ENTORNO: TEXACO-CHEVRÓN DEBERÁ PAGAR 8.646 MILLONES DE DÓLARES POR LOS DAÑOS
Condena a Texaco, el juicio de la historia en Ecuador

Un juez ecuatoriano ha dictado una sentencia ejemplar contra la petrolera norteamericana que contaminó la Amazonía de Ecuador entre los años 1964 y 1990 en una explotación de un millón de hectáreas de terrenos selváticos.

- “Chevrón ahorró mucho dinero a costa de la vida de miles de personas”

11/03/11 · 8:00
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El 14 de febrero, el juez Nicolás
Zambrano de la Corte de Nueva
Loja, provincia Sucumbíos (Ecuador),
dictaminó que la transnacional
norteamericana Chevrón, que adquirió
las acciones de Texaco en
2001, es culpable de la contaminación
que provocó en la Amazonía
ecuatoriana entre 1964 y 1990.

Texaco explotó durante esos
años una concesión de un millón de
hectáreas en zona selvática, ocasionando
un desastre ecológico considerado
por muchos expertos como
diez veces superior al derrame ocasionado
por British Petroleum en el
Golfo de México en abril de 2010.
El juez ha resuelto que la petrolera
debe pagar 8.646 millones de dólares
por los daños causados y adicionalmente
el 10% que impone la Ley
de Gestión Ambiental, lo cual eleva
la multa a 9.150 millones de dólares.
En su vertiente moral, la sentencia
señala que Chevrón-Texaco
“debe pedir disculpas públicas” a
las víctimas por el crimen cometido,
y deberá pagar el doble en caso
de que se niegue a hacerlo. “Ésta es
una oportunidad para la empresa
de reconocer su culpa y, de no hacerlo,
demostraría que lo hizo intencionalmente”,
indica el fallo.

“Los animales se morían,
nos quedamos sin caza,
los peces yacían muertos
en los ríos y se echaron a
perder las cosechas”

356 pozos de petróleo

En la sentencia, queda demostrada
la presencia de sustancias contaminantes
en la zona, y que éstas fueron
“las causantes de los daños reportados
al ecosistema y a la salud
de las personas”. En este sentido,
hay que recordar que Texaco operó
sobre 356 pozos de petróleo en la
zona, construyendo fosas que utilizó
como “piscinas” sin revestimiento
y al aire libre, para depositar los
desechos tóxicos.

La compañía norteamericana
explotó también 22 estaciones de
producción en las que el petróleo y
el agua de producción fueron vertidos
sin tratamiento previo en arroyos,
ríos y pantanos cercanos. Pobladores
de la zona denuncian a
DIAGONAL que “Texaco vertió al
ambiente más de 18.000 galones
de aguas contaminadas [casi
82.000 litros] y produjo derrames
de cerca de 17.000 galones [77.000
litros] durante el tiempo que estuvieron
aquí”. Según datos del
Ministerio de Salud Pública ecuatoriano,
la tasa de leucemia donde
operó Texaco es tres veces más alta
en niños de cero a cuatro años que en el resto del país.

De igual manera, la tasa de cáncer
se eleva un 150% con respecto a
los datos nacionales, hay 2,5 veces
más abortos espontáneos y se dan
altas tasas de morbilidad, además
de problemas respiratorios, digestivos
y afecciones de la piel. Hay que
tener en cuenta también que, “el
98% de las muestras de agua extraídas
de los ríos de la región nororiental
del Ecuador muestran niveles de
contaminación y toxicidad que sobrepasan
el límite aceptable para la
salud humana”, como indica Alberto
Valero, biólogo colaborador de la
Universidad de Cuenca.

Doña Matilde Sintú, que reside en
la actualidad en las barriadas del sur
de Quito recuerda aquellos años:
“Los animales se morían, nos quedamos
sin caza, los peces yacían
muertos en los ríos, se echaron a
perder nuestras cosechas. Muchos
de los que nacimos allí tuvimos que
marcharnos, abandonando nuestras
tierras”.

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LAGO AGRIO. Los pueblos indígenas siguen conviviendo con las tuberías instaladas por la petrolera. EDU LEÓN

Jurisprudencia ambiental

La demanda ha sido respaldada por
unos 30.000 ecuatorianos organizados
en el Frente de Defensa de la
Amazonía (FEDAM)
. El frente acusó
a Texaco (hoy Chevrón) de contaminar
sus tierras, matar sus animales y
atentar gravemente contra la salud
de las personas con los vertidos de
su material tóxico.

