Las elecciones regionales son consideradas un indicador de la solidez del proceso de cambio
El chavismo pasa una nueva prueba en las regionales venezolanas de diciembre

En plena resaca de las presidenciales, Venezuela se prepara para unos nuevos comicios tras los cambios introducidos por Chávez en el Gobierno.

15/10/12 · 0:00
El presidente venezolano, en un acto de la última campaña electoral / avezcandan

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- La misión, por José Roberto Duque
- Mantener en lo regional la hegemonía lograda a nivel nacional, por Íñigo Errejón

El 10 de octubre, una nueva marea roja acompañaba a Hugo Chávez en el acto de proclamación oficial de su victoria y cuarta reelección en las presidenciales del 7 de octubre. Una jornada marcada por un record histórico en los niveles de participación: votó el 81% del registro electoral, lo que ayudó a la holgada victoria chavista: 8.136.964 votos (55%), frente a los 6.499.575 (44%) de su oponente, Henrique Capriles Radonski. Lo contundente de los resultados ha supuesto una profunda decepción para las bases opositoras. Así, las redes sociales han hervido con comentarios, algunos de claros tintes racistas y clasistas, tal cómo éste que circuló el 12 de octubre: “Feliz día a todos los indígenas que resisten sin luz, sin empleo, sin agua, sin seguridad. Gracias por ’salvar’ la patria”.

Sin embargo, la misma noche de los comicios, el candidato opositor reconocía su derrota y aclaró que proseguiría su carrera política al frente de la oposición. Asimismo tras desmentir los rumores de fraude, rechazó las protestas de un grupo de jóvenes en un selecto barrio capitalino. Protestas en las que cortaron las calles con barricadas de fuego, y algunos expresaron su admiración por Hitler.

Las dirigencias políticas opositoras han hecho piña tras su candidato y han resaltado que pese a su derrota, han acortado distancias, aumentando su caudal de votos en 2.200.000, su record histórico.

Porque el calendario político venezolano sigue marcado por procesos electorales: los comicios regionales del próximo 16 de diciembre, en los que la oposición aspira a ganar la mayoría de los 23 estados en los que se vota. Y eso pese a que el 7 de octubre, Chávez ganase en cinco de los siete donde hay gobernadores opositores. De hecho, de los 24 estados que componen Venezuela, Capriles solo ganó en dos de ellos. El caso más emblemático fue Miranda, en el que el propio Capriles es gobernador, donde perdió por unos miles de votos, pero perdió.

Sin embargo, “siempre las regionales han sido una prueba para el chavismo sin Chávez, aunque Chávez indudablemente tiene una incidencia. Va a alentar a sus candidatos, pero esos puntos (de diferencia) no se endosan en la misma dimensión que los propios votos de Chávez”, explicaba a AFP la analista Carmen Beatriz Fernández. Así, la oposición aspira a “ganar en 13 estados, pelear en ocho y perder en dos” como escribía en la prensa Ramón José Medina, miembro del equipo estratégico del comando de campaña de Capriles. Este remachaba que “los resultados nacionales del 7 de octubre comprueban que crecimos, porque aunque se perdieron las elecciones presidenciales se ganaron espacios”. Así, contraviniendo los acuerdos internos, Capriles ha inscrito su candidatura para la reelección como gobernador de Miranda, a pesar de que mese antes, en las primarias opositoras, resultara designado otro candidato.

Fricciones en el chavismo

Por su lado, el chavismo no se ha dormido en los laureles. El mismo 10 de octubre, tras una primera remodelación de su Gobierno y nombrar vicepresidente a su actual canciller, Chávez anunciaba sus candidatos. Algunos eran ya conocidos, como es el caso del anterior vicepresidente, Elías Jaua, que es el candidato que se enfrentará a Capriles en Miranda, otros son nuevos. Lo que ha generado una ambivalente sensación en los partidos aliados del PSUV, la organización de Chávez: buena parte de los y las candidatas bolivarianas logran el consenso, pero los resquemores que levantan en ocho estados –Mérida, Trujillo, Apure, Amazonas, Anzoátegui, Vargas, Portuguesa y Bolívar – se concretaron en al menos dos candidaturas alternativas en éstos dos últimos.

Otra consecuencia de estos nombramientos es la remodelación del Gobierno, ya que varias de las personas designadas candidatas ocupaban cargos ministeriales. Así, el 13 de octubre, Chávez anunciaba la remoción de seis ministros: Interior y Justicia, Despacho de la Presidencia y Seguimiento, Agricultura y Tierra, Comunicación, Ambiente, y Pueblos Indígenas.

Pero más allá de los comicios regionales, Chávez ha de centrarse en gobernar. Según el presidente del Instituto Nacional de Estadísticas, Elías Eljuri, reducir la inflación a un solo dígito –actualmente ronda el 27%–, reducir la tasa de paro hasta llegar al pleno empleo y mantener el incremento del PIB en un 5,5% son los nuevos retos económicos del período 2013-2019 para el gobierno de Hugo Chávez.

Chavez, que tras su victoria telefoneó a Capriles, en lo que parece un primer paso a construir en conjunto la conciliación nacional o al menos a rebajar los niveles de crispación en la sociedad venezolana, tendrá que responder a las exigencias de sus electores. Asegurar y mejorar los niveles de vida alcanzados por amplísimos sectores populares sin perder el norte político del proceso bolivariano. Para una parte de su electorado, esto pasa por una profundización del proceso revolucionario, pero superando las deficiencias existentes y problemas tales como la inseguridad, la ineficiencia y la corrupción que siguen enquistadas en la estructura burocrática, parte de una cultura política heredada del régimen anterior.

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comentarios

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    catherine
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    09/02/2013 - 9:07am
    Hola. Observo con cierta inquietud un tono en el artículo que creo que es preciso matizar. En primer lugar, ¿por qué razón se emplea el término "oficialismo"? ¿Por qué señalar que pasará una nueva prueba en las elcciones de diciembre, acaso la oposición no? Al referirse al Psuv se describe como "la organización de Chávez", me parece una perversión de los términos que me sorprende en un medio como diagonal. Y por último, me resulta sumamente aburrido el juego periodóstico de una supuesta neutralidad para "mantener el equilibrio". Al respecto sugiero el texto de Pascual Serrano "Contra la Neutralidad"
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