PUBLICIDAD ENGAÑOSA / ORGANIZACIONES DE CONSUMIDORES CRITICAN LOS ANUNCIOS DE LAS TELEFÓNICAS
Cómo ofrecer el ADSL más caro de Europa como una ganga

Los anuncios de servicios telefónicos y
de internet a bajo coste contrastan en el
caso español con la realidad de unas
compañías que presentan los precios
más elevados de la Unión Europea. A
esta crítica las organizaciones de consumidores
añaden otras irregularidades:
el monopolio de facto que Telefónica
mantiene sobre las infraestructuras, los
pactos sobre tarifas entre diferentes
operadoras para evitar la competencia o
los altos costes de la atención al cliente.

06/09/07 · 0:00
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“ADSL 6 megas por 0 euros”, “ADSL
20 megas y 2 regalos”, “ADSL 3 megas
por 3 euros”, y así podríamos llenar
páginas. A diario nos desbordan
ofertas de servicios de ADSL: publicidad
en radio y televisión, televenta,
etc. Nos prometen las conexiones
más rápidas y al mejor precio.
Sin embargo, desde diversas instituciones
llevan años denunciando que
el ADSL en el Estado español es el
más caro de la Unión Europea. La
última, en un informe publicado por
la OCDE en el mes de julio: se sitúa
el precio más bajo en el Estado español
para la banda ancha en 32,75
euros, casi cinco veces más que el
precio más bajo en Suecia: 7,89 euros.
También por debajo de nuestros
precios, encontramos las conexiones
en Francia (11,87), Italia
(12,79) o Alemania (19,99), a pesar
de que en todos estos países, el nivel
de renta es muy superior al del
Estado español.

Este es sólo un botón de muestra
de las condiciones a las que las
operadoras someten a los usuarios.
Según la organización de
consumidores FACUA, “ONO
oferta un paquete por ‘9 euros, todo
incluido, sin costes sorpresa’,
siendo el precio real de 65,53 euros
a partir de septiembre, con una
penalización de 133,40 en caso de
baja antes de un año”. Ya.com, por
su parte, ofrece un ADSL a tres
Mbps por tan sólo tres euros.

Parece un buen precio, pero se
trata de una cuota promocional durante
los dos primeros meses, siendo
la cuota a partir del tercer mes de
24,11, además con la obligación de
permanecer con el servicio durante
un plazo mínimo de un año, cobrándose
en caso de baja anticipada una
sanción de 133,40, exactamente la
misma que ocurre con ONO.

¿Competencia?

¿Podemos hablar de competencia?
En 1997 se liberalizó el mercado de
las telecomunicaciones: Telefónica
perdía su condición de monopolio
y tendría que competir con otras
empresas... o no. Porque si bien
Telefónica dejó de operar en situación
de exclusividad, sí que mantuvo
la propiedad sobre la red instalada
en todo el Estado, forzando al
resto de empresas a utilizar su red.
Por tanto, las ofertas de cualquier
otro operador siempre quedarían
supeditadas a la red de Telefónica.

Así las cosas, las demás operadoras
tienen un abanico limitado
de opciones a la hora de ofrecer
productos propios, ya que, por lo
general, dependen de la infraestructura,
antes estatal, ahora privada,
de Telefónica. Y esta limitación
se extiende también al precio,
puesto que las operadoras tienen
que pagar a Telefónica por el uso
de su red, por lo tanto, difícilmente
pueden lograr tarifas más bajas.

Aun a pesar de esto, las operadoras
utilizan como gancho ofertas
promocionales de duración determinada,
precios sin IVA, regalos
y todo tipo de incentivos y facilidades,
empezando con el alta: es
común que para contratar una
nueva conexión nos atiendan con
números gratuitos, pudiendo solicitar
el servicio incluso a través de
internet, mientras que para incidencias
técnicas o bajas de servicio
encontramos prefijos 902 de alta
tarificación.

En telefonía móvil la situación
es muy similar: la competencia entre
las tres operadoras principales
no se traduce en una bajada de las
tarifas. Así, FACUA denunció el
pasado mes de enero a Telefónica,
Vodafone y Orange ante el servicio
de defensa de la competencia
del Ministerio de Economía por
encontrar “indicios de pacto de tarifas”,
después de que las tres operadoras
anunciaran aumentos de
un 25% en sus tarifas en el espacio
de dos semanas.

Ofertas trampa

Para la Organización de Consumidores
y Usuarios (OCU), “el supuesto
acuerdo tiene como objeto
mantener el statu quo de las tres
operadoras”, eliminando así toda
posibilidad de competencia real.
Además, desde la organización de
consumidores, recalcan que esta
subida es “injustificada y abusiva”,
puesto que la “Comisión del Mercado
de las Telecomunicaciones
aplicó recientemente una reducción
de los precios de interconexión
entre operadoras” (llamadas
desde un operador a otro).

Esta denuncia se suma a otras
ya presentadas por FACUA por
publicidad engañosa y ofertas
trampa: “el pasado mes de junio
Vodafone, imitando a Telefónica,
lanzó una tarifa con trampa, con
bajos precios por minuto a números
de la misma compañía, pero
compensados con desproporcionados
importes cuando se llama a
clientes de otras operadoras”.

Desde la federación denuncian
también que las tarifas de telefonía
móvil en el Estado español superan
a las del resto de Europa
“hasta en un 293%. Si un consumo
medio para un usuario de Vodafone
se sitúa en unos 33 euros
mensuales, para un usuario de
Sonofon en Dinamarca, el gasto
medio estaría en unos ocho”.


El alquiler de líneas

El producto estrella,
‘ADSL más llamadas
nacionales’, oculta la
trampa de la preasignación:
casi todas las
líneas son propiedad
de Telefónica, y el
usuario paga un alquiler
por ella. Todas sus
llamadas pasan por
Telefónica, a menos
que el usuario las desvíe
a otro operador,
usando un prefijo. Al
contratar un ADSL más
llamadas, nuestra
línea queda preasignada
con esa operadora,
de forma que todas
nuestras llamadas
pasan por su red, a
teléfonos fijos a coste
cero, a teléfonos móviles
a coste desconocido,
ya que las operadoras
no informan de
esos precios a los
usuarios.

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