"LIBERTAD DE EXPRESIÓN // MARTXELO OTAMENDI, DIRECTOR DEL DIARIO ""EGUNKARIA"", PROCESADO POR LA AUDIENCIA NAC
“Cerrar un medio perjudica a los colectivos sociales sin otros medios de expresión”

El 15 y 16 de diciembre empieza el juicio contra el ex
director y cuatro miembros de la directiva del diario
‘Egunkaria’, cerrado en 2003 por la Audiencia Nacional.
Todos se enfrentan a penas de 12 a 14 años de cárcel.

10/12/09 · 17:31
Edición impresa

DIAGONAL: El caso Egunkaria llega
a juicio a la Audiencia Nacional
(AN) seis años después del cierre,
sin acusación fiscal, sólo con las acusaciones
populares de Asociación de
Víctimas del Terrorismo y Dignidad
y Justicia, y con unas imputaciones
que han ido disminuyendo progresivamente.
¿Cómo se sostiene?

MARTXELO OTAMENDI: El cierre
del diario Egunkaria se explica básicamente
por el contexto político del
año 2003. En 2001 el Servicio de Información
de la Guardia Civil ofrece
al juez Baltasar Garzón una investigación
asegurándole que ETA financió
el periódico y eligió la directiva.
Sabía perfectamente que no, pero
desde el poder político querían dar
un aviso a los vascos y vascas, y nos
utilizaron. En 2001, Garzón rechaza
la acusación de la Guardia Civil y lo
coge el juzgado central nº 6 de la AN,
Del Olmo. Éste tiene un interés personal,
hacerse famoso con este caso.
El sumario se inicia con acusaciones
muy altas, colaboración y pertenencia
a banda armada, afirmando que
la dirección está en manos de ETA y
la financia. Posteriormente él mismo
reconoce que no ha podido demostrarlo.
Queda abierta la pieza de los
delitos fiscales, de defraudar a Hacienda,
y para mantenerlo dicen que
se hace en connivencia con ETA. Las
acusaciones de delitos económicos
en relación con ETA se dan en el primer
sumario, pero en el segundo no
está fundamentado ni razonado. En
2006, el fiscal Miguel Ángel Carballo
emitió un in forme demoledor y retiró
la acusación. La fase procesal anterior
tendría que haberse cerrado
mucho antes, y más teniendo en
cuenta que la Fiscalía no acusa, sino
las asociaciones que se presentan.
Hay una perversión del espíritu de la
acusación popular: incorporar al
Código Penal esta figura jurídica es
una idea de la izquierda, en casos en
que los gobiernos conservadores no
querían abrir investigaciones y complicarse
diplomáticamente la vida.
Sirvió para que la Audiencia abriera
investigaciones respecto a la actuación
de las dictaduras en Argentina
y Chile. Después, la derecha se apropió
de ese instrumento al darse cuenta
dela utilidad que tiene. Eso son inventos
de los brazos jurídicos del PP
en la época de Aznar.

D.: Tres miembros de la directiva de
Egunkaria denunciasteis torturas
durante la detención. A ti te preguntaron
sobre varias entrevistas que
realizaste a ETA. ¿El objetivo de esas
torturas era sonsacarte la fuente?

M.O.: Era el único objetivo. En esas
tres entrevistas el juez Garzón me
llamó dos veces a instancia de la
Fiscalía para saber cómo se obtienen,
dónde se hacen, todo lo relativo
a teléfonos… en todo momento
me acogí al derecho al secreto profesional
y a no revelar mis fuentes.
Garzón dictó autos diciendo que las
entrevistas eran profesionales, de
interés público, que se realizaban a
una organización que usaba la violencia
terrorista y estaba en los
medios de comunicación, y que el
único que cometía delito en esas
entrevistas era el entrevistado y no
el entrevistador. Por tanto, dijo la
Guardia Civil: tenemos aquí a
Otamendi, vamos a interrogarle sobre
lo que más nos interesa. Me torturaron
para obtener información
sobre mi gestión de la entrevista a
ETA, y eso, aparte del cierre del
diario, supuso un escándalo mediático
internacional porque se vulneró
mi derecho a no revelar mis
fuentes. La información no se pudo
pasar al juez, ya que en el
Estado español no es delito entrevistar
a miembros de organizaciones
armadas. Y como el magistrado
no había autorizado la detención
e interrogatorio para obtener
información sobre las entrevistas,
se la guardaron y me hicieron una
declaración preguntándome si conocía
a Uría, al otro... Al resto les
torturaron para que confesaran
que sí financiaban a ETA. Lo mío
es el escándalo dentro del escándalo.
No puede olvidarse que Iñaki
Uría pasó un año y medio en la cárcel,
Xabi Oleaga ocho meses y Juan
Mari Torrealday estuvo cuatro.

D: ¿Cómo ves el panorama de la libertad
de expresión?

M.O.: El Estado español es uno de
los únicos en Europa en el que se
cierran periódicos. Cuando se cierra
un medio de comunicación no sólo
se perjudica a periodistas y a lectores,
sino también a los colectivos
más desfavorecidos, que sólo tenían
esos medios para expresarse, a los
agentes sociales que no tienen dinero
para llegar a otros medios de comunicación.
En los sitios en los que
el viejo concepto de libertad de expresión
(que no te cierren un periódico,
que no te torturen, que no te
maten) está superado, que no es
nuestro caso, una nueva relectura
debería pasar por que el Estado garantice
que los que no tienen acceso
a los grandes medios de comunicación
tengan derecho de acceso y una
cuota en los medios de comunicación
públicos; que se creen medios
de comunicación públicos autogestionados
por los propios colectivos
sociales o cogestionados, para que
tengan (en una cierta igualdad de
condiciones, que nunca será absoluta)
derecho a usarlos y socializar
pensamientos e ideas.


La excusa, un “frente mediático” inventado

Creado en 1990, Euskaldunon
Egunkaria fue el primer
diario escrito íntegramente
en euskara, con una
línea editorial plural y en
ocasiones abiertamente
contraria a ETA.

El 10 de febrero de 2003 el
juez de la Audiencia Nacional
Juan Del Olmo decretó
el cierre y la detención de
diez personas de la directiva
y de Xavier Alegria, miembro
del consejo de administración
del diario Egin, clausurado
en 1998 por orden de
Baltasar Garzón. Se acusaba
a ambos periódicos de
integrar el “frente mediático”
de ETA. Miles de personas
protestaron por el cierre
en la mayor marcha celebrada
hasta hoy en Donostia.

Otamendi espera que su
sentencia sea “la primera
de una serie de absoluciones”,
aunque no descarta
una condena. “Ser el decano
del colegio de periodistas
vascos no me ha servido
de nada. En los últimos
años y por los tribunales
políticos te enteras de que
eres de ETA porque lo dice
una sentencia”. Afirma que
el cierre de Egin también
fue “un despropósito. Se
puede ser de la izquierda
abertzale sin ser de ETA”.

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