El colaborador de DIAGONAL Andrés Mejía recorre la acampada del parque Gezi en Estambul y resume en esta crónica, elaborada ayer por la noche desde el campamento, la resistencia que se está viviendo en el centro de la ciudad y la política represiva del Gobierno turco.

Son poco más de las nueve de la noche. El ambiente en el parque Gezi es tenso. La actividad, con el paso del tiempo, se acrecienta. Tal vez sea la expectativa de que algo, que todo el mundo sospecha pero que nadie quiere afirmar, va a suceder. La gente contempla al peor de los escenarios, a saber, una nueva avanzada de la policía.
Una hipótesis que hasta hace unos días se veía descartada, ha emergido como la más clara después de lo vivido el martes pasado. Todo el mundo que está aquí es consciente de lo que se avecina y por eso todos los acampados van con un casco, una mascara y gafas. La mínima de protección.
No sólo por la defensa del parque
En una parte del parque la gente no cesa de lanzar consignas, en otros sectores la música, que no ha parado desde hace dos semanas, sigue tan presente como la voluntad de defender este parque. Pero no se trata solamente de un parque. Si la gente sigue estando presente aquí, si por la noche la gente no para de confluir en este epicentro, es un desafío al Gobierno, porque la violencia policial ha provocado más indignación. Además, las personas aquí acampadas dicen no tener miedo.
Hacia las dos de la mañana, muchos activistas se vuelven a casa, pero el parque sigue activo y lleno de gente. Se empieza a hablar de un referéndum. La nueva estrategia del Gobierno de Erdogan es la de mostrarse lo más dialogante posible, progresista, democrático...
Al mismo tiempo, el Gobierno turco dice haberse reunido con algunos representantes del parque, pero aquí nadie sabe quiénes son los que dicen representarlos. Nadie ha delegado en nadie, de aquí no ha salido ninguna comisión para negociar. Un 'comité fantasma' sin voz ni voto al servicio de Erdogan, se comenta. Al amanecer, ese rumor ya está en los medios de comunicación. Hasta ahora no ha habido un comunicado oficial al respecto, pero parece que el Gobierno asume su propia comedia. Mientras, la policía sigue ahí, en todos los extremos de la plaza Taksim y los medios empiezan a hablar del "referéndum" como solución.
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