libre para los altos ejecutivos
del top ten empresarial.
Frente a los discursos de contención
salarial, emitidos desde
el Gobierno y el Banco de España,
sólo diez empresas del Ibex-
35 redujeron los salarios de sus
altos mandos en 2007, mientras
que 18 los subieron por encima
de la inflación. Los ejecutivos se
han mostrado previsores frente
al panorama de incertidumbre
que se avecina. Los casos más espectaculares
de aumentos de
sueldo corresponden a Mapfre y
Acerinox, cuyos jefes vieron aumentar
sus salarios el 356% y el
236% respectivamente en 2007.
Igual de previsores fueron los altos
ejecutivos cuyos puestos estaban
en peligro por diversas operaciones
de fusión y cambios en
el accionariado. Éste es el caso
del presidente de Iberdrola,
ante la amenaza de compra
por parte de EDF; el del presidente
de la inmobiliaria Sacyr
o el ex presidente de Endesa,
Pizarro, que logró una indemnización
millonaria por su salida
de la eléctrica. Las subidas
también afectaron a las empresas
en serios problemas: uno de
los casos más paradigmáticos es
el de la inmobiliaria Colonial, que
frente a una gravísima situación
financiera pagó a su Consejo de
Administración 6,2 millones de
euros en 2007, lo que suponía
una subida del 269% respecto al
año anterior, según el diario El
Economista.
Cuarteles de invierno
El crack inmobiliario ya ha afectado
a numerosas pequeñas y medianas
empresas relacionadas
con la construcción, muchas de
las cuales han tenido que cerrar.
Pero parece que los gigantes inmobiliarios
han sabido sortear
hasta el momento las peores consecuencias
de la crisis.
Desde 2005, las principales empresas
del sector –ACS, Ferrovial,
Acciona, Sacyr Vallehermoso y
OHL– se preparaban para pasar
resguardados el inminente invierno
económico. En los dos últimos
años del boom inmobiliario las
grandes constructoras desembarcaron
en las principales compañías
energéticas españolas: ACS se
convirtió en el primer accionista
de Iberdrola y Unión Fenosa;
Acciona pasó a controlar el 25%
de Endesa, y Sacyr adquirió el
20% de Repsol-YPF. Por poner
dos ejemplos, ACS percibió 403
millones de euros en los seis primeros
meses de año por sus participaciones
en Abertis, Fenosa e
Iberdrola, y Acciona cobró 405
millones por Endesa.
Además del control del suculento
negocio energético, las
grandes constructoras, que en
2006 crecieron un 134%, se lanzaron
a otros negocios como son
las infraestructuras –aeropuertos,
autopistas, etc.– y sobre todo
a los mercados de Europa del
Este, América Latina y EE UU. Y
no sólo las constructoras: el 33%
de los beneficios del Santander
en el primer trimestre de 2008
proviene de América Latina.
Un informe del Banco de España
de finales de 2007 hablaba
de una “moderada, pero progresiva,
desaceleración de la actividad
productiva”, pero añade
que esa tendencia se está contrarrestando
con una menor
contratación laboral, aparte de
los buenos resultados que propician
las ventas en un mercado
globalizado. Como decía Zapatero,
“es opinable si hay crisis”,
especialmente según a
quién se le pregunte.
Joana García Grenzner
Redacción
“¿En qué te has gastado el sueldo,
tunante, que has disparado
la inflación?”, le dice un empresario
a un mendigo, en una de
tantas reveladoras viñetas de El
Roto. Es obvio a quién perjudica
más la crisis, pero no tanto cuáles
son sus causas, y menos aún si son
coyunturales o de fondo.
El mes pasado la inflación conjunta
de los países de la zona euro
alcanzó un récord histórico del
4%, el doble de lo fijado por el
BCE. Según un estudio de asociaciones
de consumidores presentado
a finales de junio, la diferencia
entre el precio de origen y destino
de los alimentos se ha multiplicado
por cuatro. En junio el Euribor
se colocó en un máximo histórico
mensual del 5,361% desde su
creación en 2000, aumentando en
77 euros mensuales el precio de
una hipoteca media. Según la
Asociación Hipotecaria Española,
a finales de 2008 la morosidad será
del 2% y unos 90.000 hogares
no podrán pagar las hipotecas. La
tasa de endeudamiento familiar
es altísima: en Andalucía, la ciudadanía
debe dos euros al banco
por cada euro que tiene ahorrado.