Pese al fallo del tribunal, la petrolera
consiguió que la Corte Permanente
de Arbitraje de La Haya declarase
temporalmente inaplicable la
sentencia, lo que indica que el proceso
no ha llegado a su fin, y que aún
quedan años de litigio en los juzgados
y cortes internacionales.

Según Pablo Fajardo, abogado de
los afectados, los pueblos de la Amazonía
Norte, “hemos batallado jurídicamente
para lograr que la empresa
Chevrón responda por su crimen y
pague el costo económico para la reparación
del daño ambiental causado”,
y añade, “si bien la cantidad no
es significativa frente a los daños
causados por Texaco, esta sentencia
establece jurisprudencia respecto a
los derechos ambientales y a la responsabilidad
de las empresas con la
naturaleza, y esto es lo que hace de
esta sentencia un paso histórico en la
defensa de la vida”.

Para este abogado de familia humilde,
cuyo primer trabajo fue en
una petrolera en labores de limpieza,
“se trata de una buena sentencia y
sienta bases muy sólidas para la justicia
ambiental”. No obstante, el
Frente de Defensa de la Amazonía
ha apelado la sentencia alegando
que, “consideramos que la sentencia
ha omitido la reparación de algunos
daños relacionados con impactos
ambientales reconocidos en la misma,
y más grave aún, se ha omitido
reconocer otros daños que han sido
probados en el expediente”.

“Las trasnacionales
petroleras Perenco y
Repsol ya deben estar
preocupadas tras este
juicio” dice Zambrano.

El presidente del Frente de Defensa
de la Amazonía
, Luis Yanza, indica
que a diferencia de lo ocurrido en
el Golfo de México, “en este juicio no
hablamos de daños provocados por
accidentes, hablamos de daños a las
personas y a la ecología de forma
deliberada”. Con respecto a la apelación
de los afectados, Yanza enfatiza,
“esta cifra no nos permitiría
realizar un remedio eficiente, si
bien no hay dinero alguno que pueda
reparar el daño a la flora y fauna
y principalmente a las personas.
Este monto es insuficiente para reparar
el daño”, concluye Luis Yanza.

Para Chevrón, que no ha querido
hacer declaraciones a este periódico,
“el fallo de la corte ecuatoriana
es ilegítimo e inaplicable. Es
producto de un fraude y totalmente
contrario a lo que aduce la evidencia
científica y legítima”. Desde
la petrolera se afirma que “tanto
las Cortes en EE UU, como tribunales
internacionales ya han tomado
medidas para prevenir la aplicación
de la sentencia emitida por
la Corte ecuatoriana”.

De cara al futuro, Diocles Zambrano,
dirigente de la Red de Líderes Comunitarios
Ángel Shingre (RLCAS),
apunta que las transnacionales petroleras
europeas que actúan en la
zona, “Perenco y Repsol ya deben estar
preocupadas”.

La RLCAS, que toma el nombre de
un campesino muy activo contra la
Texaco que murió tras ser secuestrado
y acribillado en 2003, ha estado
monitoreando los daños generados
por las dos transnacionales petroleras
en la provincia amazónica de
Orellana y anuncia que va a seguir el
camino de denuncia abierto por el
Frente de Defensa de la Amazonía.

Impacto de los vertidos

Los demandantes solicitan que se
tomen en cuenta los impactos del
crudo que Texaco esparció en
carreteras de las provincias amazónicas
de Sucumbíos y Orellana, y
las pérdidas económicas sufridas
por campesinos de esas regiones.
La cultura de cinco pueblos originarios:
Cofán, Siona, Secoya, Kichwa
y Huaorani, se vio mermada
por la acción de la petrolera.

Demandan no sólo la restauración
de tierras y ríos, también un programa
de reafirmación étnica. «El
juez reconoce que la contaminación
agrava la pobreza en la zona;
es justo, razonable, que disponga
una cifra económica a fin de reparar
ese daño», señala el abogado
Pablo Fajardo sobre la apelación
realizada al fallo judicial. Asimismo,
el Frente de Defensa se la
Amazonía pide al juez que establezca
una cifra para recompra de
tierras de los pueblos indígenas,
que «debieron abandonar sus territorios
invadidos para alejarse de la
contaminación», según Fajardo.

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