El presidente de la República cuestiona los presupuestos de 2013
El Constitucional de Portugal se tendrá que pronunciar sobre la legalidad de los recortes

El año político luso se inicia con el anuncio del jefe de Estado portugués Aníbal Cavaco Silva de enviar el presupuesto de 2013 al Tribunal Constitucional para que se pronuncie sobre la legalidad de los recortes para este año.

, Lisboa (Portugal)
02/01/13 · 13:40
Aníbal Cavaci Silva, presidente de la República de Portugal. / Europanostra

El presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, anunció el martes que enviará el presupuesto para 2013 al Tribunal Constitucional para determinar si las medidas de austeridad en Portugal que se  plantean para este año son legales. Durante el mensaje del día de Año Nuevo, Cavaco Silva explicó que existen "dudas fundadas sobre la justicia en el reparto de los sacrificios" que propone el documento, aprobado por el Parlamento a finales de noviembre con los votos de los dos partidos conservadores en el Gobierno, socialdemócratas y democristianos.

Sin embargo, nadie esperaba que el derechista Cavaco Silva se opusiese a los presupuestos generales de 2013 aprobados por el Gobierno de su compañero de partido, Pedro Passos Coelho, por más que fuesen en contra de varios preceptos de la Constitución del país.

A pesar de que la presión popular le ha obligado a remitir las cuentas al Tribunal Constitucional, que, en cualquier caso, solo se pronunciará sobre su legalidad a mediados del próximo año, el Jefe de Estado, a quien la Carta Magna concede la  posibilidad de no promulgar el presupuesto si existen indicios de inconstitucionalidad, ha acabado sancionando los ataques al Estado del Bienestar.

Los recortes ya se consideran los mayores de la historia de la democracia lusa, y el visto bueno del Presidente, que con sus supuestas dudas ha pretendido mostrar respeto por los afectados por la crisis, es el mejor reflejo de la falta de personalidad de las altas esferas lusas, demasiado condicionadas por los designios de la Troika.

En diciembre pasado, la indefinición de Cavaco Silva optando por una tercera vía que dejaba ya entonces abierta la puerta al Constitucional no convencía a la oposición, que en las últimas semanas ha venido lamentando la dejadez del conservador en el ejercicio de las responsabilidades propias de la jefatura de Estado. “No esperamos nada de Cavaco pero le exigimos que ejerza de presidente de la República”, declaró Catarina Martins, coordinadora del Bloco de Esquerda, quien considera que si no puede garantizar la Constitución, “tampoco debe ser Presidente de la República”.
 

Crisis económica e institucional

De esta forma, a la crisis económica se ha unido en los tiempos a una crisis institucional que ha dejado en evidencia la escasa credibilidad de que gozan los órganos de gobierno entre la sociedad portuguesa. Cavaco Silva, lejos de garantizar los derechos constitucionales de los ciudadanos lusos, se ha hecho célebre por afirmar que su futura pensión no llegará para cubrir sus gastos durante su jubilación.

Mientras, Passos Coelho ha defendido en varias ocasiones la emigración de los profesionales desocupados como una de las formas de combatir la crisis económica que azota al país. En una carrera de declaraciones desafortunadas, las difíciles condiciones económicas de cientos de miles de personas han pasado a un segundo plano para no pocos políticos portugueses.

Privatizaciones de la TAP

La privatización de la TAP, la compañía aérea de bandera, que probablemente será vendida al multimillonario colombiano y propietario de Avianca, Germán Efromovich, ocupa la agenda política de un Gobierno en el que Miguel Relvas, ministro adjunto de Asuntos Parlamentarios, es considerado por muchos como el verdadero director de los movimientos de Passos Coelho.

Poco importa que la reputación del que fuera secretario de la Juventud Social Demócrata se haya visto salpicada por el escándalo en 2012. La prensa descubrió que en 2007 había obtenido una licenciatura trienal en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por la Universidade Lusófona en apenas un año sin siquiera haberse examinado la mayoría de las asignaturas, gracias a un sistema de equivalencias que ni siquiera existían en el año en que estuvo matriculado en la institución. Pero nadie le ha conseguido expulsar del Gobierno.

Mientra el ministro se duele por no ser tratado como “doctor Relvas”, Cavaco Silva juega al despiste y Paulo Portas, el socio minoritario del Gobierno asegura “no haber sido escuchado” en los presupuestos, lo único claro es que la economía ha caído en el último curso un 3%. Por si fuera poco, la última medida del Ejecutivo anunciada por Passos Coelho ha sido reducir las indemnizaciones por despido de 20 a 12 días.

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