Según datos de la Fundación de
Cajas de Ahorros (Funcas) la tasa
de paro ascenderá del actual 9,23
% al 12,5% en 2009. El ministro de
Trabajo e Inmigración, Celestino
Corbacho, predijo un menor crecimiento
de la afiliación a la Seguridad
Social debido a la crisis y
aprovechó la coyuntura para instar
a las clases trabajadoras a agotar
su vida laboral en los 65 años
para mantener el actual sistema
de pensiones.
Desiderio Martín, del sindicato
CGT, rechaza “que la crisis de modelo
global existente la tengan que
pagar los de siempre”. Insiste en
que “la situación actual es consecuencia
del ciclo expansivo anterior,
basado en el crecimiento
especulativo del ladrillo y los servicios;
la sobreexplotación de la
mano de obra, especialmente inmigrante;
un sistema de relaciones
laborales donde los derechos
laborales han sido anulados y
unos sistemas públicos, de la vivienda
hasta la sanidad pasando
por la educación, la energía y el
transporte, entregados al libre
mercado y la libre competencia”.
Varias voces señalan que la bonanza
económica anterior no fue
tal para las clases trabajadoras.
Según Walter Actis, del colectivo
Ioé, autor del Barómetro Social de
España 1994-2006, en pleno ciclo
expansivo “el salario anual medio
disminuyó en un 2,4% en términos
reales. Hoy, en plena crisis, la
inflación aumenta a mayor ritmo
y los think tank liberales vuelven
con la cantinela de moderación
salarial. Por lo tanto, es de prever
una caída de los salarios reales, si
las luchas sociales no lo impiden”.
De hecho, el Banco de España ya
ha recomendado al ejecutivo que
los modere. Según Juan Torres,
catedrático de economía aplicada
en la Universidad de Málaga, el
Estado español ha sido “el único
de la OCDE donde los salarios han
disminuido en términos reales en
los últimos años”. Así, el BE aprovecha
la crisis para “rentabilizar
los recursos financieros que ahora
están en manos del sector público.
Eso es lo único que hay detrás
de la reforma de las pensiones
que reclaman”. Sin embargo,
no habla “de la especulación que
está produciendo la inestabilidad
y que los reguladores han permitido
e incluso estimulado, ni del crecimiento
de la masa monetaria generado
por los grandes bancos
centrales para salvar a los privados
y que no puede sino generar
la inflación que dicen que quieren
combatir”.
Actis augura que “el parón de la
construcción y sus efectos colaterales
incrementarán el desempleo”.
Esto “disminuirá la masa
salarial, lo que disminuirá el consumo,
y planteará el problema de
los límites de las prestaciones del
paro para cubrir las necesidades
de los parados”. Asimismo, producirá
“un aumento de oferta de
trabajo muy precaria (parados sin
prestaciones, jóvenes sin trabajo
ni formación, inmigrantes con red
social débil), presiones a la baja
de las condiciones laborales y
‘oportunidades’ para un incremento
del empleo sumergido, sin
condiciones ni garantías”. Ello, sumado
a “las debilidades de las
prestaciones sociales destinadas a
la infancia y grupos familiares,
añadirá presiones a las mujeres
con ‘responsabilidades familiares’
que no podrán derivarse como
hasta ahora hacia el trabajo doméstico
y de cuidados”.
Y para postre, el Gobierno “se
apoya en la recesión para colocarnos
como salvadora una estrategia
que sitúa la liberalización de
servicios como generadora de
competencia y mayor calidad en
beneficio del usuario. ¿Quizás como
nos hemos beneficiado en el
sector de la electricidad y la telefonía?”,
ironiza Actis. Martín aclara
que “la liberalización del sector
energético español supondrá más
despidos (Gas Natural despedirá
a 600 personas y reubicará a 1.400
de una plantilla de 3.800) y encarecerá
la tarifa eléctrica de 14 millones
de personas en un 9%”.
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