PERSONAJES HORRIBLES
CHARLES SHAPIRO, Embajador de la democracia estilo EEUU

Golpes de Estado y guerra sucia en América Latina han sido las especialidades de este diplomático con más de 30 años de carrera.

Texto de Diego de Juan Canales

31/03/06 · 21:34
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El 11 de abril de 2002, Pedro
Carmona se autoproclamó presidente
de Venezuela mediante
un golpe de Estado. Charles
Shapiro, por entonces embajador
de Estados Unidos en Venezuela,
y Manuel Viturro, embajador
español en aquella
memorable ‘era Aznar’, fueron
los primeros en visitar su despacho.
El primero de ellos, según
el congresista venezolano Roger
Rondón, fue visto salir del palacio
de Miraflores abrazado con
Carmona, según contaba al
periódico inglés The Guardian.

Charles Shapiro llegó a Venezuela
en febrero de 2002 como
embajador estadounidense
bajo un pomposo discurso del
por entonces secretario de
Estado Collin Powell. Su principal
misión era la de “fortalecer
la democracia, el libre comercio
y la seguridad de las Américas”,
las peores palabras que
pueden representar a un norteamericano
y, si no, que se los
digan a chilenos, salvadoreños,
nicaragüenses... En realidad,
su verdadera misión era la de
servir de enlace entre la Casa
Blanca y la oposición antichavista,
además de ser un elemento
destacado en los planes
golpistas. También intentó
avanzar en la implantación del
ALCA en Latinoamérica y en la
desnacionalización del petróleo
venezolano, principal motivo
del golpe de Estado.

La historia de Shapiro está
llena de momentos memorables
y se le relaciona estrechamente
con la CIA. Además de
enviar agentes de dicha agencia
a revisar puentes en la ciudad
de Caracas para fines
insospechados, tiempo antes,
en los años ‘80, sirvió como
oficial de enlace en El Salvador
para los servicios de relaciones
exteriores de EE UU.
Después, como cónsul en la
embajada de EE UU en El Salvador,
puesto que regularmente
ha sido utilizado para encubrir
las actividades de la CIA
en cualquier país. Ese período
coincidió con la guerra civil
salvadoreña, en la que es de
sobra conocido el apoyo armamentístico
y el entrenamiento
de los escuadrones de la
muerte por parte de los EE UU.

También se le relaciona con el
plan perpetrado por la CIA que
desestabilizó el Gobierno de
Salvador Allende en Chile y que
acabó con el asesinato del
mismo en 1973. Shapiro era
ministro consejero en la Embajada
de Estados Unidos en Chile
en aquella época.
“A finales de los ‘80 y principios
de los ‘90, trabajó en
Asuntos Andinos y promovió
grandes esfuerzos regionales
en la lucha antinarcóticos”, o
así lo describe Collin Powell.
Su verdadero trabajo fue participar
en el llamado Plan
Colombia, utilizado como
pretexto para intervenir en
Colombia y Venezuela en la
supuesta lucha contra el narcotráfico,
lo que en realidad
es un intento más del intervencionismo
estadounidense
en América Latina.
Pero este currículum no quedaría
lo suficientemente completo
sin recordar una de las
declaraciones más contundentes
que ha hecho un representante
del Gobierno de los Estados
Unidos de América y que
corresponde al mismo Charles
Shapiro cuando declaró a la
agencia AP en 2003: “No es
necesariamente un crimen
matar a un presidente...”

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